Como en el último año no hemos podido vernos las caras por culpa de esta maldita pandemia, no me queda otro remedio que mandarte estas líneas antes de la final de Sevilla. Me dirijo, por supuesto a ti, Imanol, y a todos tus jugadores, a ... los que el día 3 estaréis sobre el campo de La Cartuja y a los que no podréis hacerlo y lo hago únicamente para transmitiros un mensaje, un deseo, un sentimiento muy extendido entre los aficionados, no solo de nuestra querida Real, sino de los amantes del buen fútbol: que gane el mejor, que se lleve el título el equipo que más y mejor juega, el que más méritos ha hecho en este torneo, el único que ha ganado todos los partidos en los 90 minutos y el que más difícil lo ha tenido.
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Sé que no siempre sucede esto, porque el fútbol también tiene renglones torcidos y la historia está llena de ejemplos, pero creo que no hay deseo más lícito y lógico ante una competición deportiva que este, que gane el mejor.
En el camino que has seguido hasta llegar al partido de Sevilla, has dejado bien claro desde el primer día en Becerril hasta el último en Miranda que ibas a por el título y ahora lo tienes ahí. Entre medias, vivimos noches inolvidables como aquella lección que diste en el mismísimo Bernabéu o el recibimiento en Anoeta contra el Mirandés. En esa trayectoria no solo convenciste a los tuyos, sino incluso a tus rivales, que se dieron cuenta de tu poder futbolístico, pero también de tu humanidad y grandeza. Por eso, el día 3 una pequeña localidad palentina, por ejemplo, también estará volcada con vosotros.
Queda lo más difícil, claro, ganar la final. Son 90 minutos, o 120 o incluso 120 y penaltis, pero estoy convencido de que si eres tú misma, el título estará el día 4 en Gipuzkoa. Solo hace falta eso, que juegues como sabes y que lejos de sentir presión, puedas disfrutar de la final, porque estos partidos son para disfrutar.
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La afición no lo podrá hacer en el campo y de veras que lo siento por tus seguidores más jóvenes, por aquellos que nunca han podido vivir una final y que esta vez tampoco podrán hacerlo, porque aunque hay en juego un título, lo de La Cartuja no será una final en sí misma.
Dicen, y voy acabando, que uno se hace viejo cuando piensa más en lo que hizo ayer que en lo que va a hacer mañana. Puede ser. Pero uno ha tenido la suerte de vivir in situ la Liga de Gijón, la de Atocha, la Supercopa frente al Madrid y la Copa de Zaragoza contra el Atlético. Nunca me olvidaré de ello. Ahora llega otro momento histórico que sumar a los anteriores, otro día especial en la lucha por este título de Copa que sin duda se merecen especialmente esas nuevas generaciones que el día del ascenso de aquel mes de junio de 2010 comenzaron a cambiar la historia de nuestra Real. Aquel 13 de junio escribí que había empezado una nueva etapa, que nos llevaría, tarde o temprano, hasta la consecución de un título.
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Por todos los realistas, por vosotros, pero especialmente por ellos, jugad como sabéis y el fútbol hará el resto. Goazen Reala! Aupa Real!
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