Evenepoel celebra un gol con la camiseta de Anderlecht. RSCA
Crónicas de Europa (IV)

Hoy no juega Remco

Mediocentro poderoso, Evenepoel militó en el Anderlecht y fue capitán de la selección belga sub-17 antes de dejar el fútbol y pasarse al ciclismo; ha ganado tres veces la Clásica de San Sebastián

Jueves, 3 de octubre 2024, 02:00

Viene el Anderlecht a Donostia, ciudad donde uno de los personajes más famosos que ha pasado por su prolífica cantera tiene un jardín. Cada vez que pasa por Donostia gana y firma una exhibición. Por suerte para el equipo blanquiazul, hace un tiempo que dejó ... el Anderlecht, la selección belga y el fútbol para pasarse al ciclismo. Es Remco Evenepoel, campeón de todo y ganador nato. Se ha anotado tres veces la Clásica de San Sebastián y el aficionado txirrindulari le adora.

Publicidad

Mediocentro poderoso, Evenepoel era hasta 2017 el capitán del equipo bruselenese y de la selección sub 17 de Bélgica. «Pero la pasión había desaparecido, vi que el fútbol no era mi mundo y decidí dejarlo». A principios de ese año colgó las botas, en abril cogió la bici y en 2018 ganó el Mundial contrarreloj juvenil. Su carrera futbolística prometía. Captado desde niño por el Anderlecht, con 11 años le fichó el PSV Eindhoven, aunque tres años más tarde regresó al equipo de Bruselas. Tras una lesión –en la que sintió que «el Anderlecht no confiaba al 100% en mí»– fichó por el Malinas, pero nada más debutar lo dejó. «Me ofrecieron un puesto en el primer equipo y un contrato profesional, pero la pasión había desaparecido. Mis compañeros no entendieron mi elección, pero sentía que debía hacer otra cosa».

La trayectoria de Evenepoel como jugador deja entrever el gran problema que sufre el fútbol belga, cuando se observa que fue reclutado por un equipo neerlandés a edad temprana. Hoy, el Anderlecht no puede sostener el pulso con su propia historia. El torneo local ha sido una víctima de la ley Bosman –jugador belga, paradójicamente–, que abrió las puertas de la libre circulación de futbolistas en Europa. No puede resistir la pujanza de la Bundesliga y la liga francesa que le rodean. La Eredivisie neerlandesa sufre el mismo problema, aunque tiene más recursos y capacidad de regenerarse debido al talento que sale sin parar de sus centros de formación. La multiplicación exponencial de los ingresos por los derechos televisivos de las grandes ligas ha dejado atrás a las pequeñas. Lo mismo sucede con las escandinavas.

El Lille francés, junto a la frontera, se beneficia de la misma norma que permite a la Real captar talento joven en Francia. Club de estructura muy fuerte, tiene sólidas bases asentadas en Bélgica, desde antes incluso que la sentencia Bosman, de 1995. Tras el cuarto puesto de la selección en el Mundial de México 1986, el Lille fichó a Erwin Vanderbergh, que había sido bota de oro en 1980 con el Lierse y que militaba en el Anderlech. Tras Bosman, nombres como Kevin Mirallas, Eden Hazard, Divock Origi o Amadou Onana han sido ejemplos exitosos de la captación de talento belga que lleva a cabo el Lille. No es el único club francés que mira al norte. Sus vecinos del Lens también exhiben músculo. El caso de Louis Openda, 'diablo rojo' hoy en el Leipzig tras un traspaso millonario es paradigmático. Nacido en Lieja, salió del Brujas, fue captado como Evenepoel en Holanda (Vitesse), para fichar por el Lens, que lo acaba de traspasar al equipo alemán. La jerarquía económica del fútbol europeo resumida en un solo jugador.

Publicidad

En el otro lado del país, los cantos de sirena llegan de la cuenca del Ruhr, corazón del fútbol alemán, donde clubes como Borussia Dortmund, Fortuna Dusseldorf, Schalke 04, Bochum o Duisburgo no dejan de lanzar su redes a los caladeros belgas.

El Anderlecht ya casi ni siente nostalgia de los buenos tiempos. Ha sido un club ganador y sigue siendo el equipo más laureado de Bélgica, con sus 34 ligas. Ganó dos Recopas en los 70. Uno de los últimos días que se vio a Evenepoel en la grada fue hace dos años, cuando el West Ham visitó Bruselas y el Anderlecht aprovechó para conmemorar el primero de aquellos dos títulos, logrado en 1976 ante el equipo londinense. Dos goles de François van der Elst y otros dos de Rob Rensenbrink dieron el título a los bruselenses. Arie Haan también oficiaba en aquel equipazo de sabor holandés, con piezas clave de la 'naranja mecánica' del fútbol total. Hoy la dirección del tráfico de jugadores es la contraria, de Bélgica a los Países Bajos, no al revés. Poco después se hicieron con la Supercopa europea ante el Bayern de Múnich de Beckenbauer, Müller y compañía. En 1978, ganaban su segunda Recopa ante el Austria de Viena en París, con Rensenbrink desatado.

Publicidad

Todo eso es historia. Como la carrera futbolística de Evenepoel. Si no hubiera elegido la bici, quizá hoy jugaría en Anoeta. Mejor así.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad