En Herning los bolígrafos no pintan

Traté de hacer lo propio con el clásico bolígrafo Bic, pero no dio resultado. En Herning los bolígrafos no pintan. Dos minutos de partido y la tinta azul de la pluma ya estaba congelada por el insoportable frío. El mercurio marcaba tres grados bajo cero pero la sensación térmica caía hasta los ocho por el intenso viento del norte, que se metía en los huesos. Incapaces de entrar en calor. «Good evening, sir. Do you want a coffee or a tea?», sonreía una azafata que repartía bebidas calientes tanto a la prensa como a los aficionados daneses antes de que Brais lanzara el penalti.

Un poco más allá, como si se tratara de un cine donde hay que coger elevadores para los más pequeños, la montaña de mantas térmicas iba poco a poco disminuyendo. Periodistas de la Real haciendo crónicas envueltos en mantas con el escudo de Midtjylland. Si el viaje hace unos años a Salzburgo se recuerda por el frío intenso, esto no se queda atrás. Alguno puede pensar que durante los últimos días se ha exagerado puesto que todas las informaciones solo hablaban de lo mismo, pero no he pasado tanto frío en mi vida. En una visita a un amigo que estaba de Erasmus en Polonia en estas mismas fechas hicimos una excursión a Auschwitz-Birkenau. La nevada fue intensa y la temperatura era de -12 grados, pero ni punto de comparación con la sensación de frío vivida en Herning.

Mallas térmicas para las piernas, camiseta térmica de esquiar, dos pares de calcetines, buf, guantes, gorro, dos camisetas, un jersey de lana, un abrigo especial que soporta los 20 grados bajo cero, dos cafés... Ni el golazo de Kubo valía para entrar en calor. A punto de aterrizar el avión de la expedición realista, corte de digestión. El minibús que transporta a los periodistas guipuzcoanos a Anoeta tiene que hacer un alto en el camino a las tres de la mañana por vómitos. ¿No podía tocar el Olympiacos de El Pireo? Ayer, dieciséis grados.

Imanol y Óskarsson analizan en la previa al Midtjylland en las tripas del MCH Arena. No hay sala de prensa más singular en Europa, llaman la atención los cuatro cañeros de cerveza ubicados al lado de las mesas de sonido. Las crónicas danesas tienen que ser increíbles. En los heladores pupitres de prensa charlan scouts del Bayern Múnich, Borussia Dortmund, Manchester City, Rennes, Bayer Leverkusen y Bolonia. No hace falta ver en directo a Zubimendi, Kubo o Brais para darse cuenta que son futbolistas extraordinarios.

No pasará a la historia el viaje a Herning, una ciudad pequeña y sin nada que ver. Una calle para arriba y otra para abajo. Un periodista danés cuenta que Herning es una ciudad triste en la que «a las cinco de la tarde muchos de sus habitantes están borrachos en los pubs. No hay mucho que hacer, así que se llevan pintas de litro a la boca». Gente educada y amable hacia el exterior, dolida y con problemas de por dentro, al parecer. Hay que ser valiente para vivir en una ciudad sin sol.