'Aldo, aldo'

Llega el partido ante el Barcelona en el Nou Camp, una visita que lejos de agradar a toda la familia blanquiazul se ha convertido en una pesadilla. Últimamente todo han sido resultados negativos y las opciones de triunfo ante los catalanes se han contado con los dedos de una mano. Tal día como hoy en 1991, hace 32 años, la Real obtuvo su última victoria ante el Barça. Fue además el último gol que marcó un delantero de leyenda que hizo sonreir a la parroquia blanquiazul infinidad de veces. No es otro que John Willian Aldridge.

El último vuelo del británico fue en el Nou Camp. En un gol de puro delantero en una obra maestra que firmó la Real de Javier Expósito con acento inglés. Porque en aquel 2-3, un gol fue obra de Dalian Atkinson y los otros dos los marcó John Aldridge. El tanto del triunfo llegó además de una asociación entre ambos. Con un 4x4 como el 'Txipirón' que podía con todo, se deshizo de dos armarios como Serna y Nadal, metió un balón entre ambos para que 'Aldo' (como se le conoce cariñosamente a Aldrigde) marcara a Zubizarreta a puerta vacía. Un gol que no pasará a la historia por su belleza, sí por ser el cuadragésimo como blanquiazul y último que anotó el exinternacional irlandés.

Históricamente la Real ha tenido un ojo clínico a la hora de contratar delanteros. Desde Jesus Mari Satrústegi, máximo goleador de la historia de la Real y en el puesto número 1 de los arietes por sus goles y títulos, un buen puñado de jugadoras han arrancado los aplausos de la grada. En el apartado de mito podemos poner a Darko Kovacevic. Después, Meho Kodro, Carlos Vela, Willian José o Nihat tuvieron un rendimiento altísimo y se hincharon a meter goles.

Lo mismo que John Aldridge. 40 tantos, 33 en liga, en dos temporadas. En la 1989/90 hizo 16 tantos. En la siguiente metió 17. Uno de los últimos vestigios de Atotxa, que coreaba sin cesar aquel 'Aldo, Aldo'. El ariete estuvo invitado por la Real en 2015 y tuvo la oportunidad de pisar el césped de Anoeta.

Fue, nuevamente jaleado por el público. Siempre cariñoso con lo que tiene que ver con la Real, a sus 64 años Aldridge es un hombre activo en redes sociales, que escribe columnas de opinión en el Liverpool Echo sobre la actualidad del equipo 'red'. El exjugador realista nació en Liverpool y con el equipo de Anfield logró ganar la Liga en la temporada 88/89 justo antes de hacer las maletas y poner rumbo a Donostia. El recientemente fallecido presidente Iñaki Alkiza decidió cambiar el rumbo de la institución e incorporar a jugadores extranjeros a la Real. El último había sido Simonson, en la década de los sesenta, un jugador cedido por el Real Madrid. Aldridge vio como en su segunda temporada coincidió con dos compatriotas, ya que la directiva puso sus ojos en el jugador del Arsenal Kevin Richardson y en el delantero procedente del Sheffield Wednesday, Dalian Atkinson.

Aldridge creció en Liverpool y como es lógico detrás de una pelota. Después de asistir a las clases en Banks Road School, el jardín de la parte trasera de su casa era el lugar idóneo para jugar. «Es que era un sitio perfecto para hacer partidos cinco contra cinco», rememora el exariete de la Real. Después de proclamarse campeón de Liverpool con su colegio e hincharse a meter goles, fue a un equipo de quinta división. A partir de ahí no paró de crecer.

La llegada de 'Aldo' a Atotxa fue tomada por la hinchada como un refuerzo de lujo aunque abrir las fronteras a jugadores no formados en Zubieta creó controversia. Los goles del ex del Liverpool cambiaron esa tendencia y comenzó la veneración de la grada hacia él. Un delantero puro. De un toque. De una precisión exquisita y un olfato de sabueso dentro del área. Sus 40 tantos en 75 encuentros con la Real durante dos temporadas lo dicen todo. Un jugador imperturbable, que era delantero centro pero jugaba con el 8 a la espalda. Y que podía estar 89 minutos silbando que como le llegara un balón franco lo colaba en el arco, ese era Aldridge. Su primer tanto con la Real fue contra el Barcelona -de hecho le hizo dos en el mismo partido-, como el último. Al delantero de origen irlandés se le daban bien las grandes citas. Con él, la Real ganó fuera de casa al Real Madrid, Barcelona y Valencia. Algo que no se ha repetido desde entonces.

«Estoy emocionado por volver a San Sebastián después de 25 años. Realmente emocionado, lo mismo que mi esposa, que me acompañará», declaró en vísperas de su visita a la que había sido su casa. «Llevaba tiempo planeando el regreso, pero por una cosa o por otra se iba retrasando. Estoy deseando volver». Y por supuesto Aldo recibió la calurosa ovación de un público que le idolatró un cuarto de siglo antes. Otro fútbol, otro equipo, pero mismos colores e idéntica esencia. La de un delantero que solo tenía la portería entre ceja y ceja. 16 tantos y seis en Copa en su primera temporada en Atotxa, y 17 goles en Liga y uno en UEFA en la segunda.

Un delantero genial y un hombre que a pesar de pasar solo dos temporadas en Gipuzkoa, mostró enorme respeto por la ciudad y la afición. Siempre que puede a través de las redes sociales manda un guiño o ánimo al que fuera su exequipo. Especial ilusión le hizo la victoria esta temporada de la Real en Old Trafford, ya que históricamente el Manchester United ha sido el gran rival del Liverpool, donde Aldridge es uno de los jugadores más queridos. La Real lucha por recordarle. Y para eso tiene que ganar al Barça 32 años después. Con Aldridge en el equipo, seguro que Ter Stegen estaría inquieto.