La suerte de unos es la desgracia de otros

Vayamos por partes. Mejor dicho, por golazos. El primero de ellos de un Barrenetxea que está en estado de gracia.Ejecutó un lanzamiento de falta casi perfecto tras una gran presión de Brais en esa zona. El disparo fue allí donde están las telarañas. Dmitrovic llegó a despejar el esférico, pero en la caída introdujo con el pie el balón en su propia puerta. La suerte de unos es la desgracia de otros.

Ahora vayamos con el golazo realista de la temporada. Cuando Sadiq recogió el balón tras una buena recuperación de Traoré –vaya fichaje el del lateral maliense–, todo el público de Anoeta esperaba un pase a banda del delantero nigeriano. Pero esas ansias por meter su primer tanto de la temporada llevaron a Sadiq a regatear no una, sino dos veces, y pegarle al esférico desde una distancia de 30 metros. El efecto (de fuera para adentro) hizo el resto y el exportero del Eibar poco pudo hacer. Más allá del tremendo golazo, la mejor noticia es el peso que se ha quitado de encima Sadiq justo en un momento en el que la delantera realista tiene unas cuantas bajas en ese puesto.

Pero también hay aspectos a mejorar en el equipo a pesar de la victoria. La segunda parte no fue nada buena. El entrenador del Sevilla introdujo en el campo a Óliver Torres y le cambió por completo la cara a su equipo. Marcó En-Nesyri tras impactar su testarazo en Le Normand y a punto estuvo de hacer el empate con un gran disparo a la cruceta. Menos mal. La suerte estuvo de nuestro lado. Le faltó, no obstante, algo de poso a los de Imanol en los minutos finales, incluso con dos jugadores más sobre el campo. Nos quitamos el esférico de encima de manera incomprensible dando opciones al Sevilla.

El miércoles llega el RB Salzburgo a Donostia. Conseguir una nueva victoria es vital si queremos amarrar el primer puesto del grupo y así tener un rival más asequible en octavos de final. Buena noticia también los minutos de Oyarzabal. El eibartarra es incasable y con él sobre el campo el equipo lo agradece.