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La vida transcurre con una insólita tranquilidad en Elizondo, a orillas del río Baztan, en el corazón del valle del mismo nombre. Este municipio de algo más de 3.500 habitantes, situado a 57 kilómetros de Pamplona y a 65 de San Sebastián, cuenta con una nutrida colonia txuri-urdin que le ha convertido en una de las localidades con más realzales fuera de Gipuzkoa. Mucho tiene que ver que Jon Karrikaburu y Jon Pacheco hayan nacido allí y dieran sus primeras patadas a un balón en el CD Baztan, club convenido con la Real. Por eso allí, en Elizondo, la rivalidad entre la Real Sociedad y Osasuna se vive más que en ningún otro sitio.
«Seguro, seguro que el jueves vuelve a ganar Osasuna. Le tiene cogida la medida a la Real, ¡ni lo dudes!», manifiesta con entusiasmo Beatriz Martínez, una osasunista empedernida cuyo hijo mayor «estuvo entrenando con la Real cuando jugaba en el Baztan y es de la Real. Pero yo sigo siendo de Osasuna, como mi nieto».
Su caso ejemplifica lo que es Elizondo: «Mucha gente aquí está con el corazón dividido», reconoce Ane Etxabe, cuyo nieto también es de Osasuna. «Yo por ejemplo he vivido en San Sebastián y siempre he sido de la Real, pero cuidado porque Osasuna nunca se rinde», avisa.
Txomin Garmendia
Cocinero y seguidor de Osasuna
Al lado del bar Casino, donde la peña osasunista 'Baztango Gorriek' tiene su sede, y frente al bar Karrika, cuyo dueño pueden imaginarse quién es, una cuadrilla se dispone a dar buena cuenta de unas becadas en la sociedad. Txomin Garmendia, el cocinero, es de Osasuna pero «a un partido creo que gana la Real porque juega en Anoeta y la afición también cuenta, te da un plus. Pero cuidado porque en Bilbao también pensábamos que el Athletic tenía un plus y mira lo que pasó», recuerda.
Uno de los comensales es Juan Ignacio Amiano, primo de Juan Mari Amiano, quien vistiera la elástica txuri-urdin en la década de los 70. A Juan Ignacio le quiso Osasuna cuando era jugador del Baztan, pero aquello no cuajó. Pese a todo, su corazón es rojillo: «Osasuna le tiene cogida la medida. La Real está jugando tres competiciones y eso cansa. Además no ha acertado con los delanteros, mientras que en Osasuna los tres de arriba funcionan bien».
Por la Plaza de los Fueros aparece Guillermo Quertier, presidente de la peña 'Baztandarrak Realarekin' fundada en 2023. Luce la camiseta con la que la Real conquistó la última Copa del Rey en la que serigrafió el nombre 'Txapelduna' en su espalda antes incluso de alzar el trofeo en La Cartuja. «Estaba seguro de que íbamos a ganar», dice.
Con él llegan dos veteranos, Mirentxu Oyarzabal, que estuvo en Puertollano y Antxon Olondriz, tío de Joseba Ezkurdia y exremontista profesional que completan la particular trilogía txuri-urdin del Baztan. Los tres comparten pasión txuri-urdin aunque tienen una visión distinta de la Real, club que ha ganado mucho peso en Elizondo en los últimos años, como explica Quertier. «La presencia de Jon Pacheco y de Karrika se ha notado mucho en la chavalería. Luego, tanto Antxon como yo, que hemos estado en el CD Baztan muchos años, él como presidente y yo como tesorero, hemos estado convenidos con la Real y cuando estuvimos con Osasuna la relación fue muy lejana. Los directivos que están ahora creo que ninguno es de la Real pero ven cómo la Real trata a sus clubes y eso hace que la gente de aquí esté muy con la Real. Antes había una mezcla de odio y envidia hacia la Real y yo lo pagaba teniéndole manía a Osasuna, una manía que ahora no le tengo».
Mirentxu Oyarzabal
Miembro de la peña 'Baztandarrak Realarekin'
Quien no perdona es Mirentxu Oyarzabal, quien confiesa que ha bautizado a todos sus nietos con la camiseta de la Real: «Con Osasuna aún tengo la espina clavada de cuando les cedimos maravillosamente estar en Primera y luego ellos nos empujaron a Segunda. No es que les tenga especial manía porque siempre he vivido aquí, pero...».
Como Quertier, Mirentxu destaca que «si tu vienes aquí a la plaza, por la mañana o por la tarde, verás que la mayoría de niños lleva la camiseta de la Real. Antes éramos pocos pero ahora es así. Es que no se puede comparar un equipo y otro. Son incomparables», señala sacando pecho. «¡Joder! Pareces de Bilbao», le espeta Quertier que ve el partido de mañana «con ilusión y con ganas, ganas de sacarme la espina del domingo y volver a ganar a Osasuna».
El más pesimista y crítico de los tres es Antxon Olondriz: «Yo confianza en la Real tengo toda, lo que pasa es que a veces te desaniman. Muchas veces veo que Imanol dice una cosa y hace otra. No estoy en contra de él porque exigir, exige un montón, pero a veces llega un momento en el que los jugadores se acostumbran a un entrenador. Aún así, creo que podemos pasar perfectamente porque la Real tiene jugadores. Uno por uno creo que tenemos mejores jugadores que Osasuna», estima Antxon que dice «pasar olímpicamente» de los seguidores rojillos que han tratado de 'picarle' tras las dos derrotas ligueras. «Yo tengo un equipo y los demás me dan igual, aunque reconozco que tengo dos que siempre quiero que pierdan: el Madrid y el Bilbao».
Y si pasa la Real ¿ven opciones de volver a levantar un título?: «Yo sí veo opciones de volver a ganar la Copa, pero a mí lo que más ilusión me haría sería poder ir a una final y recuperar lo que no tuvimos en 2021 en Sevilla».
«A mí no sé ni si me interesa. No me produce una gran ilusión porque estuve cuando lo de Aitor Zabaleta y todo lo que rodea a esos partidos lo llevo mal. Pero poder sí se puede. Podemos ganar a cualquiera», asegura Mirentxu.
Olondriz, haciendo gala de su pesimismo, lo ve «bastante complicado, sobre todo si pasan los tres grandes, por los arbitrajes».
Ser de la Real hoy en día en Elizondo puede ser algo hasta normal teniendo en cuenta la vinculación del club local con la entidad txuri-urdin o la presencia de Pacheco y Karrikaburu en el equipo donostiarra. Hacerse de la Real hace más de medio siglo es algo más difícil de explicar.
«Mi padre era americano, de la base de Gorramendi», recuerda Quertier. «Cuando mis padres estaban recién casados nos fuimos a vivir a Estados Unidos. Era 1974. Antes de irnos, un amigo de mi aitatxi, Bixente Olabe, me regaló una equipación entera de la Real Sociedad con la que me fui a Estados Unidos y hasta hoy. Cuando volví, a veces iba al campo con Mirentxu cuando su aita no podía. Con 15 años me hice socio de la Real y hasta ahora».
«Yo me hice de la Real por mi aita», explica Mirentxu Oyarzabal que las ha visto de todos los colores. «Era veterinario en Bera e iba al fútbol a Atotxa siempre que podía. La primera vez que fui con él me acuerdo perfectamente del olor del lilimento Sloan de las piernas de Gorriti. Desde entonces ya tengo a la Real marcada a fuego».
El aita de Antxon Olondriz «era de San Sebastián y solíamos ir allí la primera semana de septiembre para ver la Bandera de La Concha. Era la época en la que Orio y San Juan mantenían aquellas peleas buenas en las que no había ni vizcaínos, ni cántabros, ni gallegos. Luego íbamos a Atotxa y después del partido nos íbamos a comer un bocadillo a la Parte Vieja. A las siete y media cogíamos el autobús y vuelta para casa. Aquello me marcó mucho y hoy te puedo decir que me tira más el deporte guipuzcoano que el navarro. Soy más del Bidasoa que del Anaitasuna. Soy más del Bera Bera que del Beti Onak. Salvo en la pelota que soy del que más me guste».
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