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El silencio es, en ocasiones, la peor mentira, dice el refranero. La Real vive un momento trascendente para su futuro, con un entrenador que no ... se sabe si seguirá o no a tres meses del fin de su contrato y un director de fútbol que se desconoce si sigue ejerciendo cuando es seguro que en julio ya no estará en Anoeta. Tienen que estar pasando cosas intramuros y no todas buenas o contables cuando los que deciden callan. La transparencia no ha sido el fuerte de la Real en los últimos lustros, pero esta nueva era de oscuridad y falta de explicaciones quizá no se ha vivido nunca. El club y el equipo parecen vivir en una dimensión distinta o un planeta diferente al de la afición que los sustenta y legitima, su verdadera razón de ser. ¿Qué está pasando? Imposible saberlo por este perpetuo 'silenzio stampa'.
Hasta hace unos meses, existía la sana costumbre de que el director de fútbol o el presidente, incluso ambos, comparecieran ante los enviados especiales antes de los partidos europeos para abordar cuestiones relacionadas con la actualidad y con el equipo. Eso ya no se lleva. Ni siquiera salió Olabe después del parón invernal para arrojar luz sobre la decisión de no fichar a nadie pese a que se fueron tres jugadores y todo ello en medio del calendario más infernal que ha tenido la Real en su historia. O se planificó mal en verano, con varios elementos sobrantes, o en enero, sin sustitutos para esos jugadores. Aquí sólo habla Imanol, y obligado, antes y después de los partidos oficiales. Y tampoco puede tener respuestas para todo.
No se explicó, por ejemplo, qué pasó con Arsen Zakharyan en la Europa League, por qué demonios no pudo jugar el partido de vuelta ante el United, por qué no tenía el permiso para hacerlo. El arrojar paladas de tierra sobre este asunto, no explicado ni públicamente ni 'off the record', sólo alimenta la sospecha de se que perpetró una chapuza o una negligencia histórica en la Real. Si no jugó por falta de previsión o por otra razón ajena al club quizá alguien debería salir a explicarlo.
Tampoco se sabe muy bien por qué se ha llegado a este punto sin tener al entrenador atado para la próxima temporada, si existe una alternativa bien atada, de qué factores puede depender que haya continuidad o relevo. Hay decisiones de jugadores que tomar que dependen de eso.
Y todo ello en este contexto ya conocido de imposibilidad siquiera de ver un entrenamiento y el cada vez mayor imposible de entrevistar a los jugadores. En este sentido, la selección sigue siendo un ejemplo. Radios, televisiones y periódicos pudieron charlar sin censura previa con los principales cracks. Y el combinado de De la Fuente cumplió su objetivo. El hincha pudo conocer mejor a Morata, Pedri, Nico, Merino, Lamine y compañía y no implosionó la selección. No se trata de acercar al jugador al informador, sino al seguidor que compra un abono, una entrada, una camiseta y sobres de cromos, además de visionar los reels de las redes sociales.
'Quien mucho habla mucho yerra', reza otro refrán. Tampoco se trata de hablar todas las semanas, pero sí de demostrar que hay alguien al otro lado. Y es que 'quien calla otorga'. Algo pasa. Que nos cuenten qué.
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