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Huércanos posa con la torre de Atotxa al fondo. Debajo, su cromo de jugador. DV
Joaquín Huércanos: «El fútbol de ahora sería impensable en los campos en los que jugábamos»
Jugador de la Real en los años 50

Joaquín Huércanos: «El fútbol de ahora sería impensable en los campos en los que jugábamos»

El exjugador hace repaso de cómo funcionaba el equipo hace setenta años y recuerda sus mejores momentos como jugador y como aficionado

Lunes, 10 de junio 2024, 06:21

En el segundo volumen de 'Maite, maitea. Memorias de la Real' aparece el capítulo de Joaquín Huércanos (Donostia, 1934) entre los de Mikel Aranburu y Aintzane Encinas. 'El estudiante', lo titularon. Después de jugar unos años en los juveniles ascendió al primer equipo, en el que jugó cuatro temporadas como delantero, la primera de ellas cedido en el Eibar. A los 23 años dejó el club para cursar la carrera de Ingeniería. Hoy, a sus 90 años, es uno de los exjugadores más veteranos del club.

- ¿Cómo comenzó a jugar en la Real?

- Cuando estaba en el instituto los profesores solían organizar partidos intercolegiales entre los alumnos. Ni siquiera era una liguilla, simplemente lo hacíamos por diversión. En uno de esos partidos un ojeador se me acercó y me propuso ir a entrenar con los juveniles de la Real cuando terminase el bachillerato. Fuimos los primeros en jugar en la liga juvenil, que hasta que llegamos nosotros en los años cincuenta no estaba instituida. Después de un par de años Benito Díaz, entrenador del primer equipo que llegó a ser entrenador nacional, me echó el ojo, y así fue como me hicieron ficha.

- ¿Cuáles diría que son las mayores diferencias entre el fútbol actual y el de su época?

- La mayor es el césped. El fútbol de ahora sería impensable practicarlo en los campos en los que jugábamos nosotros. No se cuidaban y la hierba no se cortaba. En Donostia sólo había un rodillo, que no cortaba la hierba sino que la aplastaba. Además, Atotxa estaba siempre lleno de barro, y cuando no llovía había un encargado de regarlo para que los equipos visitantes lo tuviesen más difícil para jugar. Nosotros ya estábamos acostumbrados.

- Además del juego habrá cambiado el modo de entrenamiento. ¿Cómo se preparaban?

- Entrenábamos dos o tres días por semana, dependiendo del entrenador. El césped estaba en pésimas condiciones, así que por no empeorarlo apenas tocábamos el balón sobre la hierba. Recuerdo entrenamientos dando hasta cuarenta vueltas al estadio, subiendo y bajando las gradas, corriendo solo por los laterales del verde. Desde luego, nada en comparación con los modos de entrenamiento actuales.

- ¿Y qué hay en cuanto a la preparación el día del partido?

- Nada. No hacíamos nada. Íbamos a Atotxa, nos vestíamos y a jugar.

- A día de hoy los jugadores viven un vida sin excesos y dietas muy estrictas. ¿Les pedían algo similar?

- A nosotros en lo único en lo que nos insistían era en limitar el consumo del alcohol. En aquella época no podían exigirnos nada en cuanto a alimentación, la gente comía lo que podía. Pero respecto a la bebida sí que nos insistían en que nos controlásemos. No que no bebiésemos, simplemente que lo hiciéramos sin abusar. Pero más que una obligación era una petición. Había compañeros que se lo tomaban más a la ligera.

Entrenamiento

«Recuerdo dar hasta cuarenta vueltas al estadio, subiendo y bajando las gradas, no poder pisar el verde»

- Y a la hora de viajar para los partidos a domicilio, ¿cómo se organizaban?

- Quedábamos en Atotxa y viajábamos en los autobuses organizados por el club. Te puedes imaginar la de horas que pasábamos ahí metidos. A veces llegábamos a estar hasta catorce horas de viaje.

- ¿Llegaron a jugar fuera de España alguna vez?

- Sólo una vez que viajamos en tren hasta Bruselas a entrenar con la selección belga. Nos llamaron para jugar un amistoso y allá que fuimos.

- Dejó el fútbol para estudiar una carrera. ¿Había compañeros que compaginaban el deporte con estudios o trabajo?

- Por supuesto. Había quienes trabajaban en el negocio familiar, en alguna tienda o acompañaban a su padre al taller cuando no estaban entrenando. Era imposible vivir del fútbol con los sueldos de aquel entonces. Teníamos que labrarnos el futuro de otra manera, y la Real siempre ha sido un club que nos ha tenido muy en cuenta a aquellos que queríamos estudiar.

- Habla de dinero, ¿cuánto podía llegar a cobrar un jugador en su época?

- A los de mi generación nos ficharon por 25.000 pesetas, unos 150 euros actuales, y la prima mensual apenas llegaba a las mil pesetas.

- ¿Habría tomado la misma decisión de dejar el fútbol teniendo en cuenta las condiciones salariales de hoy en día?

- Supongo que sí, quiero creer que no habría dejado de estudiar pese a cobrar las cantidades que cobran ahora.

Atotxa

«Estaba siempre lleno de barro, y cuando no llovía se regaba para que a los rivales les costase más jugar los partidos»

- ¿Cuál diría que fue el mejor jugador de su época?

- Alfredo Di Stefano, argentino, aunque no llegué a jugar contra él porque me operaron de apendicitis justo antes del partido contra el Real Madrid. Sí recuerdo jugar contra Enrique Collar, del Atlético de Madrid, que diría que es el mejor contra el que me he enfrentado.

- ¿Y un jugador favorito en la actualidad?

- Mikel Oyarzabal.

- Después de dejar el equipo, ¿siguió yendo al campo como aficionado?

- Sí, estuve varios años como socio, aunque me di de baja porque no disfrutaba de la actitud tan gamberra del público. Además me ponía muy nervioso, pero más adelante lo lamenté.

Sueldos

«A los de mi generación nos ficharon por 25.000 pesetas, unos 150 euros, y la prima mensual apenas llegaba a las mil pesetas»

- ¿Sigue viendo los partidos?

- Los veo por televisión cuando puedo y si las cosas van bien, porque sigo poniéndome muy nervioso y lo paso mal. Y si los veo lo hago solo, mi mujer no me acompaña porque también le pueden los nervios y mis hijos y nietos van todos al campo.

- ¿Cuál es el momento más emotivo que recuerda como jugador?

- Con el juvenil, la final que jugamos del campeonato de España contra el Atlético de Madrid. Perdimos 4-2, pero marqué los dos goles.

- ¿Y como aficionado?

- Cuando ganamos el primer título de liga. Fui a Gijón a ver el partido acompañado de mi mujer y uno de mis hijos, y al final del encuentro entré al vestuario a celebrarlo con los jugadores, lo recuerdo todo con muchísima ilusión.

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