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El árbitro Adrián Cordero Vega discute con Igor Zubeldia en la acción del penalti a favor del Mallorca.

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El árbitro Adrián Cordero Vega discute con Igor Zubeldia en la acción del penalti a favor del Mallorca. Alterphotos

La galerna viene desde Son Moix

La Real vuelve a perder tras un claro penalti, el cuarto en seis partidos, y sigue mostrando debilidad defensiva

Beñat Barreto

Enviado especial a Palma de Mallorca

Miércoles, 18 de septiembre 2024, 02:00

Houston, tenemos un problema. Cuarta derrota de la Real en seis partidos, lo que evidencia que su inicio de curso es francamente malo. Las buenas sensaciones mostradas ante el Real Madrid fueron un espejismo y sigue dando signos de no ser ahora mismo un equipo competitivo como para sumar de tres en tres. El Mallorca, sin demasiados alardes, le volvió a ganar doce partidos después. Los bermellones llevaban nueve derrotas y tres empates. Si alguna vez tenían que romper esa mala racha, debía ser ante esta endeble Real.

Jokin Aperribay dejó en verano una de las frases de la temporada cuando le preguntaron por Robert Navarro, ayer titular en Son Moix. «Cuando entran nubes por Igeldo y empieza a oscurecer, es que viene galerna. Y hace tiempo que veíamos que venía galerna». Septiembre en Palma, 15 grados y un frío que pela en el campo, como si los futbolistas de Imanol se hubiesen contagiado de la oscuridad del cielo de Mallorca. La galerna deja de venir por Igeldo y ahora aparece por Son Moix puesto que la Real dilapidó en la primera mitad los brotes verdes que mostró ante el equipo más poderoso del mundo. Tanto con balón como sin él.

La primera arrancada de Barrenetxea por banda izquierda, tras gran pase de Zubimendi, invitaba a pensar que se iba a ver esa eléctrica Real que enamoró al comienzo de la pasada temporada. Pero nada más lejos de la realidad. Fue un espejismo. Como los 27 grados y el sol que lucieron durante la mañana de ayer en Palma. Los de Imanol volvieron a estar lentos al igual que en las primeras cuatro jornadas. No se presionó como ante los blancos, y cuando saltaron a por los de Jagoba se encontraron con un Mallorca que ahora sí que disfruta saliendo desde atrás. No eran ni Rudiger ni Militao, curiosamente infinitamente peor que Copete y Raíllo.

Y sí, la Real volvió a defender el balón parado como un equipo de categoría alevín. Copete se hizo grande en cada envío de Darder y Larin pudo comenzar la tormenta antes de tiempo. Apareció Aritz para apagar el fuego, pero para entonces la Real ya merecía perder. Sorprendió que Imanol moviera tanto el árbol teniendo en cuenta que todavía estamos en la jornada 6. Cierto es que había poco tiempo de recuperación, pero quizás era mejor tener futbolistas que están enchufados y cansados y no jugadores faltos de ritmo que entran a cada acción dos o tres segundos tarde. Se notó, sobre todo, en Mikel Oyarzabal, que apenas pudo tener jugadas positivas. Al menos protestó desde el banquillo un posible penalti sobre Óskarsson. Es el único que levanta la voz ante el trencilla cuando el resto no mueven ni una ceja.

El gol hizo acto de presencia, una vez más esta temporada, desde el punto de penalti. Seis partidos y cuatro penas máxima. Un penalti es casualidad, dos pueden preocupar, tres son una hemorragia con la que se escapan puntos, pero cuatro quiere decir que estás defendiendo horrorosamente mal. Obvien si quieren el de Aramburu sobre Vinicius, que no es, pero Barrenetxea no puede cometer el grosero error que ya pagó caro la Real con Sergio cuatro días atrás. Imperdonable girarse y dejar el brazo izquierdo extendido. Penalti tan inmenso como la catedral gótica de Mallorca. Un debate aparte merece Remiro en esta faceta del juego. El balón aéreo ya no es su gran debe, ahora es al menos adivinar un penalti como sí hizo con Vinicius. No hablo no de pararlo. A su favor decir que sí que detuvo uno a Abde ante el Betis la pasada temporada en la jornada 37 que supuso la clasificación europea, pero el marroquí realizó una panenka que no se puede ejecutar peor.

Sucic asiste... Sin premio

Curioso el inicio de temporada de Sucic. Debutó ante el Rayo, se quedó sin jugar dos partidos por decisión técnica y cayó lesionado ante el Getafe. Disputó minutos con Croacia y revivió. Ayer volvió a ser el mejor realista sobre el verde. Si la Real es incapaz de triangular con rapidez, encontrar al hombre libre y generar superioridades, al menos que el balcánico dispare desde lejos porque es una bendición.

Su figura es aún más importante porque de momento es el único capaz de asistir, aunque sus compañeros no lo aprovechen. El envío en profundidad para dejar en buena posición de remate a Óskarsson es una maravilla. Los nubarrones ya no son grises, pasan a ser negros y vienen desde Son Moix.

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