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Jon Magunazelaia (Eibar, 23 años) ha cumplido el sueño de cualquier chaval cuando ingresa por primera vez en Zubieta. El canterano consiguió dar el ... salto al primer equipo, pero sin tener los minutos deseados en la primera vuelta en diciembre decidió salir cedido al Córdoba. El eibarrés reflexiona sobre el fútbol, el no cumplir con las expectativas puestas sobre sí mismo y la importancia de la estabilidad emocional en todos los ámbitos de la vida.
– ¿Cómo está tras estos primeros tres meses de aventura?
– Pues estoy muy bien. Es la primera vez que salgo de casa y estoy mejor de lo esperado. Es verdad que estoy jugando menos de lo que esperaba ni todo lo que quería, pero a nivel de ciudad, de club, de afición y de todo estoy contento.
– ¿Le cambia mucho?
– Bueno, vivo solo y no con mi novia que se ha quedado allí por trabajo. La ciudad sí que es diferente. Antes, cada dos por tres me acercaba a Eibar, veía a mi familia y amigos. Es una nueva etapa que quería vivir. No voy a decir que me está costando, pero es diferente.
– ¿Qué le dice Córdoba?
– Yo creo que el fútbol se vive con bastante más intensidad. Las cosas están yendo bien y la afición está con nosotros. Pero comparándolo con Gipuzkoa creo que en la calle se nota mucha más pasión. Los guipuzcoanos somos más discretos y respetamos más (risas). Como ciudad es espectacular.
– ¿Cómo es la decisión de salir de la Real? Fue el primero en concretar la cesión.
– En noviembre y primeros de diciembre ya veíamos entre Real, mis agentes y yo que lo mejor era salir para poder tener más minutos y continuidad. Hasta finales de diciembre no terminamos de decidir para salir, pero en mi cabeza tenía la idea de salir porque a pesar de estar a gusto en la Real quería probar nuevas cosas. Fue una decisión de todos.
– Por lo que se puede leer entre líneas... ¿Estaba bloqueado?
– No sé si esa es la palabra. Diría que los jugadores como tal queremos jugar más, aunque es cierto que eso nos lo tenemos que ganar en el campo. Al final creo que era un paso necesario para mí y viendo a nivel de club creo que era necesario dar un paso para dar entrada a otra gente interesante. Creo que todos estábamos interesados en que saliera.
– ¿Cómo es el hecho de entrenar todos los días y luego no tener minutos?
– Es difícil, uno no se termina de acostumbrar a eso. Pero soy consciente de la calidad que hay en la plantilla y los jugadores que tengo alrededor. Era entendible no jugar. Al final te das cuenta de que es lo que hay.
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– ¿Apenas se ha perdido entrenamientos, no?
– Qué va, creo que no fallé en ninguno hasta que salí. Por suerte no suelo tener problemas musculares. En ese sentido sí que he tenido continuidad y siempre he entrenado con regularidad.
– ¿Hay algún día en el que haga clic?
– Sí, el día del Conquense en Copa. Me salió un mal partido y la verdad es que tuve una sensación de «hasta aquí». No sé si toqué fondo, pero fue cuando fui consciente de que tenía que cambiar de aires y resetear para darle la vuelta. Si no lo hacía me iba a estancar y hundir.
– ¿Cómo es tener que rendir en las pocas oportunidades que le dan?
– Bueno, es cierto que tratas de acertar todos los pases, de hacer todo bien, pero también con un poco de respeto a fallar. Pero más allá de la presión de fuera, es la exigencia que te pones tú mismo. Yo me considero exigente y en esos ratos que he jugado el hecho de querer hacerlo bien te hace fallar, estar más nervioso de la cuenta.
– ¿En la cantera siempre jugaba y era importante, no?
– Sí, la verdad que sí. He tenido suerte en ese sentido, pero creo que en parte me ha venido bien el no jugar. Ves la realidad del fútbol y no todo es bonito. Aunque siempre quieres jugar en todas las plantillas hay todo tipo de personas y muchos viven una situación similar. Hay que trabajar en el día a día para jugar lo máximo posible.
– ¿Después de tres meses, cree que ha evolucionado?
– Diría que sí. En la vida no siempre sale todo como uno quiere. En estos meses estoy aprendiendo que no todo sale perfecto. El fútbol es fútbol porque hay momentos buenos y malos. Me veo fuerte y creo que en esta etapa estoy mejorando en todos los sentidos.
– ¿Tuvo opciones de ir a algún otro equipo?
– Sí, había bastantes equipos. Viendo un poco los clubes que había me decanté por el Córdoba por el estilo de juego. Creo que era el proyecto donde más podía rendir por mis virtudes. Había alguna opción de salir al extranjero, pero ni yo ni la Real queríamos irnos fuera. Preferíamos quedarnos en Segunda.
– ¿Qué le decía Imanol?
– Siempre ha sido muy sincero conmigo. La verdad es que la competencia en la Real es la que es y siempre en todo momento me dejó claro que era difícil jugar. Me dijo que entrenara como siempre para tener oportunidades, y en ese sentido a nivel personal muy bien.
– Esos lunes después postpartido...
– (Risas) Son duros porque ahí saca el látigo. Además de que los entrenamientos son de alta intensidad, en mi caso siempre venía de no jugar entonces mentalmente estás un poco más bajo. Pero al final uno se acostumbra y no pierdes la forma porque los entrenamientos son muy buenos. Hay que estar preparado para cuando llega la oportunidad.
– El futbolista en la actualidad se prepara en todos los sentidos. A nivel de formación, nutrición, descanso... Por lo que cuenta, ¿también ha entrenado a nivel emocional?
– Sí, la verdad que sí. A raíz del partido del Conquense empecé a trabajar con la psicóloga con la que sigo en la actualidad, María. Desde ahí trabajo con ella y estoy mucho mejor, soy más estable a nivel emocional. Es muy necesario. Desde txiki nos preparan para entrenar duro, estudiar, cuidarse, comer bien, pero creo que habría que enfocar más también lo emocional aunque cada vez se habla más. En la Real mismo ya hay gente que te ayuda en ese sentido. En mi caso ha sido primordial para mi día a día.
– ¿Y qué hace?
– Pues realizo videollamadas, más o menos cada dos semanas. Hablamos de todo, trabajas diferentes temas y la verdad es que me viene muy bien.
– Le pregunto por el Córdoba. Cuando llegó el equipo no estaba bien, pero han empezado a ganar partidos y entonces es más complicado entrar. ¿No?
– Exactamente, es así. Antes a nivel de resultados no estaban tan bien pese a que la plantilla es de nivel. En el día a día se ve gente con ganas de apretar y hacer grandes cosas. Por eso es más complicado entrar cuando los once funcionan. A ver cómo va el futuro porque queremos mirar para arriba.
– ¿Se ven con opciones de luchar por ascender?
– Bueno, estamos en buena racha. Aquí el objetivo del club es conseguir mantener la categoría así que hasta que sumemos 50 puntos no piensas en más cosas. Hay que tener en cuenta que somos recién ascendidos, pero veo a la gente con ganas de más. Si soy sincero, no veían que íbamos a estar tan bien.
– Ha jugado diez partidos y solo dos titularidades.
– Es así. Me gustaría jugar más, pero valoro cada partido en el que participo. Trato de centrarme y dar lo mejor de mí en cada minuto, pero quizás sin la presión que tenía antes. Estoy tranquilo en ese sentido.
– ¿Dónde está jugando?
– Siempre en la mediapunta. Jugué un partido de extremo, pero suelo jugar de enganche en la mediapunta en el 1-4-2-3-1 o como interior en el 1-4-3-3 como juega la Real. Siempre aparezco por dentro.
– ¿No es algo nuevo para usted, no?
– Bueno, esta última temporada con Imanol no estaba jugando por dentro, casi siempre por la izquierda o incluso como delantero. Me siento a gusto porque desde pequeño es mi posición y me gusta, aunque también partía desde la izquierda. Los roles sí que son diferentes. En banda tienes que echar una mano al lateral pero también pisar el área contraria y en el medio tienes más importancia y presencia con el balón.
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