Imanol: sublime en lo técnico, normal en lo humano
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El entrenador de la Real ha logrado un estilo propio del que la afición se siente orgulloso siendo el vecino de Orio de toda la vidaPerfil ·
El entrenador de la Real ha logrado un estilo propio del que la afición se siente orgulloso siendo el vecino de Orio de toda la vidaSon varias las cualidades de Imanol Alguacil (Orio, 4 de julio de 1971) que le convierten en el técnico de la Real Sociedad más querido por la afición en décadas. De casa y realista hasta la médula, pasional pero humilde, currante pero detector ... y amante de los talentos, coherente, empático, ambicioso, estudioso y profesional intachable de lo suyo... y por encima de todo ello, un tipo normal.
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Pasado mañana se cumplirán dos años desde que fue presentado como entrenador del primer equipo de la Real tras la destitución de Asier Garitano. Sus palabras de aquel día resultan hoy proféticas. Iba a tomar las riendas de un grupo en decadencia y, sin embargo, se marcó públicamente el objetivo de «dotar al equipo de una seña de identidad única y que el aficionado se sienta orgulloso de su equipo». Dos años más tarde la Real está en dieciseisavos de final de la Europa League, con una final de Copa pendiente y la aspiración intacta de luchar con los gigantes de la Liga por un puesto de honor. Pero, más allá de resultados, Imanol ha cumplido su palabra: la Real cuenta con una identidad muy reconocible y el aficionado está orgulloso.
Desde que en diciembre de 2018 Imanol asumiera el cargo de técnico del primer equipo de la Real, la evolución ha sido constante y natural al mismo tiempo. La Real quiere que el proceso de perfeccionamiento continúe y el oriotarra seguirá puliendo su obra. Esa que empezó hace dos navidades. Regresó entonces al banquillo de la Real, puesto que terminó la temporada anterior tras la destitución de Eusebio Sacristán. Pero ya se dejó claro que tomaba las riendas de manera interina y Jokin Aperribay puntualizó que regresaría al Sanse. Y así lo hizo. Hasta diciembre de 2018. Allí despegó el Imanol técnico.
El oriotarra se hizo cargo del Sanse a finales de 2014, tras comenzar la temporada como segundo de Asier Santana. Tras la llegada de David Moyes al primer equipo, el de Idiazabal pasó a trabajar con el técnico escocés y Alguacil, a ser el responsable del filial blanquiazul.
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Tras colgar las botas a los 31 años –Jugó en la Real, Villarreal, Jaén, Cartagonova y Burgos– comenzó su carrera en los banquillos, pasando por Orio, Zarautz y cantera de la Real. En sus dos primeras temporadas en la cantera blanquiazul, el que fuera lateral del primer equipo dirigió a los dos equipos juveniles y en la segunda se proclamó campeón con el Easo. De ahí, paso a ser segundo de Santana.
En la primera temporada con Alguacil al frente –2014/15– el filial finalizó en el puesto catorce. La siguiente campaña lo hizo en séptimo lugar, a tres puntos del play-off de ascenso. En 2016 terminó en el décimo puesto, en un año en el que no pudo contar con varios baluartes del equipo como Odriozola, Bautista o Zubeldia puesto que habían dado el salto al primer equipo con Eusebio Sacristán.
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Y su mayor logro con el Sanse data de la temporada 2017/18. Consiguió meter a los potrillos en el play-off de ascenso a Segunda tras terminar en la tercera posición, pero cayó eliminado en cuartos de final por el Fuenlabrada, aunque entonces ya con Aitor Zulaika como técnico tras el salto de Imanol al primer equipo.
Como futbolista, debutó con el primer equipo de la Real el 29 de septiembre de 1990 en el Carlos Tartiere, donde fue titular contra el Oviedo con Boronat en el banquillo. Tenía 19 años y aquello fue una solución de urgencia. Una semana más tarde volvía a jugar contra la Cultural de Durango en Segunda B. Tenía 19 años y siguió curtiéndose en el Sanse pero el siguiente verano ya fue reclutado por Toshack, quien le convirtió en titular en Primera División. Siete años corrió la banda derecha de Atotxa. ¡Cómo no iba a ser apasionado realista!
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Los futbolistas que coincidieron con él sobre el verde apuntan que su estilo y el que hoy practica su Real son muy diferentes. Su criatura le supera en técnica. Aspira a igualarle en coraje y valentía. Mezcla exitosa.
Como ganadora es su combinación de técnico puntero y ser humano. Imanol se ha labrado la confianza de un buen número de canteranos dispuestos a morir por sus ideas y ha atraído con su discurso a figuras internacionales como Martin Odegaard o David Silva. Le define su credibilidad. No ha dejado de pulir una misma idea durante estos dos años, enriqueciéndola en función de las circunstancias, y el resultado ha sido un fútbol ensalzado por sus colegas en cuanto a calidad y vistosidad. Ahora bien, el nivel de exigencia para desarrollar a rajatabla su plan ha conducido, en ocasiones, a errores que han impedido mayores logros deportivos. Con Imanol, la Real no siempre ha vencido, pero ha convencido en la mayoría de ocasiones. El camino de la excelencia sigue su curso.
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Y el perfil del entrenador no se podría rematar sin mencionar a la persona. El cuarto de siete hermanos criados en Orio sigue transmitiendo normalidad y humildad en medio de la ostentosidad del fútbol de élite. No ha dejado su pueblo, ni sus amigos, ni sus costumbres. No ha mirado a un jugador o un periodista por encima del hombro. No se ha mudado a un chalet con siervos y piscina climatizada. Es el Imanol de toda la vida.
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