El Bidasoa juega en Santander sin el lesionado Trivundza

IRUN. DV. Bidasoa-Irun y Teka Cantabria juegan esta tarde, a partir de las 20.45 horas, el partido correspondiente a la décima jornada, la del próximo fin de semana. La participación europea de los irundarras, que les exige jugar en Braga el sábado, obliga a adelantar el partido. Normalmente debería disputarse mañana, pero el Teka pidió horario para hoy para evitar coincidir con la Copa del Rey de fútbol, en la que el Racing de Santander recibe mañana al Deportivo de la La Coruña.

La razón es ésa y no otra peor intencionada, pero está claro que flaco favor le ha hecho a la plantilla que entrena Julián Ruiz. Georgescu y Arrieta regresaron el sábado a la competición después de muchos días de baja. Ninguno de los dos está al 100% de sus capacidades y sin tiempo para mejorarse un poco más, les toca otro partido de máxima intensidad. Y seguramente con deberes extra.

Ambos, sobre todo Arrieta, podrían verse obligados a aportar en la primera línea. De lesiones y enfermedades se han venido quejando en Artaleku y el tuerto que les ha mirado aún no ha decidido conceder tregua. La ocasión que sirvió para ver de nuevo a los extremos teóricamente titulares, también fue la que sentenció a Trivundza a la enfermería. El central bosnio se hizo daño en un lanzamiento que convirtió en gol. Sintió un pinchazo en el talón al caer y ya no pudo volver a jugar. Ayer se le practicaron las pruebas pertinentes en la Clínica Quirón y una ecografía confirmó la mala noticia. Una rotura parcial en tendón de Aquiles le obligará a entre 4 y 6 semanas de baja.

Trivundza comenzará mañana una novedosa terapia de recuperación a las órdenes de los médicos de la clínica donostiarra con la que esperan minimizar el plazo de ausencia. En cualquier caso, y dado que en una de las fases tendrá que cargar con un refuerzo de escayola, es imposible que pise parqué, siquiera para la fase de recuperación activa, en 15 días.

Algo más que mala suerte

El tema de las bajas trae al club por la calle de la amargura. «En cuanto a lesiones deportivas», aseguraba el médico del club Ricardo Jiménez, «estamos dentro de lo que en una temporada puede pasar con normalidad».

El problema llega cuando se junta con las paperas y otras infecciones víricas que han padecido algunos jugadores. «Han sido muchas cosas raras», afirma. Parece cosa de mal agüero, pero el médico no se rinde a esa teoría. «Nuestra obligación es buscar el posible origen» y apunta como hipótesis «posible, pero sin prueba alguna», que en una plantilla tan corta «el esfuerzo se reparte entre menos jugadores y puede que la gente esté con el organismo un poco débil».

Si la teoría tiene algo de real, los tres partidos que con el de mañana habrán jugado los irundarras en menos de una semana, todos al máximo nivel de exigencia, no ayudarán en absoluto.