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El ciclismo juega un papel fundamental en el nacimiento de la Real Sociedad. El primer título del club txuri-urdin, el Campeonato de España, se conquista en abril de 1909 bajo la denominación del Club Ciclista, unos meses antes de que la entidad se constituyera ... legalmente como Sociedad de Fútbol. La denominación de Real lo concedería el rey Alfonso XIII en febrero de 1910 y es a partir de entonces cuando el equipo comienza a llamarse como Real Sociedad de Fútbol.
Las bicicletas llegaron antes que el fútbol a San Sebastián. A finales del siglo XIX y principios del XX, los donostiarras disfrutaban de las carreras ciclistas que se celebraban en el velódromo de Atotxa. El Club Ciclista de San Sebastián fue una de las primeras entidades deportivas en constituirse en la ciudad con licencia para competir en pruebas oficiales. De esta manera, en 1908 organizó el Campeonato de España de Velocidad con la asistencia de la familia real, dos años después de que se construyera el velódromo, una pista de cemento de 400 metros de cuerda en la que aprendió a montar en bici el mismo Alfonso XIII.
Entonces, la Real, que todavía era conocida como San Sebastián Recreation Club, no podía participar en los campeonatos oficiales al no estar inscrita la sociedad en el Registro Civil. Decidió por ello tomar parte en el Campeonato de España bajo el paraguas del Club Ciclista, que sí cumplía con los requisitos necesarios. Fue una relación fugaz, pero muy productiva para el equipo de fútbol embrión de la actual Real.
El furor ciclista fue rápidamente absorbido por el del fútbol. Ya en 1913 las carreras ciclistas empezaban a pasar a un segundo plano en detrimento de los partidos nacionales e internacionales organizados en septiembre por la Real en la 'pelouse' de hierba que ocupaba el rectángulo central del famoso velódromo. Fue en aquel año cuando el primitivo velódromo se hizo a un lado para dejar paso al campo de fútbol con la eliminación de las pistas.
Ganadores de la prueba Madrid-Santander La Real, a pesar de nacer como club de fútbol, quiso mantener un lugar destacado al ciclismo y apadrinó una sección compuesta por los ciclistas por José Luis Miner, Graciano Eceiza, Demetrio del Val, Manuel Garmendia y Joaquín Iturri. Un guiño a sus raíces, aunque las crónicas de aquella época también aducían a la exigencia que debían respetar los incipientes clubes de fútbol por tener una estructura ciclista en sus filas. El Athletic, Real Unión, Osasuna y Arenas de Getxo fueron otros de los clubes que también dieron cobijo a estas formaciones sobre dos ruedas.
A aquella escuadra txuri-urdin ciclista le dio tiempo para firmar un gran éxito al llevarse la prueba Madrid-Santander organizada por el propio monarca Alfonso XIII en septiembre de 1923. En ella coincidieron con varios ganadores del Tour de Francia como Nicolas Frantz, André Leducq y Alfredo Binda. Miner, Garmendia, Del Val y Eceiza fueron los integrantes del equipo vencedor. Meses después la Real homenajeó a sus corredores y regaló a su capitán José Luis Miner un reloj grabado con la insignia del club.
La relación entre el club txuri-urdin y el ciclismo quedó seriamente dañada por la célebre maldición que lanzó monsieur Comet a la Real una vez derribado el velódromo de Atotxa. «La Real ne sera jamais championne». Le costó, pero la Real sí que fue campeona. El ciclismo, sin embargo, pasó a desaparecer como sección del club. No así su actividad y afición en Gipuzkoa.
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