Champions League

Lionel Potillon: «Sigo pensando que hace veinte años pudimos haber pasado en Lyon»

Lionel Potillon cubriría en Gerland la baja de Agustín Aranzabal, que en el partido ante el Albacete en Anoeta (0-1) se fracturó la nariz. El francés jugó de lateral izquierdo y aún recuerda aquel partido. «En cierto modo se repite la historia y la Real vuelve a Francia para unos octavos de final de la Champions. Recuerdo que el primer partido se jugó en Anoeta y el Olympique de Lyon nos superó de forma clara. Jugaron mejor que nosotros, pero aún así les costó plasmar esa superioridad en el marcador. Recuerdo, incluso, que solo nos pudieron marcar con un gol en propia meta que tuvo la mala fortuna de meter Schurrer».

El exdefensor francés reconoce que «aunque pudieron marcarnos más goles, el partido terminó con 0-1 y fuimos a Gerland, el viejo campo del Olympique de Lyon, con la eliminatoria abierta. Allí jugamos mucho mejor que en Anoeta y vimos cerca la posibilidad de ganar. Era solo un 0-1 y hubo opciones reales. Llegamos a tener alguna ocasión clara con el 0-0, pero un gol de Juninho Pernambucano al final, en un contraataque cuando nosotros estábamos volcados sobre su portería, zanjó las cosas. Nos quedamos entonces con la sensación de que pudimos haber pasado a cuartos de final y hoy lo sigo pensando».

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Potillon no jugó más que aquella temporada en la Real y luego emprendió la fase final de su carrera en el Sochaux, donde se retiraría en 2007 para emprender una extensa etapa académica. Cursó un master de marketing y gestión deportiva en la Universidad de Rouen antes de incorporarse a la estructura del Saint-Ètienne.

Llegó a la Real con 29 años, en plena madurez. Jugador correcto, era un lateral de corte defensivo, muy contundente y difícil de superar. Jugó mucho, 24 partidos, como complemento de los dos brillantes laterales que tenía la Real aquella temporada, Aitor López Rekarte por la derecha y Agustín Aranzabal por la izquierda. Potillon era otro perfil, seguro, profesional, sin alardes. Dejó una grata impresión en el plano personal, tanto en el vestuario como en el club.

Fuerte físicamente, tenía inteligencia para explotar sus virtudes y no aventurarse en territorios inalcanzable para él. En la jugada en que Juninho sentenció aquella eliminatoria, Potillon es el último realista que llega hasta el brasileño para intentar evitar que batiese con un tiro cruzado a Alberto, sustituto del Westerveld, lesionado en una mano.