EL ÁGUILA Y LOS POLLUELOS

Creo que les he contado alguna vez la historia del granjero que se encontró un buen día un huevo de águila. Que lo metió en una caja y una vez en su granja le colocó en un nido de una gallina de corral. Que así fue incubado y criado junto a la anidada de pollos..., y al creer que era uno de ellos se limitó a hacer lo mismo que hacían los polluelos: picotear y escarbar la tierra en busca de gusanos. Pasaron los meses y un buen día divisó en lo alto un águila volando y maravillado preguntó a una gallina qué era eso que volaba tan gracilmente. 'Es el águila, el re y de todas las aves', le dijo. ' No es como tú y como yo que hemos nacido para mantener la cabeza agachada y mirar hacia el suelo'. Y así fue cómo el águila no volvió a mirar al cielo y murió creyendo que era una gallina de corral.

Me acordé del 'cuento' viendo jugar de aquella manera a la Real en el Villamarín frente al elogiado Betis de Quique Setién, que venía de merendarse en la Liga Europa al mismísimo Milán de Gatusso y de golear en la Liga en el Camp Nou al todopoderoso y líder Barcelona. Por eso acabé disgustado el domingo al mediodía. Porque un partido en el que eres mejor tienes que ganar (y la Real fue mucho mejor). Porque el segundo tiempo me gustó. Porque debió marcar dos o tres goles. Porque esta vez al planteamiento no se le pueden poner peros, aunque puestos a exigir yo le hubiera dado, por ejemplo, más minutos a Januzaj. Por eso llegué a la conclusión de que la Real debe mirar hacia metas más altas. Disgusto por la derrota, insisto. Y alegría por un nuevo debut de un jugador de la cantera, Robin Le Normand (Pabu, Francia), un chaval de 22 años y 1,87 de estatura.

Siempre que se produce un salto al primer equipo de un futbolista del filial suelo recordar (y no me importa repetirme) la frase de José Antonio Camacho, el que fuera jugador y entrenador del Madrid. «Los canteranos no deben tener privilegios porque son canteranos, sino porque son buenos. Y son ellos los que deben tirar la puerta». Y Le Normand también la ha tirado. O la frase de Salva Iriarte y Juanan Larrañaga que coinciden con Monchi, ahora director deportivo de la Roma: «Cuando pones a un joven de la cantera juegas a ganador». Y Le Normand se ha ganado a pulso lo que es. Confieso que he seguido actuaciones suyas en el Sanse, pero en el amistoso de Tarbes de hace unas semanas frente al Toulouse, un Primera francés, me llamó la atención su valentía, su decisión y lo bien que va de cabeza (que lo del Villamarín no sea flor de un día).

Y ahora, la Copa, una competición a la que, me cuentan en Zubieta, Asier Garitano concede la máxima importancia. La Real tiene 'ventaja' por el gol que marcó en Balaídos, pero no tiene margen de error, así que ocasiones como la de mañana requieren de equipos capaces de afrontarlos... y tanto en la Copa como en la Liga se verá si la Real escarba en el suelo o vuela alto como el águila.

P.D. La Real sigue siendo una caja de resonancia. Stop. Lo digo por los rumores que llegan desde Barcelona sobre el seguimiento a Diego Llorente. Stop. Llorente llegó a la Real procedente del Madrid. La Real pagó 6 millones (con variables serían ocho) y firmó hasta 2022. Stop. El Madrid no tiene opción de recompra, pero en el acuerdo se incluyó que una parte de la plusvalía de un futuro traspaso (el 30 por ciento, creo) sea para el Madrid. Stop. Otro que tiene ofertas de la Premier es Willian José. Stop. Olabe ya puede ir mirando delanteros centros para la próxima temporada. Por si acaso... Stop. ¡Ah! Y sobre Zurutuza y su renovación me gustaría decir algo. Me consta que Zurutuza renovará si él quiere. Stop. No digo más.