Girarse para escapar de la presión
Análisis táctico ·
La Real utilizó la gran capacidad de Sucic para darse la vuelta y romper al Girona desde atrás, y las incorporaciones de Sergio por pasillo interior para lanzar por fuera a BarrenetxeaAnálisis táctico ·
La Real utilizó la gran capacidad de Sucic para darse la vuelta y romper al Girona desde atrás, y las incorporaciones de Sergio por pasillo interior para lanzar por fuera a BarrenetxeaNo sé cómo fueron aquellas partidas de ajedrez de los ochenta que convirtieron en leyendas a Karpov y Kasparov, pero la que protagonizaron en Montilivi este sábado Imanol y Míchel resultó de lo más entretenida. Dos técnicos que juegan a lo mismo, que dan mucha ... importancia al balón y que durante el partido realizan mil variantes tácticas para sorprender al adversario. El triunfo fue para el conjunto lado txuri-urdin y no solo por los tres puntos, sino porque controló la posesión, el ritmo de juego, generó más llegadas y se le vio más cómodo sobre el césped. Una de esas victorias en la que ganas y convences por la solvencia de tu fútbol y en la que no lo haces por más goles porque el tanque de la confianza aún está llenándose.
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El partido arrancó con dos equipos queriendo ir altos en la presión porque ninguno vive cómodo en zonas retrasadas. El Girona lo hizo mejor de salida, llegando a forzar dos córners de la Real en cesiones a Remiro. Al cuadro txuri-urdin le costaba girarse y ahí apareció Sucic para romper la intención local de robar en campo contrario. Óskarsson la tiene en el minuto ocho a centro de Sergio Gómez pero la clave de la jugada está en cómo Sucic se quita de encima cerca del área propia a Iván Martín y Van de Beek de un plumazo. Míchel envió entonces a Miguel Gutiérrez alto a perseguirle pero el croata también se dio la vuelta para girar el juego hacia Barrenetxea. En el 0-1 su aportación es clave porque tras la recuperación de Oyarzabal ante Danjuma, es el que aguanta la primera embestida del neerlandés y le deja sentado con su regate para lanzar en carrera al capitán. El juego de espaldas del exjugador del Salzburgo en campo propio fue determinante.
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Entre el minuto 20 y 35 el conjunto de Imanol logró ganar metros porque esa presión individual se hizo más intensa y consiguió que el Girona no pudiera iniciar en corto. Aramburu apretó los dientes saltando alto sobre Gutiérrez y el trabajo de Brais y Sucic sobre Martín y Yangel hizo el resto. Oyarzabal dispuso de dos buenas ocasiones, una volea de izquierda y un cabezazo en el segundo palo, y Óskarsson estuvo a punto de marcar de no ser agarrado por Krejci. En esa acción Sergio recupera en el centro del campo, Brais mete el pase al hueco y la velocidad del islandés le pone en ventaja. Míchel ve la jugada y cómo Sergio hace superioridad por el pasillo interior, así que cambia para pasar del 1-3-4-3 al 1-4-2-3-1 mandando a Francés al lateral derecho y colocando a Arnau de pivote junto a Yangel para adelantar a Martín. El Girona se estira antes del descanso, la Real pierde campo pero un robo de Oyarzabal sobre Danjuma es el inicio de una transición ofensiva desarrollada a la perfección.
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Imanol reacciona casi al instante para responder a ese doble pivote que le plantea Míchel con Arnau y Yangel. La solución es fijar al catalán por dentro con la posición de Brais y generar situaciones de dos contra uno por fuera de Sergio y Barrenetxea contra Alejandro Francés, aprovechando que éste sufre más en banda que de central y que Van de Beek no se repliega tanto como un hombre acostumbrado a jugar por fuera. Así, no es casualidad que Barrenetxea sea el principal generador de peligro antes del descanso con un centro de exterior a Oyarzabal y con el servicio del gol al eibarrés en el que detecta su llegada y le pone un caramelo a la espalda de Krejci. Ahí el '10' es infalible.
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El Girona tenía que reaccionar y la Real, salir de la cueva para recuperar el control del juego por mucho que estuviera en ventaja en el marcador. No podía meterse en área propia tan pronto. La fórmula elegida fue saltar con Zubimendi alto por Arnau, seguir en individual con Sucic y Brais a Martín y Yangel, y dejar atrás mano a mano a Zubeldia, Aguerd y Sergio contra Danjuma, Miovski y Van de Beek. Aramburu, para entonces, ya se había pegado como una lapa a Gutiérrez. Los de arriba no son peligrosos si no reciben el balón en condiciones y muchas veces, como decía Lillo, no arriesgar es lo más arriesgado. Así que con una Real valiente en la presión arrancó el primer tramo de la segunda parte sin que Remiro tuviera el más mínimo protagonismo. En iniciación, el triángulo formado por Sergio, Brais y Oyarzabal se rotaba en sus posiciones para tener siempre superioridad por ese flanco izquierdo para estirarse.
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Imanol retiró del campo a Óskarsson y Oyarzabal y perdió verticalidad para sorprender a un Girona abierto, aunque en ese momento lo que interesaba era defender el gol de ventaja más que hacer el segundo. Ya con Javi López atrás, dispuso de una línea de cuatro centrocampistas con Sergio cerrando por dentro junto a Zubimendi, Sucic y Turrientes y el partido no tuvo más historia, salvo en la única ocasión en la que Danjuma y Misehouy, dos futbolistas eléctricos, encararon fuera de zona a Zubeldia y Zubimendi. Remiro solventó el peligro. La Real había sido mejor y no iba a dejar escapar la victoria ante un equipo de Champions. Una buena inyección de moral para iniciar un tramo de competición que puede ser determinante.
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