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Nadie es tan bueno como todos juntos. La Real este sábado completó el mejor partido de la temporada y mostró la mejor versión desde hace tiempo para amarrar la victoria ante un gran equipo que juega la Champions. El equipo tiene muy buenos jugadores, pero ... la mejor versión desde que está Imanol siempre se ha visto cuando todos han ido a una, en bloque. En Girona, más que individualidades destacadas, lo que resaltó fue el carácter coral que mostraron los realistas. Se vio una muy buena Real, que controló todo el partido, y generó numerosas ocasiones de gol.
Venía el equipo del parón y no se sabía cómo estaban de descansados los catorce internacionales que han jugado con sus respectivas selecciones. Pero lo que estaba claro era que veríamos una Real competitiva. Viene creciendo el conjunto txuri-urdin desde hace varias semanas. La victoria ante el Valencia por 3-0 dejó momentos de brillantez, pero ayer es cuando se vio una mejor Real. Ha dado un paso adelante y mostró la personalidad que requería el partido fuera de casa. En las últimas temporadas hemos visto muchas victorias de la Real de esta manera. Concediendo poco o nada atrás, y aprovechando sus momentos con el balón para generar ocasiones y ganar por la mínima.
Es cierto que todos estuvieron bien ayer y que cada uno de los realistas que jugó fue necesario para ganar el partido, pero el gol de Oyarzabal puede ser un punto de inflexión, tanto para él como para el equipo. Cada uno tiene sus gustos y sus preferencias, pero al final es Imanol el que decide en qué posición tiene que jugar. Ayer se vio lo que puede aportar desde la banda. Cuando juega de referencia, normalmente suele estar encimado y es difícil que destaque.
Jugando en la posición que jugó ayer goza de más libertad. Los centrales se centran más en el delantero y él puede aparecer desde segunda línea. La jugada del gol es el mejor ejemplo. Partiendo desde la derecha tiene la opción de atacar portería hacia dentro. Ya tiene mucha experiencia y dentro del área se mueve como nadie si no está marcado desde el primer momento.
En ese sentido hizo un buen trabajo Óskarsson. Falló las dos ocasiones que tuvo, pero su simple presencia liberó a los de alrededor. Siempre se dice que es mejor fallar que no tener ocasiones. Contra el Valencia entraron y ayer no, pero su partido no fue para nada malo.
Más allá de individualidades, lo más importante de todo me parece la sensación de equipo fuerte que dio la Real ayer. Dejar la portería a cero es lo más importante, porque en ataque hay muchos jugadores capaces de generar un gol en cualquier momento. El trabajo defensivo es cosa de todos, no solo de la línea de cuatro defensas y el portero. En el partido se vio lo bien trabajado que estaba el encuentro, tanto en la presión como en ataque. La Real supo apretar cuando tocaba. Desde atrás, mostró distintas variantes para superar la presión del Girona.
Ahora toca cambiar el chip de forma rápida y empezar a pensar otra vez en Europa. Con un punto en dos partidos, el partido ante el Maccabi se antoja importante. Hasta ahora Imanol ha hecho cambios en los partidos europeos y nadie sabe lo que hará el jueves. Los que no jugaron ayer estarán deseando comerse el césped si el jueves tienen la oportunidad de jugar. Seguro que sacará un once competitivo.
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