Una pequeña reinvención

De lo que no ha salido muy bien parado el equipo es del peaje físico que ha conllevado el triunfo en la Copa. Un precio que, en este caso, se paga con gusto, aunque en algunos casos, como el de Mikel Merino, suponga que se pierda la temporada, lo que no deja de ser una noticia desgraciada en un futbolista clave para Imanol y diferencial. Sumado a la ausencia de David Silva, del que no perdemos la esperanza de volverle a ver este curso, y de Illarramendi, otro que se pierde el final, la Real se queda sin su tridente de Champions en el mediocampo, que apenas hemos podido saborear este curso.

Toca, por lo tanto, reinventarse en este tramo final. La situación no es nueva para Imanol Alguacil. Ya el curso pasado, tras el confinamiento, el equipo llegó sin gasolina al final y, sobre todo, sin la mejor versión de su entonces guía en el centro del campo, Martin Odegaard, que jugó los últimos partidos maltrecho. Imanol supo adaptarse y conjugar el juego vertical y combinativo con muchos momentos en los que el equipo trató de ser más práctico desde la fortaleza defensiva. Tiene pinta de que en este final de curso, que a partir del domingo se aprieta con ocho partidos en poco más de un mes, el cuerpo técnico va a tener que rescatar en algún momento aquel plan que acabó el verano pasado con el equipo en buen puerto europeo. Igor Zubeldia, si Aritz Elustondo vuelve al centro de la defensa, y Mikel Oyarzabal, que puede jugar también en la línea de tres del medio, pueden ser hombres clave para ayudar a los Martin Zubimendi, Ander Guevara, Jon Guridi y compañía en la difícil misión de relevar a los tres grandes centrocampistas ahora lesionados.