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Iñaki Izquierdo
Miércoles, 25 de septiembre 2024, 12:09
El exrealista Mohamed-Ali Cho se ha quedado fuera de la convocatorio para el partido de esta noche ante la Real Sociedad, su antiguo equipo, por lesión. Internacional francés en categorías inferiores, el atacante, de 20 años, guarda un buen recuerdo de su etapa blanquiazul, ... aunque fue breve, 40 partidos en temporada y media. En diciembre fichó por el Niza. «Jugué dos temporadas como profesional en el Angers y me fue bastante bien. Tuve opciones, proyectos que me ofrecieron y en ese momento el de la Real Sociedad era el que más me convenía».
«La ciudad es súper bonita, con las playas y lo demás. Una pequeña ciudad tranquila y pacífica. Comparado con París o Londres, fue un cambio agradable. Y la acogida fue enorme. La presentación que me hicieron cuando llegué... Me emocionó mucho. Allí la gente no es cerrada, se apoyan mucho, están muy unidos. Son muy acogedores con los extranjeros», explica en una entrevista con L'Equipe.
Cho explica que «el hecho de que hablara inglés fue muy importante. Después, siempre es agradable descubrir nuevas culturas. Siempre me gustó descubrir cosas: la cultura vasca, los restaurantes vascos... ¿Algo que me haya encantado? Las guindillas. Las comía todos los días, fue increíble».
Preguntado por qué fue lo que más le llamó la atención al llegar a Zubieta, no duda: «David Silva. Normal. No perdía un balón. Realmente me sorprendió. Lo vi desde el primer entrenamiento. La visión del juego, técnica y tácticamente... Era realmente bueno. Era el mayor, todos lo respetábamos. No hablaba mucho, estaba muy tranquilo. Pero conmigo fue muy amable y me habló en inglés, fue de mucha ayuda».
Recuerda que empezó bien. «Tuve minutos. Al principio jugábamos 4-4-2 y yo estaba en una de las dos posiciones delanteras, como en el Angers. A veces éramos tres y estaba a la izquierda. Ofensivamente, había libertad. Alternábamos, nos movíamos. Contra el Atlético fue uno de mis mejores partidos allí. Le di una asistencia a Umar Sadiq».
Pero la cosa se fue complicando: «Me lesioné el isquio. Volví después de tres o cuatro semanas y volví a lesionarme. Nunca había tenido tantas lesiones. Sucede, no hay nada que puedas hacer al respecto. Tienes que seguir trabajando». Volvió después del Mundial, a finales de diciembre y marcó su primer gol antes de volver a lesionarse «Esta vez en el tobillo. Un golpe en el entrenamiento, en una entrada de un joven del filial. Y un mes después, otra vez. Son cosas que no puedes controlar. En ese punto es difícil, no voy a mentir. Pero no tenemos tiempo para deprimirnos porque el fútbol pasa rápido. Estás decepcionado pero esa decepción dura dos días, ni siquiera eso».
Cuando regresa, se encuentra un equipo lanzado, pero encuentra su oportunidad en el partido contra el Barcelona, donde la Real gana en el Camp Nou por primera vez en en 32 años. «El entrenador no me dijo nada especial. El día antes del partido trabajamos a balón parado y yo estaba en el once. Estaba preparado. Llegó en el Camp Nou y además ganamos».
Su segunda temporada como realista no comenzó tan bien. «En pretemporada todo salió bien, estaba muy en forma y resolutivo. Pero nada más empezar el campeonato, el técnico tomó sus decisiones. Fue difícil porque quería jugar. Intenté tener paciencia, esperar el momento en que algo se desbloqueara. Pero mi plan al ir allí era jugar con regularidad. Si el proyecto ya no me conviene, buscaré otro. En Niza, eso es exactamente lo que encontré».
La pregunta es directa: ¿Qué aprendió durante este año y medio? «Maduré, eso es seguro. También tuve que tener paciencia, porque hay que tener paciencia en estos momentos. Me ayudó en muchas cosas: mentalidad, resiliencia, determinación de volver cada vez. Solo recuerdo lo positivo. Lo negativo es que no podemos hacer nada al respecto, no podemos volver atrás. Lo más importante es seguir adelante».
Detalla que progresó en «la técnica básica: pases, controles. Porque el fútbol en la Liga va rápido. Cuanto más entrenaba, mejor me volví técnicamente. Estaba mucho más tranquilo con el balón».
No cree que se precipitara al decidir salir de la Real. «No, en absoluto. No me arrepiento de nada en absoluto. Venir a Niza en enero fue una buena elección. Pero aprendí mucho allí. Tanto en lo humano como en lo futbolístico. Fue gracioso cuando vi que nos tocó contra la Real. Todavía tengo contacto con Hamari Traoré y Umar Sadiq, que eran muy buenos amigos. Pero aquí estoy concentrado en ganar».
Momo Cho avisa a los aficionados del Niza para que se fijen en un jugador realista. «Martin Zubimendi. Es un jugador... Es muy fuerte. La gente no habla mucho de él porque entrenó allí y es discreto. Pero, sinceramente, cuando lo ves jugar en la vida real, es muy, muy bueno».
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