La entidad de Old Trafford había gobernado el cambio de siglo en el sector con brillantez y visión. Fueros los primeros en comprender el giro de los tiempos y tuvieron la voluntad de ser pioneros. La creación de la Premier League en 1992 resultó clave porque contribuyó a aclarar el panorama siempre complejo del fútbol inglés para los no iniciados. Impulsados por la televisión, los cinco grandes (Manchester United, Liverpool, Arsenal, Everton y Tottenham) se organizaron para lograr que la liga se independizara de la Federación. Sin el lastre institucional y cultural, el fútbol pasaba a ser una actividad industrial pura y dura.
Las consecuencias iban a ser mayúsculas. A cambio de perder el aroma tradicional, relacionado con las clases populares, el fútbol inglés iba a lanzarse a la conquista del mundo. Y al frente de la globalización se puso el Manchester United. Fue el primero en darse cuenta del potencial de internet para alcanzar audiencias globales y acometer una mercantilización total del producto. También llevó la relación con los medios a territorios nuevos. La venta de los derechos de retransmisión se disparó en Inglaterra, con un producto refinado y compacto como es la Premier. El United entiende que el producto es plenamente exportable y elige Asia.
Aunque ya desde 1997 tenía un acuerdo con los New York Yankees de béisbol que le daba acceso a Estados Unidos vía internet, la expansión a Asia marcó el despegue de la marca Manchester United. El club centró la cuestión y fue la referencia absoluta.
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Cuarto club del mundo.
El Manchester United ingresa 580 millones al año, según Deloitte, solo superado por Barcelona (715), Real Madrid (714) y Bayern de Múnich (634).
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Líder.
Entre 1997 y 2018 fue el club más rico del mundo, hasta que fue superado por el Real Madrid.
El caldo de cultivo era favorable, puesto que los clubes ingleses siempre habían sido de propiedad privada. En ese sentido, la mercantilización y la organización como empresa que busca beneficios y contrae obligaciones con los accionistas más allá de los hinchas no fue un choque cultural en Inglaterra.
David Beckham
En Asia, los aficionados lo son más a los futbolistas que a los clubes y esa peculiaridad no fue un obstáculo para el United, que tenía el mejor producto para ofrecer: David Beckham. En Old Trafford desde 1994 hasta 2003, fue el icono de la globalización, un gancho mediático y publicitario imbatible que ayudó a colocar al Manchester United como el club más rico del mundo durante dos décadas, desde 1997 a 2018.
Soberbio jugador, al que su calidad futbolística quizá no se le terminó de reconocer del todo por su dimensión como estrella del espectáculo, Beckham fue una mina de oro en el momento de máxima expansión del negocio. Si en 1996 el United ingresó 62 millones de euros, en 2003 se fue hasta los 251. Ese año, la Real con unos 30 millones estuvo a punto de ganarle la Liga al Madrid, que no alcanzaba los cien. El último informe Deloitte sobre las finanzas del fútbol, publicado en enero, sitúa como club más rico del mundo al Barcelona (715 millones de ingresos), por delante de Real Madrid (714), Bayern de Múnich (634) y Manchester United (580). Son cifras que el año que viene irán a la baja por la pandemia y los problemas de deuda de los dos primeros de la lista, pero sirven para ilustrar la evolución que ha tenido el negocio, a la estela de lo que inició el United hace más de dos décadas.
La adopción en los años 90 del fútbol como producto interrumpe la noción cultural clásica, pero el modelo ha perdurado. El conflicto en los clubes grandes entre el arraigo local y los intereses globales no es irresoluble, en líneas generales. La resistencia de los seguidores de casa por preservar su espacio ha resultado compatible con la expansión al mundo.
En 1992 fue uno de los cinco clubes promotores de la Premier League, que puso las bases del negocio
Pasó de 62 millones en 1996 a 251 en 2003 y fue el club más rico del mundo durante dos décadas
Pero toda esta creación industrial sigue dependiendo totalmente de algo tan inestable como lo que pasa el terreno de juego. Sin fútbol no hay negocio y sin victorias flojean las ventas. Desde la marcha de sir Alex Ferguson, el Manchester United no es un equipo tan ganador y su éxito comercial no brilla tanto. Sin embargo, su posición es de dominio gracias a la ventaja y el saber hacer que adquirieron desde el principio. Cuando vuelvan los títulos, la máquina del dinero volverá a echar humo.