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Carlos Martínez, la locomotora blanquiazul
Leyendas Txuri-Urdin

Carlos Martínez, la locomotora blanquiazul

Carlos Martínez se hacía mayor como blanquiazul hace una década y ejemplifica el resurgir de la Real de Segunda a Champions

Viernes, 3 de marzo 2023

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a sabia e incorrompible hemeroteca nos dice que hace diez años, Carlos Martínez Díez (Lodosa, 9 de abril de 1986) firmaba su extensión de contrato que le iba a llevar hasta el año 2018 en la Real Sociedad. El bautizado como 'expreso de Lodosa' rubricaba una prolongación que le llevaba a vestir de blanquiazul hasta los 32 años. Y efectivamente ahí se acabó su trayectoria en la Real Sociedad.

Una lesión impidió que su zancada, su melena al viento y su enorme corazón dejara de subir la banda derecha del ataque txuri-urdin con esa figura tan característica y espigada que le daba su 1,90 de estatura. 'Txarly' como era conocido en el vestuario, ejemplifica el resurgir del club hace algo más de una década. Sufrió el infierno de segunda división, donde estuvo las tres temporadas, pero poco después vivió lo que es ser el lateral derecho titular de un equipo de Champions League. Aquella defensa formada por Carlos Martínez, Mikel González, Iñigo Martínez y Alberto de la Bella, se convirtió en casi intocable para, primero Montanier, y después Jagoba Arrasate. La irrupción de Joseba Zaldua, Aritz Elustondo y Álvaro Odriozola después le fueron restando minutos pero sin duda Carlos fue uno de los jugadores más queridos de la hinchada blanquiazul.

«Llegué aquí con trece años siendo un niño», declaró el día que estampó su firma en el que sería su último contrato con la entidad de Anoeta.

«La Real me ha dado la posibilidad de cumplir un sueño, pero también de tener unos estudios, de formarme, de ser una persona seria. Porque cuando sales de casa, no sabes lo que puede ocurrir. Cuando has pasado por todos los equipos de la cantera es muy bonito conseguir llegar a Primera en el equipo en el que llevas toda tu vida. Este club es parte de mí ahora y lo será siempre»

«La Real me ha dado la posibilidad de cumplir un sueño, pero también de tener unos estudios, de formarme, de ser una persona seria. Porque cuando sales de casa, no sabes lo que puede ocurrir. Cuando has pasado por todos los equipos de la cantera es muy bonito conseguir llegar a Primera en el equipo en el que llevas toda tu vida. Este club es parte de mí ahora y lo será siempre»

«La Real me ha dado la posibilidad de cumplir un sueño, pero también de tener unos estudios, de formarme, de ser una persona seria. Porque cuando sales de casa, no sabes lo que puede ocurrir. Cuando has pasado por todos los equipos de la cantera es muy bonito conseguir llegar a Primera en el equipo en el que llevas toda tu vida. Este club es parte de mí ahora y lo será siempre»

«La Real me ha dado la posibilidad de cumplir un sueño, pero también de tener unos estudios, de formarme, de ser una persona seria. Porque cuando sales de casa, no sabes lo que puede ocurrir. Cuando has pasado por todos los equipos de la cantera es muy bonito conseguir llegar a Primera en el equipo en el que llevas toda tu vida. Este club es parte de mí ahora y lo será siempre»

Carlos perteneció a una clase de jugadores distinta a las de hoy en día. Los que debían pasar por la sala de prensa y a los que se podía fotografiar a menos de medio metro de distancia en un partido. Llegó procedente del Izarra de Estella, después se incorporó al equipo cadete y fue subiendo escalones hasta debutar con el primer equipo. Eso ocurrió un 26 de agosto de 2007. En segunda división.

Porque Carlos Martínez sufrió como lo hizo la hinchada blanquiazul el peregrinaje por el infierno de Ejido, Castellón o Ferrol entre otros equipos y campos. Precisamente su primer encuentro fue ante los castellonenses en Anoeta donde el equipo se llevó un golpe de tozuda realidad: perdió 0-2 y comprobó que la singladura por la división de plata no iba a ser un camino de rosas. Carlos Martínez compartió zaga con Mikel González, Labaka y Sarasola. Riesgo fue el portero aquel día de verano post Aste Nagusia. Y de medio campo hacia delante actuaron Aranburu y Garitano, Xabi Prieto, Gari Uranga, Andrija Delibasic e Iñigo Díaz de Cerio. El entrenador era el galés Chris Coleman.

Desde ese encuentro hasta el último, un 12 de mayo de 2018, Carlos Martínez vistió la camiseta de la Real en 209 ocasiones durante once temporadas.

Sin duda que el navarro con otros compañeros de generación representan la metamorfosis del club. Jugadores que estuvieron peleando en los campos de Segunda, cuatro años más tarde escuchaban el himno de la Champions League, primero en la previa contra el Olympique de Lyon y después en los partidos ante el Manchester United, Bayer Leverkusen y Shaktar Donetsk. Casualidades de la vida esos tres equipos están clasificados para jugar, como la Real, los octavos de final de la Europa League. Además, esta temporada si el equipo de Imanol sigue con su buen hacer se puede cerrar el círculo y una década después volver a disputar la máxima competición continental.

Un jugador distinto, honesto y fiel a unos colores, que perdió a un gran amigo por el camino pero que fue queridísimo en el vestuario. David Zurutuza fue su compañero de habitación durante casi una vida como txuri-urdin y jugó su último partido junto a una leyenda. Xabi Prieto.

Carlos Martínez, Imanol Agirretxe y Zurutuza USOZ

El '10' y el '2' colgaron las botas con todo Anoeta rendido a sus pies, con las manos rojas de aplaudirles. No tiene parangón decir adiós al club de tus amores abrazado a Prieto. La banda derecha de tantas y tantas alegrías se despedía después de haber aportado su granito de arena en una transformación que hoy en día abrazamos. La Real navega ahora a mil por hora, aunque sin lateral derecho claro por cierto, gracias a tipos como Carlos y, obviamente Xabi.

«El día era especial y ha salido todo perfecto rodeados de la gente que nos quiere. Además, ha sido un placer despedirme con Xabi», declaró aquel 12 de mayo, día en el que vistió por última vez la zamarra blanquiazul. Con los ojos vidriosos acompañado por el presidente Aperribay y otras leyendas realistas, Carlos Martínez recordaba sus tránsitos y dobladas por la banda derecha con el donostiarra como inseparable compañero de viaje. «Nos hemos entendido bien porque entenderse con Xabi es muy fácil», decía. «Le puedes echar un melón que te lo devuelve en buen estado. Yo siempre he dicho que gracias a él he sido mejor jugador porque tantos años detrás suyo, se aprenden cosas. Aunque no todas, siempre me quedaré sin poder hacer la 'prietinha'». El expreso de Lodosa tuvo un par de experiencias más en el fútbol profesional de la mano del Oviedo y el Burgos pero colgó las botas definitivamente a los 33 años.

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