Los Alguacil: siete hermanos y uno de ellos campeón

«Con el tema de la pandemia la final se nos ha hecho un poco larga, al principio toda la familia la hemos vivido tranquilos, pero cuando quedaban dos semanas y veíamos al pueblo de Orio volcarse empezaron los nervios», arranca Martin. El maldito virus hizo que miles de cuadrillas y familiares no pudiesen disfrutar de la cita como se merecía: «Cada hermano lo vivió en su casa porque no podíamos ser más de cuatro. Una pena porque íbamos a ir todos a Sevilla; primos, sobrinos, nietos...», lamenta Inaxio.

Tal es la dedicación que ofrece Imanol al equipo de su alma que todavía no ha podido ver ni a sus hermanos: «¿Tú has podido hablar con él?», le pregunta Martin a Inaxio. «Llamó a su sobrino porque sabe que le hace ilusión, yo me puse diez minutos, pero le dije de colgar para que descansara un poco», contesta el pequeño. Martin retoma la conversación: «El hermano mayor hoy lunes todavía no ha conseguido hablar con él; yo le felicité por mensaje y en el grupo que tenemos la familia. Viendo el aluvión de mensajes que tuve yo no me quiero ni imaginar lo que le habrá llegado a él». No hacen falta llamadas telefónicas para saber el cariño que se tienen entre los siete hermanos: «No le hemos querido molestar, pero porque tenemos la confianza suficiente para saber que ante cualquier situación que necesitemos el uno del otro vamos a estar ahí. Todos. Procuramos dejarle tranquilo para que atienda otras llamadas... ¡Si vivimos a 50 metros y no nos hemos cruzado», dice entre risas Martin.

En apenas dos años, la familia Alguacil ha visto cómo uno de ellos ha pasado de entrenar en fútbol semiprofesional a convertirse en campeón de Copa. «La familia ha llevado el proceso con naturalidad, cuando estaba en el Sanse le íbamos a ver y lo disfrutábamos igual», desliza Martin. Al igual que dice el propio Imanol «sabíamos que tenía capacidad, pero no pensábamos que iba a llegar hasta donde ha llegado», continua. Inaxio añade que «todavía echamos la vista atrás y ni nos lo creemos; lo hacía porque era su hobbie, entrenaba a los más pequeños de Orio por pura pasión». Es entonces, cuando va dando el salto primero al juvenil del Zarautz y luego entra en el organigrama de la Real. Es cuando la familia se da cuenta de que esto iba en serio. «Se lo ha tomado como si fuese profesional siempre, pero esto no estaba ni en nuestros mejores sueños», ríe Inaxio.

El primer fuerte golpe que le otorgó la vida a la familia Alguacil fue cuando todavía eran muy jóvenes. Ese hecho marcaría la forma de ser de los siete hermanos: «La ama murió cuando Imanol tenía 15 años, el aita era camionero y se pasaba toda la semana fuera de Orio, nos tocó ir a vivir a casa de los aitonas. Eso te deja un sello en la personalidad, te crea tu forma de ser», remarca Inaxio. A Martin, el segundo de los Alguacil, le tocó estar encima de los más pequeños: «Al principio nos vino grande, pero luego nos apoyamos entre hermanos para salir adelante, quizá por eso Imanol sigue teniendo los pies en el suelo, porque sabe de dónde viene». Como en las familias de hace 50 años, todo se compartía en el hogar de los Alguacil: «En la casa de los aitas y también donde los aitonas había tres habitaciones, y una era para los aitas. Algunos dormíamos juntos, nos pasábamos la ropa... Lo que viene siendo una familia normal», recuerda el mayor.

Nadie mejor que sus hermanos para conocer cómo es el Imanol persona: «Alucinaríais al conocerlo, lo cercano que es, lo natural... También es cabroncete, pillo, bromista, tiene su chispa y es un vacilón. Aunque también sabe estar en una mesa en una buena tertulia hablando sobre cualquier tema, aunque viéndolo como un loco en rueda de prensa alguno no se lo crea», bromea Martin.

El timón de la trainera de la Real tiene dueño desde hace dos años: «Siempre le he visto como un líder natural desde bien pequeño. También tenía ese gen ganador, en los partidos que echábamos en las huertas lo daba todo», dice Martin. Nada es una broma para Imanol: «Cuando nos mandaban hacer recados en casa nos lo tomábamos como una competición, salía a correr para ganar siempre», apostilla.

Pase lo que pase y gane lo que gane la Real en los próximos años, Imanol seguirá siendo ese tercer hermano humilde de los Alguacil y un forofo realista más.