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Imanol les coloca, ellos se mueven
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LA PIZARRA ·
Real y Athletic salieron a jugar al fútbol agresivo de hoy, los locales fueron mejores y un penalti de los de ahora cerró el derbi a la hora de partidoDecía Menotti y suscribía Lillo que a sus equipos los colocaban bien en el campo, «lo que pasa es que cuando empieza el partido los jugadores se mueven». Dos técnicos de libreto antiguo, de la pausa. Hoy, los futbolistas se mueven antes de que pite ... el árbitro. El trencilla que oficiaba ayer en Anoeta tuvo que ordenar que se repitiera el saque inicial, porque varios realistas entraron en el círculo central.
Hablaba la víspera Olabe de rock&roll, pero hace tiempo que el fútbol actual dejó atrás esa música y se adentró en caminos más agresivos, en una nueva creatividad. Imanol y Valverde mandaron a sus chicos al campo a jugar a lo que se juega hoy. Ya no se espera, no se susurra al balón mientras se le acaricia hasta que el espacio aparece. Ahora al fútbol se le va a buscar a donde haga falta. No hay partido más tradicional que un Real-Athletic, pero los dos equipos se plantaron en Anoeta con una idea radicalmente moderna.
Como cabía esperar, el Athletic no tuvo complejo alguno por ir a buscar a la Real casi hasta el velódromo cuando Remiro defendió esa portería en el primer tiempo. La tropa de Imanol, naturalmente, no se sintió intimidada por la profundidad de los Williams, con la que el Athletic trató de imponer a qué se jugaba. En el este fútbol moderno que practican los dos equipos, al final casi todo conduce a duelos individuales. La vieja ley prohibía esa situación. Hoy, nadie deja dos centrales para un delantero, la suerte de los partidos se juega en la primera disputa.
Los derbis son peligrosos, porque no es sencillo plasmar la superioridad para el mejor equipo. La Real no tardó en situarse por encima. Ese esquema de largos recorridos, espacios enormes y duelos cara a cara es el territorio de los blanquiazules, un equipo sin memoria que juega a lo que se jugará mañana.
Los dos goles fueron la expresión de esa idea. El primero, el de Sorloth, fue un ejemplo de que hoy todo se juega al límite: al límite del fuera de juego, al límite del espacio, al límite del tiempo, un balón que roza... El segundo fue la explicación de lo que es el máximo nivel. El robo de Silva es lo que define a los futbolistas de nivel superior, cuya primera característica es ir con todo siempre. Kubo se quitó a Vivian con un caño y batió a Unai Simón. Dos errores del Athletic, dos goles.
Sin embargo, el Athletic hizo honor a su prestigio y se levantó. Devolvió la esencia al derbi, que es la tensión. Los dos equipos estaban jugando francamente bien, un fútbol importante. Había partido.
Los jugadores regresaron al vestuario para que los entrenadores volvieran a colocarles en su sitio. Todos ordenados en la pizarra, pero el árbitro pitó el inicio del segundo tiempo y otra vez empezaron a moverse. La batalla era tensa, con la Real por encima pero la incertidumbre sobrevolando un Anoeta en llamas, lleno como nunca.
A la hora de partido se decidió el derbi en una intervención controvertida del único que no debería intervenir en un partido: el árbitro. Pitó penalti de Yeray sobre Kubo y expulsó al central del Athletic. También es el fútbol moderno, pitar esa clase de roces. Hubo contacto, pero debió dejar pasar la acción el colegiado. Es fútbol, es un derbi. No hizo justicia al triunfo de la Real esa acción. La superioridad y los merecimientos de los blanquizules eran claros para haber ganado jugando contra once hasta el final. En un partido de poder a poder.
Ahí se acabó el partido, con una Real en estado de gracia que cabalgó hacia una victoria inapelable. El Athletic se vino abajo con el tercer gol y la última media hora fue para disfrute de la grada. La ascensión de la Real parece no tener límites. Ha dejado viejo el rock&roll. Imanol coloca a los jugadores, ellos van más allá. La Real se mueve. El fútbol que vendrá.
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