Las diez noticias clave de la jornada
Brais, Oyarzabal, Aguerd, Aihen y Kubo protestan una decisión del colegiado Benoit Bastien EFE
El análisis táctico

El diablo más rojo de Old Trafford

Bastien decidió un partido en el que Imanol sorprendió a Amorim dejando a Becker de nueve y descolgando a Oyarzabal para igualar la batalla por dentro

Miguel González

San Sebastián

Viernes, 14 de marzo 2025, 01:00

Analizar tácticamente un partido cuando ha sido el árbitro el que lo ha desequilibrado con sus decisiones se hace muy complicado. Un penalti dudoso, otro ... inexistente y una expulsión bastante rigurosa jugaron en contra de la Real y la echaron de Europa. Partiendo de esta base, hubo otros aspectos a tener en cuenta pero que quedaron en segundo plano porque no fueron los que condidionaron el resultado. Una pena porque que ganara el Manchester United entraba dentro de lo previsible pero no que contase con semejante ayuda. Lo único que se le puede reprochar a Imanol es que no ordenase una marca fija sobre el árbitro. Fue el diablo más rojo de Old Trafford.

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    Buenas recuperaciones para atacar con peligro

Sorprendió la buena entrada de la Real en el partido, especialmente en los primeros minutos juntó sus líneas y fue agresiva para robar por dentro. No necesitaba presionar alto para forzar el error, sino que lo hacía en zonas interiores y bloque medio gracias a la mayor habilidad de sus jugadores, más rápidos en distancias cortas. Brais, en dos ocasiones, y Zubimendi consiguieron anticiparse a sus rivales para lanzar en ataque a Kubo por la derecha. Así llegó la jugada del penalti del 0-1, con una buena recuperación del gallego sobre Dorgu, que se quedó clavado y sin balón. Kubo y Aritz cogieron en superioridad a Bruno Fernandes, que había tomado la posición de su compañero, y el centro del beasaindarra en ventaja posibilitó que Oyarzabal se adelantara a De Ligt para el penalti del holandés.

Conforme avanzó la primera parte, y ya con empate, la Real trató de ir más arriba en la presión pero le reportó menos réditos que al principio y muchos problemas para defender a campo abierto. No recuperaba en la primera línea de presión y sufría para ajustar la marca con Dorgu, ya que Aritz llegaba tarde al haber demasiada distancia entre líneas. La Real se hacía larga y ahí empezó a emerger la figura de Hojlund.

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    Casemiro campa a sus anchas como lanzador

El United reaccionó rápido para igualar la contienda con dos situaciones que supo dominar. El dos contra uno por la derecha con Dalot y Garnacho sobre Aihen, con el que generaba buenos centros laterales al área, y los balones de Casemiro, al que nadie encimaba, a la espalda de la defensa txuri-urdin. Los intercambios de posición entre carrileros y extremos, alternando fuera y dentro, fijaban demasiado atrás a Zubimendi, Brais y Marín, lo que hacía que el brasileño jugase a placer. Si encima le pones de socio a Bruno Fernandes, el peligro era inminente. Así llegó la jugada del primer penalti con el portugués entrando solo desde segunda línea y Aguerd rompiendo el fuera de juego y demasiado desplazado de zona. Lo curioso del caso es que esa situación con Casemiro se dio en otras tres ocasiones antes del descanso buscando a Dorgu, Zirkzee y al propio Bruno.

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    Equilibrado pulso en el juego interior

Los dos entrenadores sacaron buenas conclusiones del encuentro de ida y se obsesionaron con dominar la parcela interior. Imanol introdujo una variante táctica con Becker, no para explorar el carril exterior sino para dejarle de delantero centro en muchas ocasiones y descolgar a Oyarzabal entre líneas. Esa maniobra posibilitó que Kubo obtuviera situaciones más favorables para buscar el uno contra uno, aunque le faltó encontrar el disparo final desde el borde del área tras dejar atrás a su primer adversario. Esa ubicación del capitán permitía a Brais y Marín jugar más cerca de Zubimendi, pero el United respondió metiendo por dentro a Zirkzee y Garnacho y ganando metros con Bruno Fernandes. El pulso estaba igualado hasta que entró en escena el inefable Bastien.

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    La influencia de un tanque como Hojlund

El tanque danés de 191 centímetros participó en las jugadas más importantes de la segunda parte. Partiendo de que no hay penalti de Aritz a Dorgu, fue el que descargó sobre Zirkzee para que éste obligase a Remiro a responder con una buena intervención, de cuyo rechace llegó la acción del penalti. También inició la jugada de la roja de Aramburu y dio la asistencia a Dalot en el 4-1. Tener un delantero así, que por sus características recuerda al exrealista Sorloth, hace mucho daño a la defensa rival. Zubeldia sufrió sus embistes en la primera parte y a Zubimendi le costó sujetarlo en la segunda cuando corrió a campo abierto. No fue determinante pero generó muchas dudas en la zaga txuri-urdin.

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    Tercera roja en un mes del último hombre

El arbitraje de Bastien no quita para que la expulsión de Aramburu sea la tercera que sufre la Real en un mes en una situación parecida. Pérdida en fase ofensiva, como la de anoche de Turrientes con Hojlund, inexistencia de una primera presión buena y espalda desprotegida. Cuando la misma acción se repite tantas veces es que algo no funciona y es que la Real de este curso no se posiciona tan bien como la del pasado con Merino y sufre demasiado en las transiciones defensivas. Aspecto a mejorar en estos dos meses.

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