John Toshack es el entrenador que llevó a la Real Sociedad al que, por ahora, es el último título de Copa. El galés se sentaba en el banquillo en aquella tarde abrasadora del 27 de junio de 1987 en La Romareda ... , en Zaragoza. Con una alineación intervencionista de las suyas, marca de la casa sobre todo en su primera etapa en el club, Toshack superó al Atlético de Madrid de Luis Aragonés en la tanda de penaltis tras empatar a dos. Toshack recuerda con detalle todo lo sucedido en aquella competición que está escrita con letras de oro en la historia del club.
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– La Real se prepara para reeditar aquel triunfo suyo en la Copa de 1987.
– Sí, fuimos el último equipo campeón de Copa con la Real, en 1987. Han pasado 34 años. ¡Dios mío, cómo se han ido estos años!
– ¿Cómo recuerda aquel gran éxito que consiguieron?
– Me acuerdo, sobre todo, de que fueron dos temporadas consecutivas llegando a la final de Copa. Pero fueron dos años muy diferentes.
– ¿Cómo fue el camino para conquistar la Copa de 1987?
– Ese año, si no me estoy equivocando, hasta las semifinales contra el Athletic de Bilbao no jugamos contra ningún equipo de Primera (así es: la Real eliminó a Montijo, Villarreal, Eibar y Mallorca B). Hicimos algunos viajes por España a sitios que no sabía ni que existiesen, como Montijo o Villarreal, que no era lo que es ahora. Jugaban en Tercera división. Así llegamos a la semifinal, que nunca es tarea fácil, pero tuvimos una carrera hasta semifinales contra equipos a los que normalmente tienes que ganar, aunque ya sabemos que en la Copa los equipos pequeños siempre se crecen y es complicado.
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– Y en semifinales, el sorteo empareja a la Real con el Athletic, y el partido de vuelta en Bilbao.
– Sí, llegamos a semifinales y tocó el Athletic. Empatamos (0-0) en Atotxa y jugamos con nueve los últimos veinte minutos por lesiones de Zubillaga y Loren. Nos daban por muertos, creo. Lo daban por hecho. En la rueda de prensa me preguntaron si estaba todo perdido y yo respondí que estaba encantado con haber empatado y que en los últimos 20 minutos habíamos ganado el pase a la final. Psicológicamente estuvo bien. Todo el mundo estaba con la cabeza abajo y yo dije que no, que íbamos a ganar. Y luego fuimos a San Mamés y ganamos 0-1 con gol de José Mari Bakero. Fue una de las noches más felices de mi carrera. Me acuerdo de que de regreso de Bilbao paramos en Eibar y disfrutamos de una buena cena. Probamos todas las variedades de txakoli que había.
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– ¿Cómo fue el planteamiento de aquella final?
– Para ese partido de Zaragoza puse de titulares a Arconada, Dadie de líbero, con Gorriz y Gajate. Sagarzazu y Rekarte, de laterales. Bakero jugó en punta y por detrás de él, López Ufarte, Begiristain y Zamora. Coloqué a Larrañaga de pivote. Arriesgué con Dadie de líbero, pero quería que Larrañaga estuviera a la espalda de López Ufarte, Zamora y Txiki. ¡López Ufarte, Zamora, Txiki y Bakero! ¡Cuatro mejores no puede haber! Pero necesitaba a Larrañaga detrás. Y luego, el gran Luis de portero.
- «López Ufarte, Zamora, Bakero y Begiristain, ¡cuatro mejores no puede haber!»
- «En los penaltis estaba tranquilo porque tenía al mejor portero»
- «Cuando termina la final y somos campeones, me voy al vestuario»
– Y logran un título que queda para siempre en la historia de la Real.
– Fue importantísimo para el club, pero para mí fue el partido más importante que tuve como entrenador en España. Si la Real no gana aquel partido, no se habría pasado conmigo. Aquella victoria me garantizó una renovación importante en el club, para el que fue importantísimo ganar un título. En los años siguientes logramos los subcampeonatos, pero si no hubiéramos ganado la Copa todo eso no habría sucedido. Aunque la final de Zaragoza es un partido importantísimo para la Real en su historia, para mí personalmente fue clave.
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– ¿Estuvo tranquilo cuando se llegó a la tanda de penaltis?
– Tranquilo, en el sentido de que tenía al mejor portero de todos. Muchas veces, cuando llegan los penaltis todo el mundo habla de que es muy importante quién va a tirar. Y sí, hay que elegir a los lanzadores, pero no es lo más importante. Lo más importante es el portero, porque está en los cinco penaltis y no solo en uno. Miraba a Luis y estaba muy tranquilo.
– La afición realista también confiaba en su portero.
– Claro, todo el mundo recuerda el cántico de 'no pasa nada, tenemos a Arconada'.
– ¿Los futbolistas se sentían más seguros con él?
– Para nuestros jugadores, imagínate. Cuando veían a Luis se quedaban tranquilos. Si yo soy jugador del Atlético de Madrid, pongo el balón en el punto de penalti y veo a este hombre entre palos... La portería les parecería mucho más pequeña que a los míos con Abel, dicho con todo el respeto. Y si yo fuera delantero preferiría lanzarle un penalti a Abel que a Luis Arconada.
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– ¿Qué lugar ocupa el título de Copa con la Real en sus recuerdos de toda una vida dedicada al fútbol de máximo nivel?
– Yo he tenido mucha fortuna. He ganado Copas de Europa con el Liverpool y ligas con el Real Madrid, pero es una cosa que queda fija en la memoria. Hace mucho tiempo, ¡eh! No tenía ni 40 años (tenía 38, nació en 1949). Era mi primer trabajo en la Real. El club era famoso por sus Ligas con Alberto Ormaetxea, pero era un momento muy delicado en la Real. Toshack sí o Toshack no, todos los jugadores de cantera... Ganar la Copa y la celebración posterior fue importantísimo.
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– Pero usted no ve los festejos sobre el césped de la Romareda...
– Cuando termina la final y somos campeones, me voy directamente al vestuario. No me acuerdo de nada de la entrega de la Copa y la vuelta de honor. Me meto en el vestuario totalmente bloqueado. Me siento y pienso: ¿dónde están todos? Estaba solo y me di cuenta de que no estaba viendo a los jugadores con la Copa por el campo. Me quedé sentado, solo, esperando.
– Después, el regreso a casa fue la apoteosis...
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– De la vuelta a San Sebastián me acordaré toda la vida. Fíjate que he tenido suerte en mi vida de ganar cosas importantes con grandes clubes, pero el viaje por todos los pueblos a la vuelta mirando las caras de la gente es una cosa de la que me acuerdo toda mi vida.
– Esas imágenes son el retrato de lo que significa la Real.
– Se habla de grandeza, y yo he ganado la Liga con el Real Madrid, con récord de goles y en el recibimiento en el Ayuntamiento había doce personas y su perro abajo. Lo de la Real y este viaje en el autocar por los pueblos de Gipuzkoa es una de las cosas más emocionantes y maravillosas que recuerdo de mi vida..
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