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Convertida en un equipo fiable en los momentos claves, la Real Sociedad afronta la última jornada de Liga en una posición de ventaja. Lo hace gracias a que, una vez más, ayer respondió en un momento de máxima presión. Solo podía ganar y no ... transmitió la más mínima duda.Seis minutos le duró el Valladolid, al que destrozaba 4-0 al descanso. Con esa seguridad se plantará el domingo en Pamplona para jugarse la clasificación para la Europa League en un partido a cara de perro ante Osasuna. Las cuentas son muy sencillas: lo logrará si gana, pero también le basta con que Betis o Villarreal no ganen, ya que el golaveraje favorece a los realistas en caso de empate.
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El aficionado blanquiazul observa el duelo del Sadar con un grado de confianza impensable hace no tanto. Pero en el club se ha producido un cambio cultural y no queda ni rastro de aquel fatalismo endémico. Ahora, en los momentos claves, la Real es segura. Se presenta en una final después de 33 años y la gana; se juega la clasificación europea y responde con cuatro goles en apenas media hora ante un rival que lucha por la vida. Se está convirtiendo en esa clase de equipo implacable que ejerce un efecto desmoralizador en los rivales, que saben que no va a fallar. Betis y Villarreal ganan pero siguen como estaban.
6' La Real se pone por delante. Marca Isak y encarrila el partido. En ese momento, la Real es equipo de Europa League. El sueco repite diez minutos más tarde y confirma que la Real no se va a dejar sorprender. En el 28 marca Silva.
34' Marca el Villarreal. La Real va ganando 3-0, pero los castellonenses no fallan y se ponen por delante. La Real sigue clasificada, porque el Betis va 0-0. Un minuto más tarde, Januzaj hace el cuarto en Anoeta.
57' Gol del Betis. El 4-0 en Anoeta y el 2-0 en Villarreal presionan, pero Borja Iglesias marca de penalti. La Real deja de estar clasificada automáticamente para la Europa League.
90' Todo, para la última jornada. Real y Villarreal se pasean y el Betis, aunque le toca sufrir ante el Huesca, consigue aguantar el 1-0.
Situación lógica. La Real se ve abocada a resolver una temporada larga, intensa y exigente el último día. Deberá acostumbrarse. Si el club, como parece, está decidido a subir un peldaño en el escalafón de la Liga, es lo que se va a encontrar de ahora en adelante. Cuanto más arriba, mejores adversarios y más dificultades. La tropa de Imanol podría haber resuelto ayer su clasificación para la Europa League, pero no es nada extraño tener que acudir a la última jornada. De hecho, es lo más lógico en un torneo tan igualado. Las últimas veces que la Real ha ido a Europa también ha sido resolviendo al final, a veces con buenas dosis de agonía. El año pasado, sin ir más lejos.
Villarreal y Betis han sido capaces de forzar la situación hasta el último día, pero la ventaja es para la Real. Los sevillanos han logrado dos victorias muy justas en las dos últimas jornadas, pero los castellonenses han sido contundentes y no se han distraído con su clasificación para la final de la Europa League. Dos buenos rivales, y la Real no debe dar por sentado que se vayan a dejar puntos en la última jornada. Los tres tienen partidos complicados.
Europa mide el éxito. El año histórico de la reconquista de un título 34 años después acabará en gran éxito pase lo que pase en la última jornada (en el peor de los casos, si la Real es séptima jugará la Conference League, tercera competición europea de nuevo cuño), pero la sensación que transmite el club no es la de haber logrado un objetivo -aunque lo haya conseguido, y grande- sino la de estar en camino hacia algún sitio. La Real está en un proceso de búsqueda.
Esa constatación es estimulante para el aficionado, que observa que su equipo sigue apretando y no se conforma con haber ganado la Copa, aunque sea mucho más de lo que había conseguido en tres décadas largas. Todo este tiempo ha sido un club errante, sin hogar desde que salió de Atotxa. Ahora ya tiene una casa en Anoeta y desde esa fortaleza está construyendo algo nuevo.
Y en el fútbol profesional, la medida del éxito la da Europa, algo que para este club ya no es un premio. Esa etapa está superada. Se superó el año de la Champions. Ahora, en Europa el resultado importa y la Real tiene una deuda pendiente por la eliminatoria contra el Manchester United. Allí no fue a disfrutar, sino a competir, y los ingleses le arrollaron en una ronda tan poco prestigiosa como dieciseisavos. Que uno de sus rivales por plaza europea, el Villarreal, vaya a jugar la final del torneo quizá dé alguna pista de por dónde va ese proyecto blanquiazul de futuro.
Pero para volver a ese escenario que ofrece tantas oportunidades, la Real necesitará confirmar su nueva piel en Pamplona. No regalará nada Osasuna, un hueso duro de roer.
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