Nunca antes en la historia

La COVID-19 nos ha marcado para siempre. Nunca antes había sucedido algo semejante. Es verdad que esa sensación de estar asistiendo constantemente a acontecimientos que «nunca antes» se habían producido, acaba pasando factura en términos de estrés y fatiga pandémica, pero también nos devuelve cierta capacidad de asombro ante cosas sencillas que considerábamos que «eran así» y hemos aprendido a valorar.

Nunca antes habíamos apreciado tanto la importancia de poder movernos con libertad y juntarnos con otras personas para celebrar el triunfo o compartir la derrota de nuestro equipo. Esa capacidad de apreciar la importancia de las pequeñas cosas de la vida es una de las pocas consecuencias positivas que nos dejará esta pandemia, junto a la constatación de que la Humanidad, cuando se une, es capaz de llevar a cabo hazañas inimaginables, como desarrollar vacunas eficaces contra una enfermedad desconocida en un tiempo récord.

Nunca antes un equipo de fútbol, en este caso el Athletic Club, se había enfrentado al reto de disputar en dos semanas dos finales de Copa, la del año de la pandemia y la del año de la vacunación.

Como alcalde y como bilbaino, no puedo ocultar mi deseo de poder exhibir ese doble trofeo en el Ayuntamiento, pero tengo muy claro que en este tipo de acontecimientos deportivos de primer orden, el respeto debe prevalecer sobre la rivalidad.

Por primera vez, las aficiones del Athletic y de la Real compartimos el orgullo de protagonizar un derbi vasco como colofón a una de las ediciones más accidentadas de la Copa. Celebrémoslo con moderación, como exige esta normalidad provisional, y sigamos trabajando para que la nueva normalidad a la que nos dirigimos siga siendo pródiga en encuentros, celebraciones y todas esas pequeñas y grandes cosas buenas que tenía la vieja normalidad.

Aupa Athletic!!! Aupa Erreala!!!

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