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Mi tarde de ayer comenzó visitando al equipo babazorro en el hotel Aránzazu y terminó marchándome de Anoeta con un buen disgusto. Siempre he tratado de evitar aglomeraciones como la del día de Santo Tomás, así que me fui hasta el barrio del Antiguo ... para visitar a varios amigos que aún siguen en el equipo vitoriano, como Sendoa Agirre, que ahora ejerce como delegado pero en su día fue mi segundo de abordo cuando estuve dirigiendo al Alavés en las temporadas 2013/14 y 2014/15. También siguen por Vitoria dos hombres de los de antes: Manu García y Víctor Laguardia.
Manu es uno de esos jugadores que no tuvo la fortuna de debutar con el primer equipo txuri-urdin, pero supo buscarse las castañas para recalar en el Alavés y hacer carrera allí. Ayer fue suplente, pero rindió a las mil maravillas cuando salió desde el banquillo. Cuando llegué a Vitoria, Manu jugaba de lateral izquierdo. No podía entenderlo. Un lateral debe ser explosivo, con velocidad, y Manu tiene unas cualidades totalmente opuestas, así que apostamos por colocarle en el centro del campo y fue todo un acierto. Su juego aéreo, su fuerza y su garra encajan a la perfección con esa posición. Qué puedo decir de Laguardia. A mi modo de ver es uno de los mejores centrales de LaLiga. Tiene carácter y buen manejo del balón. Ayer secó a Willian José. Bien es cierto que el delantero txuri-urdin no atraviesa por su mejor momento, pero es un nueve con una envergadura tal que defenderle siempre es muy complicado. Sobresaliente también para Laguardia ayer en Anoeta y para todo el equipo. Daba la sensación de que los de Abelardo estuvieron cómodos durante los 90 minutos. Los innumerables centros por banda y los córners apenas generaron peligro a un gran Fernando Pacheco.
El éxito del Alavés a lo largo de estas últimas temporadas se cimenta en jugadores como Manu y Víctor. Ambos ascendieron a la División de Plata con Bordalás y también salvaron la categoría cuando llegué a Vitoria en 2014. Siete puntos nos separaban del descenso por aquel entonces y para sorpresa de muchos lo logramos en la última jornada ante el Jaén. Fue un día increíble.
El Alavés no se ha vuelto loco estas últimas campañas y ha fichado jugadores comprometidos, guerreros, con carácter, además de mantener a otros tantos de la vieja escuela como el propio Manu García. No puedo olvidarme de Abelardo, otro de los grandes artífices de este Alavés. Es uno de los hombres más sencillos y afables que te puedes encontrar en el fútbol. Ya tiene un ascenso con el Sporting y en Vitoria lo está haciendo a las mil maravillas. Tiene más que claro lo que necesita el equipo y cómo debe plasmarlo sobre el verde. Anoche quedó reflejado a la perfección. Situó a Sobrino en la banda para cortar las subidas de Theo. Cada uno de los jugadores del Alavés se deja la piel sobre el césped. Como ya ocurriera con el Getafe, los vitorianos son un equipo que rinde como bloque, no por sus individualidades, que precisamente creo que es lo que le ocurre a la Real. Depende mucho del estado de forma de sus mejores hombres para que el rendimiento del equipo sea el óptimo. La Real ha vivido únicamente de momentos de inspiración. Sobre todo, de destellos de Januzaj y Theo.
Lo único positivo en la noche de ayer es el debut de Ander Barrenetxea. Zubieta sigue sacando jugadores.
Pensando ya en el 2019, la Real visitará el Santiago Bernabéu. Lo hará ante un Real Madrid al que se le puede meter mano, aunque también puede salirle un partido redondo. Ojalá no sea así y arranquemos el año con buen pie.
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