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Algunas alarmas se encendieron en el entorno de la Real Sociedad cuando, al comprobar la fecha del final de contrato de Arkaitz Mariezkurrena, figuraba este ... mismo año, 2025, en algunas webs de referencia. Nada más lejos de la realidad. Según ha podido saber DV, el delantero astigartarra, héroe realista en Vallecas con su gol in extremis, está atado desde hace un tiempo a la entidad txuri-urdin hasta el 30 de junio de 2027, con una cláusula de rescisión estándar en jugadores del Sanse con proyección hacia el primer equipo, que suele ascender a 50 millones de euros.
Aunque, más allá de su vínculo contractual, está la voluntad del propio futbolista, que está encantado en el equipo de toda su vida y que no tiene otra intención que seguir mereciendo oportunidades como las que Imanol Alguacil le concedió ante el Jove Español en Copa del Rey o frente al Barcelona y el Rayo Vallecano en Liga. Su gol en Vallecas viene a ratificar una imparable progresión desde que recaló en el club txuri-urdin a los 12 años. Dadas sus actuales circunstancias, lo previsible es que el futbolista, asesorado por Iñaki Ibáñez de IDUB, y el club negocien una nueva ampliación de contrato que le ubique junto a otros jóvenes compañeros llamados a militar en el primer equipo en el próximo lustro, como Pablo Marín (2028), Jon Martín (2030) o Jon Mikel Aramburu (2030).
El equipo de Mariezkurrena a corto y medio plazo es, de momento, el Sanse, con el que, pese a su corta edad (19 años), ya ha disputado 46 encuentros, en los que ha marcado cinco goles y ha repartido cuatro asistencias. Y es que, al margen de que estos días pueda seguir entrenándose a las órdenes de Imanol Alguacil, en su cabeza ya ronda la disputa del encuentro de Primera RFEF que el filial disputa este domingo, día 23, a las 12 horas en el Estadio de O Couto de Ourense. Y es que el primer equipo descansa, por mor del parón FIFA, y son una decena los realistas esparcidos por el mundo para la disputa de encuentros con sus selecciones.
Mariezkurrena quiere seguir dando pasos, pero sin prisas. Su espejo en el que mirarse, según confesó su madre Garbiñe a DV, es el capitán del primer equipo, Mikel Oyarzabal, su ídolo, con quien peleó en los últimos minutos del partido del pasado domingo ante el Rayo Vallecano para buscar un empate que llegó gracias a su gol.
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