La eficacia merengue se impone al ímpetu realista

Tras el varapalo copero que supuso la abultada derrota frente al Barcelona, las de Natalia Arroyo, que no pudo sentarse ayer en el banquillo después de ser expulsada en la anterior jornada en Tenerife, volvían a la liga con la intención de regalarse un triunfo ante un rival de postín en un encuentro en el que apenas había nada en juego más allá de la honrilla. Pero pronto se dio de bruces con la realidad y con una Linda Caicedo que volvió loca a la zaga local durante toda la tarde. Precisamente de las botas de la colombiana nació el primer golpe, con un balón que Lete dejó muerto en el área pequeña y que Bruun se encargó de empujar al fondo de la portería.

El amago de reacción por parte de la Real llegó en forma de dos ocasiones que apenas intimidaron a la guardameta merengue. La primera llevó la firma de Nerea Eizagirre que de cabeza no pudo imprimirle fuerza al balón, que llegó manso a las manos de Chavas.Instantes después fue Jensen la que probó fortuna desde la frontal, que remató de manera tímida.

Entonces llegó el castigo del Real Madrid, que desde que se había puesto en ventaja cedió toda la iniciativa a las txuri-urdin esperando aprovechar algún error realista que terminó llegando. En una acción rocambolesca, algo confusa, de la zaga guipuzcoana, Moller combinó dentro del área con Athenea, que fusiló por arriba la portería defendida porLete asestando un golpe casi definitivo al partido.

Las madrileñas rondaban el tercero, aunque fue Nerea la que emergió entre tanto desconcierto para forzar una peligrosa falta en la frontal del área visitante que Cecilia se encargaría de transformar con un auténtico golazo de bandera para mantener a la Real dentro del partido. La donostiarra conectó un zurdazo para quitar las telarañas de la escuadra derecha de Chavas, que apenas pudo seguir con la mirada la trayectoria del esférico hasta que terminó besando el fondo de las mallas. Las guipuzcoanas no habían dicho su última palabra y los 700 aficionados largos que se daban cita enZubieta comenzaba a creer en una posible remontada.

En la segunda mitad el Real Madrid lo volvió a intentar por mediación de Caicedo, que no logró batir a la portera txuri-urdin hasta en dos ocasiones. Arroyo introdujo piernas frescas en el ataque y la salida de Jaqueline fue como una bocanada de aire fresco cuando se abre una ventana. La atacante de Ghana aprovechó su verticalidad para atacar la espalda entre Ohiana y Rocío Gálvez, a la que dejó sentada con un magnífico quiebro antes de estrellar el balón en el lateral de la portería. La Real, que volvió a mostrar más ímpetu que puntería, encerraba en su propio área a un RealMadrid que terminó pidiendo la hora enZubieta.