Un derbi igualado en todas las facetas

Ni vencedoras ni vencidas. El derbi guipuzcoano entre la Real y el Eibar acabó con un justo reparto de puntos que refleja la total igualdad que se respiró durante un duelo en el que ambos equipos gozaron de la misma efectividad. También de un infortunio idéntico, puesto que si las blanquiazules vieron como dos de sus ocasiones en la primera mitad fueron rechazadas por el larguero y el poste, a las azulgranas les ocurrió exactamente lo mismo en la segunda parte.

Finalmente solo los goles de la guatemalteca Andrea Álvarez, de penalti forzado por Ane Campos pasado el primer cuarto de hora, y la réplica de Amaiur Sarriegi cuando el partido se encaminaba al descanso, subieron a un marcador que premia por igual los méritos de las dos escuadras, aunque no cubre de igual forma las distintas expectativas que manejan.

Porque, mientras que a la Real sí le vale para mantenerse en la zona alta de la tabla, al Eibar se le siguen acumulando las jornadas sin ganar, y ya son 10. Eso sí, al menos meten un punto más de distancia respecto al descenso.

Mientras Yerai Martín apostó por un once que puede considerarse el de gala, con Eunate de nuevo en la portería y Van Deursen disfrutando de la titularidad en detrimento de la italiana Monnecchi, Sánchez Vera sí que removió el avispero para tratar de buscar una mayor fluidez en su juego ofensivo con el que romper el sólido entramado defensivo de las armeras. Así, el preparador madrileño, apostó por colocar a Cecilia en el lateral izquierdo, dejando en el banquillo a jugadoras más habituales como Quiles o Izarne, y también sorprendió prescindiendo de inicio de Cahinova y Franssi, para dar entrada en su lugar a Guridi y Mirari Uria, que disfrutó así de su primera actuación desde el inicio esta temporada.

Y de primeras, el plan diseñado por el preparador txuri-urdin arrancó conforme a sus previsiones, con la Real tomando el mando y llegando hasta el área local con tanto peligro como el que llevó un intencionado remate de Mirari Uria que salió rebotado por el larguero cuando tan solo habían transcurrido los tres primeros minutos de juego.

Sin embargo, la escuadra eibarresa no estaba dispuesta a quedarse pertrechado atrás y, quizás, precisamente el hecho de adelantar sus líneas para ejercer una presión extenuante sobre la salida del balón del rival cogió desprevenidas a las visitantes.

Porque tras una tímida primera llegada, Ane Campos, quién si no, logró adentrarse de forma amenazadora en los dominios de Elene Lete y solo pudo ser frenada por Vanegas, que le derribó dentro del área cometiendo un claro penalti que la colegiada no dudó en señalar.

Tampoco hubo discusión sobre quién se encargaría de lanzar la pena máxima. Decidido de antemano por si se daba la ocasión, Andrea Álvarez, que aún no había inaugurado su cuenta anotadora de este curso, cogió el balón, lo colocó con serenidad sobre el punto de los once metros y con un disparo raso y centrado batió a Elene Lete haciendo inútil su estirada.

El tanto azulgrana cargó de necesidades a las realistas, que sin prisa pero sin pausa, volvieron a tomar el bastón de mando para buscar una portería que Mirari Uria llegó a encontrar justo cuando se rebasaba la media de hora de juego, aunque la azpeitiarra no pudo festejar lo que iba camino de ser gol hasta que el poste largo lo rechazó.

Pero como ya dice el refranero, el que la sigue la consigue y, cuando apenas quedaba un minuto para que se llegara al descanso, el conjunto donostiarra consiguió plasmar su insistencia en el marcador en una acción cuando menos estrambótica.

Y es que en un intento por cortar un medido centro lateral de Lucía, Eunate Astralaga arrolló en su salida a su compañera Mireia Masegur, un alboroto del que Amaiur Sarriegi supo beneficiarse para lograr el empate en un momento de los calificados como psicológicos.

Sin embargo, en lugar de acusar el golpe, las eibarresas se lo tomaron como un desagravio que les sirvió de espoleta para afrontar la reanudación con la firme determinación de lograr esa victoria que llevaba ya nueve jornadas resistiéndose.

Pero al igual que la Real había visto cómo dos de sus ocasiones le habían sido negadas por el travesaño y el poste de la portería azulgrana, el equipo de Yerai Martín experimentó esa misma sensación cuando un potente remate de Andrea Álvarez que se fue fuera tras pegar en el larguero nada más arrancar la segunda mitad, y se repitió solo diez minutos después en una doble ocasión en la que Patri Ojeda también estrelló el balón en el travesaño tras recoger un balón rechazado por la portera tras un ajustado remate de Amani.

Con el paso de los minutos, las incursiones se fueron espaciando, y aunque las donostiarras gozaron de dos buenas opciones, la primera de Amaiur Sarriegi, que estrelló su intento en el exterior de la red, y después a cargo de Cahínová con un remate que se marchó fuera, ninguno de los dos equipos lograron alterar el empate que les llevó a tener que conformarse con un punto muy disputado.

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