Marrero, un portero de fiar: «Es una garantía»

Otra de las notas positivas que está dejando la temporada de la Real Sociedad es el rendimiento que está ofreciendo Unai Marrero, el portero suplente, cada vez que le tocado intervenir. Nadie duda de los méritos contraídos por Álex Remiro durante todos estos años para continuar en la meta realista, pero siempre es bueno tener a un guardaespaldas de garantías detrás. Y el azpeitiarra de 23 años está demostrando serlo en su temporada más prolífica en el primer equipo.

Su contribución para la victoria ante el Midtjylland fue decisiva. En la primera acción del encuentro, le ayudó el poste, porque allí se fue a estrellar el cabezazo de Castillo. Pero en la segunda, ya estuvo inspirado porque tuvo que arrojarse al durísimo suelo danés para despejar con las dos manos a ras de césped un lanzamiento de falta de Osorio. La parada fue de mérito porque la trayectoria del balón no fue fija, sino cambiante.

No obstante, lo mejor estaba por llegar, dos actuaciones que dicen mucho y bien de la capacidad de Marrero. La primera fue una parada espectacular, con un precioso escorzo aéreo, para evitar el gol del turco Simsir, que lanzó al ángulo del palo largo tras un caracoleo rodeado de rivales. El cancerbero voló para rechazar. Y la segunda es una acción que se no atreven a hacer muchos porteros. En pleno bombardeo nórdico, el azpeitiarra decidió salir hasta casi el límite del área grande para atajar el cuero, con el riesgo de quedarse a mitad de camino, por la tremenda acumulación de jugadores en el área. Seguro que a Imanol le encantó esa acción.

En esta última jugada, a muchos Marrero les recordó a Arconada, sobre todo por su valentía. Nacho Monreal, comentarista en Movistar, dijo que «Sale y esto a los defensas les da la vida porque es una jugada menos que tienes que pelear; sale bien, le pone las rodillas en las costillas, pero de una manera correcta, es una muy buena acción de Marrero».

Tampoco Imanol Alguacil escatimó elogios hacia el portero de la cantera: «Ha vuelto a demostrar lo buen portero que es bajo palos, que es su fuerte. Es una garantía. En el último partido en casa, le dijo que no le vi disfrutar del todo, tuvo una charla con él y le dije que me gustaría ver al Unai que veo entrenando y al Unai que veía en el filial. Ya lo veo y me alegro porque es un chaval que siempre trabaja y aporta».

Marrero sólo ha encajado dos goles en los seis partidos que ha disputado esta temporada: el del Maccabi de Tel Aviv en Belgrado y el de Buksa en Dinamarca. En los encuentros contra Jove Español, Conquense, Ponferradina y Paok de Salónica dejó su puerta a cero. Contra los griegos, también se lució en dos paradas antológicas: la doble del inicio en la que primero rechaza con el pie el tiro de Camara y luego salva el gol arrojándose hacia atrás y palmeando el cuero en línea de gol y, ya en la segunda parte, despejando el disparo de Konstantelias.

«Estoy feliz, con ganas de más y preparado para ayudar al equipo», dijo Marrero tras el encuentro, en pleno mensaje de gratitud hacia Imanol. Y es que en Dinamarca «hacía un frío del copón» y el césped no estaba en sus mejores condiciones: «El campo no ayudaba, no estaba bien para jugar, pero nos hemos amoldado y hemos logrado un buen resultado».

La confianza del club en él es total, como refleja el hecho de que le renovaran hasta 2027. Encarna la esperanza de que la Real pueda tener un portero titular de la cantera casi dos décadas después, tradición inmemorial de la escuadra txuri-urdin antes y después de la leyenda Luis Arconada.

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