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Slater, el campeón, toma una ola delante de Martinez. [BORJA AGUDO]
Slater engrandece su leyenda en Mundaka
DEPORTES

Slater engrandece su leyenda en Mundaka

El estadounidense gana su octavo título mundial pese a perder la final contra un portentoso Bobby Martinez, al que ya señalan como su sucesor

JOSU GARCÍA

Sábado, 14 de octubre 2006, 03:49

MUNDAKA. DV. El estadounidense Kelly Slater emergió ayer de las aguas de Mundaka convertido en una leyenda del surf. La consecución de su octava corona mundial fue un momento mágico. Miles de aficionados se pusieron en pie para rendir homenaje al que ya es el mejor rider de la historia y uno de los deportistas más laureados del planeta. Tan pronto como tocó tierra, el californiano tensó sus músculos, alzó los brazos y emitió un grito incomprensible, ahogado por la emoción. Acababa de cumplir un sueño.

El regreso del circuito mundial de surf a tierras vizcaínas no pudo ser más afortunado para los intereses de este deporte en Euskadi. Slater no ganó la prueba -lo hizo un entonado Bobby Martinez-, pero los puntos logrados con su segundo puesto le aseguraron matemáticamente el campeonato, a falta todavía de dos citas. Gracias a ello, el nombre de Mundaka pasará a escribirse con letras de oro en la historia del surf. Un brillante broche para un evento que ha destacado más por el empuje de los riders que por la famosa ola de izquierdas, que esta semana ha estado más dormida que despierta.

El gran Slater fraguó su leyenda en la primera semifinal, que le enfrentó a Joel Parkinson. El australiano era un rival peligroso, ya que había sido el surfista más completo y espectacular del campeonato. Además, gozaba del favor del público. De hecho, el respetable silbó a los jueces cuando otorgaron un 7,33 a Slater frente a sólo el 6,67 que le habían concedido al de las antípodas en su primera ola. Parkinson alimentó la polémica con varios gestos de disconformidad cuando el estadounidense desechó una buena izquierda que su rival ansiaba cabalgar.

Sin embargo, fue un espejismo. El genio estadounidense se metió al público en el bolsillo con una concatenación de magistrales maniobras y una última serie de ensueño, valorada por el jurado con un 9,17. Casi nada. Con este resultado, Slater salía del agua con la octava corona sobre su cabeza recién rapada. A partir de ahí, se desató la euforia y Mundaka vivió una auténtica fiesta.

La lección del novato

Un delirio al que le dio continuidad Bobby Martinez, un joven también californiano, aunque de origen hispano. El surfista, que es un 'rookie' -novato- que ha empezado a competir este año con los grandes, tiene cara de chico malo y un saber hacer envidiable.

Segundos antes de entrar al agua, Martinez escuchaba plácidamente música en su Ipod, como si la cosa no fuera con él. Y vaya si lo fue. El de Santa Bárbara despedazó a su rival, Dean Morrison, con la maniobra más espectacular del día: un aéreo 360, una cabriola que consiste en saltar por encima de la cresta de la ola, darse la vuelta, caer sin perder el equilibrio y rematar la serie con elegancia. Un prodigio que dejó con la boca abierta al público y al jurado, que se rindió con un 9,40.

Sin pausa alguna, Martinez se quedó en el agua y Slater fue a su encuentro. La fiesta era ya inenarrable. El campeón y el novato se fundieron en un abrazo, satisfechos por todo lo conseguido. Y se jugaron en un piedra, papel o tijera a la americana quién tomaba la primera ola. Finalmente, el discípulo pudo con el maestro, aunque hubo quien afirmó que el veterano le dejó ganar a lo Indurain. Y es que sólo había unos cientos de dólares en juego para un Slater que amasa una fortuna -sólo en premios- superior al millón de euros.

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