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La Real de Imanol puede igualar mañana (14.00) si gana al Girona el récord de victorias en una temporada en poder de aquel equipo de John Benjamin Toshack que fue subcampeón de Liga y Copa en la temporada 87/88 y que ... se fue hasta los 28 triunfos. El galés recuerda el mérito que tuvo aquella gesta y señala al otro lado del teléfono desde Barcelona que le hace ilusión que sea el oriotarra, al que hizo debutar en Primera en 1990, el que pueda batir su marca. «Es el mejor entrenador que puede tener la Real», afirma.
– Antes que nada, ¿cómo se encuentra después del episodio de covid que sufrió hace un año?
– Estoy mejor. Han pasado trece meses desde el 'black-out' y ahí sigo peleando. No me he recuperado al cien por cien, pero tengo que dar gracias por estar aquí. Poco a poco voy mejor, pero si soy sincero el covid me ha dado un palo muy gordo.
– Estos días ha sido protagonista por el estreno del documental 'Tosh', que cuenta el ascenso del Swansea de cuarta a primera división de 1978 a 1982 cuando debutó como entrenador. ¿Cómo lo ha vivido?
– Ha sido muy emocionante. Se estrenó la pasada semana en Barcelona y vinieron algunos aficionados con camisetas de la Real con los que pude charlar y hacerme unas fotos de recuerdo. Pasamos un buen rato. Mi etapa en el Swansea fue mi primera experiencia en un banquillo y me marcó de por vida. Ver a Bill Shankly hablando tanto tiempo de mí y tan bien me llegó muy dentro. Espero que dentro de poco se pueda ver también en San Sebastián.
– Vayamos al lío. Imanol está a punto de igualar su récord de la 87/88 después de 35 años. ¿Qué sensaciones le produce?
– Me hace mucha ilusión que sea Imanol el que supere mi récord, porque creo que dos partidos va a ganar en estas cinco jornadas. Es bueno para la Real que sea un entrenador de la casa el que tenga los máximos récords posibles. Como Ormaetxea con las dos Ligas y el récord de la imbatibilidad. Aunque creo que tanto para Imanol Alguacil como para todos lo importante es que la temporada acabe bien y la Real pueda meterse en la Champions League.
– En su época terminar segundo solo tenía el consuelo de jugar la Copa de la UEFA...
– Así es. Hicimos un temporadón pero solo el campeón de Liga jugaba la Copa de Europa, actual Champions. Era una pena porque es un premio escaso para alguien que es segundo.
– ¿Qué recuerda de aquella temporada 87/88?
– Aunque no ganamos ningún título fue la mejor campaña que hice en San Sebastián. Veníamos de ganar la Copa en Zaragoza y ese año fuimos subcampeones de Liga y de Copa. Perdimos la final en el Bernabéu ante el Barcelona, pero en juego y resultados fue una gran temporada. Nos quedó la espina clavada de la Recopa, entonces el segundo torneo europeo, en el que debimos llegar más lejos.
– La famosa eliminatoria ante el Dinamo de Minsk...
– Primero nos tocó el Slask Wroclaw polaco. La ida la jugamos en San Mamés porque Atocha no reunía las condiciones que pedía UEFA y hubo que hacer unos trabajos para garantizar la seguridad. Empatamos a cero pero en Polonia ganamos fácil por 0-2. Contra el Dinamo de Minsk empatamos a uno en Atocha y en la vuelta no fuimos capaces de ganar a pesar de que tuvimos muchísimas oportunidades. Caímos eliminados por el valor doble de los goles marcados fuera.
– ¿Hasta dónde podía haber llegado aquella Real en Europa?
– Creo que perdimos una oportunidad histórica porque aquella Recopa la ganó el Malinas al Ajax en la final. Y el Malinas se impuso por un gol al Dinamo de Minsk en cuartos. No era mejor que nosotros. Lo que pasa es que aquella eliminatoria ante el conjunto bielorruso nos tocó en octubre, cuando estábamos lejos de nuestro mejor nivel.
– La verdad es que no arrancaron nada bien el curso...
– Veníamos de ganar la Copa del Rey en Zaragoza el 27 de junio. Entre las celebraciones y la euforia que se desató en Gipuzkoa, lo cierto es que nos costó empezar en pretemporada. En las cuatro primeras jornadas de Liga somo sumamos un empate y el Real Madrid ganó los cuatro partidos, por lo que nos metió siete puntos. Entonces las victorias contaban dos puntos. Ahí perdimos la Liga porque a finales de marzo, a falta de ocho jornadas, nos pusimos a seis del Madrid. Pero remontarles tres partidos en esa distancia era imposible.
– Luego se tomarían la revancha en la Copa, eso sí...
– Ese torneo fue el que mejor sabor de boca nos dejó a todos a pesar del disgusto de la final. Empezamos eliminando a un Segunda como el Cartagena y luego al Sporting de los Ablanedo, Jiménez, Marcelino, Eloy... Les metimos 4-0 en Atocha y eran un buen equipo. En cuartos eliminamos al Atlético en aquel partido del barro en el que Luis Mari López Recarte hizo un gran gol tras arrancar con el balón desde campo propio. Pero lo mejor fue la vuelta en semifinales con el 0-4 que le metimos al Real Madrid. En la ida habíamos ganado 1-0 pero aquella segunda parte allí fue histórica. Nunca pensé que vería al Bernabéu puesto en pie aplaudiendo a la Real y aquella noche sucedió. Aún recuerdo los goles de Gorriz, Begiristain y Bakero, que hizo dos.
– Aquel Real Madrid, además, era un gran equipo, ¿no?
– Eran los tiempos de la Quinta del Buitre y enlazó cinco Ligas seguidas hasta 1990. Además de los Butragueño, Míchel, Sanchís y Martín Vázquez tenían a Tendillo, Gordillo y Hugo Sánchez, que les daban mucho empaque. Tuvo mucho mérito aguantarles el pulso en la Liga y eliminarles en la Copa. En la Liga hicimos 61 goles, que es una barbaridad para un equipo como la Real.
– ¿Qué pasó en la final de Copa en la que todos daban como favorita a la Real ante el Barça?
– Prefiero no hablar mucho porque pasaron cosas muy raras. Lo único que puedo decir es que fue una gran desilusión para todos nosotros y para la afición. Con todo, vuelvo a decir que tuvo mucho mérito aquel doble subcampeonato con toda la plantilla de casa, porque entonces aún no había extranjeros. Y en el once éramos nueve guipuzcoanos y los hermanos Bakero de Goizueta, aunque criados en Añorga.
– Volviendo al presente. ¿Qué le parece la trayectoria de Imanol?
– Es increíble lo que está consiguiendo. Quién me iba a decir que iba a llegar hasta aquí cuando le hice debutar hace tantos años con los Imaz, Luis Pérez, Guruzeta y Alkiza. Recuerdo que era un chaval muy callado, por eso me sorprendo cuando le veo cómo vive los partidos en el banquillo. Se ve que es un entrenador con mucha personalidad y que sabe cómo llegar a los jugadores. Esa intensidad que demuestra hasta para celebrar los goles es el reflejo de la ilusión que tienen los entrenadores de casa cuando triunfan en el equipo de toda su vida.
– ¿Algún consejo para su antiguo pupilo?
– Más que un consejo, mandarle todo mi energía para lograr esa plaza de Champions porque ahora mismo poco le puedo enseñar yo a él. Más bien es al revés, él me tendría que enseñar a mí. Es un gran chaval y se merece lo mejor. La afición está disfrutando como no lo hacía desde hace mucho.
– ¿Acabaremos en Champions?
– La temporada está siendo excepcional y lo normal es que termine bien, pero como se suele decir, hay que rematar la faena.
– ¿Para cuándo le veremos por San Sebastián?
– Esta temporada ya no me va a dar tiempo de volver por Donostia, pero espero hacerlo la próxima. A ver si es en un partido de Champions... Un saludo a toda la afición y... ¡aupa Real!
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