¡Qué manera de estrenarse! El debut de Take Kubo con la Real Sociedad en competición oficial no ha podido tener un mejor principio: gol y MVP del partido. Y eso que a priori su presencia en el once titular estaba casi descartada. Sin ... embargo, Imanol apostó por él de inicio en la punta de lanza junto a Isak y el japonés se lo recompensó como mejor sabe, hablando y respondiendo sobre el terreno de juego durante 78 minutos de altísimo nivel. Porque ayer frente al Cádiz, hubo degustación de sushi en el Nuevo Mirandilla.
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Poco les tuvo que parecer lo pagado por la entrada a los más de mil realzales desplazados hasta tierras gaditanas, que salieron del estadio ilusionados con la actuación de uno de sus fichajes estrella. La realidad es que Kubo fue el mejor, sobre todo durante unos primeros cuarenta y cinco minutos en los que estuvo omnipresente. Todo lo hizo bien. Muy activo desde el pitido inicial, el nipón se asoció bien con Isak, cayó a ambas bandas para recibir y generar peligro, se atrevió con el balón parado y hasta ayudó en labores defensivas.
Eso por no hablar de sus magníficas conducciones por la zona central que tanto sacaron de quicio a Fali o que provocaron la amarilla de Zaldua junto antes del descanso. Su golazo en el minuto 24 al aprovechar un caramelo servido por Mikel Merino ya es otra historia. Más que nada por ser en su primer disparo a puerta con la Real. Un tiro, un gol. El curso pasado con el Mallorca necesitó 48 para apuntarse una diana en un total de 28 jornadas. Ahí es nada.
Con Take a buen nivel, el técnico oriotarra sabe que tiene un diamante en bruto al que puede sacar un gran rendimiento. A sus 21 años, el futbolista nacido en Kawasaki ha demostrado poder jugar prácticamente donde él quiera. Por dentro, por fuera, en la zona medular e incluso en la delantera. Más que nada por su actitud, su chispa y su visión de juego. Después de avisar al cuarto de hora con un saque de esquina que terminó rematando alto Merino, Kubo necesitó apenas nueve minutos más para marcar el 0-1. Como si de algo sencillo se tratara, el japonés leyó a la perfección las intenciones del centrocampista navarro y se colocó en el sitio ideal para tirar el desmarque, recibir y definir. Brais Méndez apretó a unos dormidos José Mari y Chust en la presión tras pérdida para entregársela al 'Conde', quien asistió al nipón para que este controlara con la izquierda antes de superar a Ledesma con la derecha, su pierna menos buena. Después llegaría lo demás.
En el 38 hizo de lateral derecho para evitar un centro de Arzamendia, en el 56 pudo tener otra ocasión en un pase largo de Zubeldia, pero el control se le quedó corto. Y diez más tarde, en el 66, entró por la derecha para desde la línea de fondo poner un balón que despejó mal Ledesma antes de sacarle el rechace a Silva. Ya en el 78 fue sustituido entre aplausos por Cho. En definitiva, debut soñado para un hombre que desata la locura en Japón cada vez que se viste de corto.
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Partió desde la izquierda, pero se movió por todas las zonas del campo para recibir y asociarse. También bajó a campo propio para ayudar en labores defensivas.
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