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Lo de Pablo Marín es una locura; está haciendo un temporadón». La frase es de Imanol Alguacil y el destinatario de las frases, un mediapunta ... nacido en Logroño hace 21 años que el pasado curso no disputó un solo minuto en el primer equipo realista. Lo sucedido con Marín es una muestra más de lo que es la Real, de lo que le distingue, sobre todo para bien, aunque en algunos casos para mal. Por lo que había demostrado hasta esta temporada e incluso hasta hace dos meses, después de un año en blanco en el que parecía que estaba mal posicionado en el orden de prioridades del entrenador, se ha convertido en uno de los elementos más utilizados. Y más sólidos. Está callando bocas. Su rendimiento es como una tarde de sábado por la calle Laurel de Logroño.
«Te observan, te critican, te envidian y al final te imitan». La frase es de Pablo Escobar, narco colombiano que inspira películas como 'Loving Pablo, hating Escobar', protagonizada por Javier Bardem y Penélope Cruz. Quizá en cualquier otro club la solución habría sido fichar a un centrocampista de fuera de rendimiento inmediato, pero en la Real, en concreto Imanol, decidió dar una nueva oportunidad a Pablo, que ha mudado su rol al servicio del equipo. El fino estilista mediapunta del último pase es ahora un incansable 'box to box' explorador de espacios. Lo mismo roba en área propia y opta por salir jugando que rompe a la espalda de la defensa y pisa línea de fondo, como en la asistencia ante el Valladolid, en el 1-2 copero ante el Real Madrid o tantas veces ante Las Palmas. Da gusto verle jugar, con el pelo siempre empapado de sudor y su sempiterno dorsal del filial. En estos dos meses de 'mili' se ha hecho mayor. De Pablito a don Pablo.
Marín ha disputado los últimos 16 partidos de la Real, 10 de ellos como titular. Algunos pensarán que ha sido algo forzado por las circunstancias, por las lesiones de Zakharyan, Sucic y Brais, porque no se reforzó la medular tras la cesión de Urko al Espanyol en enero y hay pocos efectivos. Eso ha podido contribuir, pero si ha jugado tanto es porque ha jugado bien. Es una simple cuestión de méritos. Imanol no regala nada. Había compañeros por delante y les ha adelantado. Hay talentos como Goti tratando de reventar la puerta por detrás, pero el riojano no cae. No es fácil tirarle ni quitarle el balón. Pablo recuerda a un Dacia Logan o a un Kia Ceed. Quizá no es la primera elección. Pero luego resulta que vale para todo –ir de vacaciones, llevar a los niños al cole, ir al curro o al súper- por un coste más bajo. Ayudar a Zubimendi, ocupar todas las parcelas del campo, desmarques al espacio, centros precisos al área…Y coste cero, por canterano.
Si la Real alcanza Europa al final del curso, habrá abrochado con éxito su sexta temporada consecutiva. Habrá futbolistas, sobre todo fichados, que hayan rendido a años luz de lo esperado o que, simplemente, no han aparecido. Pero también habrán asomado futbolistas como Marín –y el año pasado, Aramburu- que han sido como el maná para la Real, espécimen de futbolistas que definen –para bien- a este club.
No hay que engañarse tampoco. La Real se equilibra con este tipo de futbolistas, pero toca la gloria cuando halla en el mercado otros que le ayuden a buscar la excelencia. Este próximo verano será de nuevo vital en ese anhelo. Hay que atinar arriba. Y será más fácil con el equipo en Europa.
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