Una final que une a todas las generaciones. «Sufro mucho, pero voy con el equipo a muerte»

Juan Martín las ha visto ya de todos los colores a sus 87 años. Es capaz de recordar la década de los cuarenta cuando comenzó a ir al fútbol, la época dorada de la Real cuando llegaron los títulos y la más reciente, con un conjunto guipuzcoano que engancha. De todos esos equipos que ha visto con la elástica realista se queda «con la primera etapa de Toshack, vi un fútbol muy bueno» que, además, tuvo como colofón el título copero de 1987, un éxito que también quiere alcanzar la actual plantilla.

Ese amor por la Real Sociedad le deja muchas veces en casa pese a ser abonado: «Mi nieta, que juega a fútbol, me pide muchos días el pase», por lo que termina «viendo el partido en casa». Eso no evita vivirlo con pasión: «La Real me tira mucho y sufro mucho, pero voy con el equipo a muerte». Tanto le apasiona que «después de algunos partidos no descanso bien por el berrinche que tengo».

A este veterano socio realista no le asusta nada ni nadie en el fútbol, pero «al Athletic le temo un poco porque tiene mucho pundonor». Considera vital que funcione «el centro del campo de la Real con Merino y Silva» sin olvidar a Isak, otro de los futbolistas que le tienen enamorado. «Ellos están con mucha moral porque han sido campeones de la Supercopa», pero confía plenamente en un equipo como el txuri-urdin «que está arriba en la clasificación en Liga» y que cuenta con armas futbolísticas para doblegar a su rival.

Aunque si hay alguien a quien destaca es a Imanol Alguacil. «Es de Orio, como mi mujer, y la Real tiene el empuje de su entrenador porque es capaz de cuidar a sus jugadores como si fuesen sus amigos o sus hijos».

A Iker Monterde (14 años) le queda muy lejos Atotxa. Ha crecido en Anoeta, estadio que visitó por primera vez «el día del ascenso ante el Celta de Vigo». Si bien los treintañeros han sufrido muchos sinsabores, incluido un descenso, los adolescentes se han acostumbrado a una Real ganadora, competitiva: «Me hice socio en la temporada 12/13, la de la Champions». Se inició en Anoeta con la familia, pero «desde la remodelación me he cambiado a la Grada Aitor Zabaleta con dos amigos». Vive los partidos «con mucha pasión, nada de estar tranquilo en Anoeta».

Se define como «muy de la Real» y no le falta razón. En su cabeza se acumulan los resultados del equipo desde que es seguidor. «No es algo que busque, pero se me quedan grabados». Lo hará con letras de oro el del sábado porque «no es habitual ver ganar a la Real un título». A diferencia de Juan Martín, «no he visto al equipo lograr una Copa del Rey» y «nos hace ilusión». Una generación que quiere seguir creciendo al mismo ritmo que el club al que ama. La pena es que no podrá estar en Sevilla, como era el deseo de todos: «Desde el partido de Miranda de Ebro hasta que llegó la pandemia sólo pensaba en la final».

Iker es consciente de que «no hay favoritos porque el Athletic desde que llegó Marcelino está mejor, pero si la Real Sociedad está a su mejor nivel puede ganar el partido». Es el deseo de jóvenes y mayores, de toda la familia txuri-urdin