Mikel Merino en Hondarribia antes de coger el vuelo rumbo a Londres. Gorka Estrada
Adiós a la Real Sociedad

Mikel Merino, a la afición txuri-urdin: «Gracias por todo»

El navarro se despide de la afición de la Real Sociedad antes de firmar como nuevo jugador del Arsenal tras volar este viernes desde Hondarribia

Beñat Barreto

San Sebastián

Viernes, 23 de agosto 2024

Son las 15.30 horas de este viernes y el último vuelo del día con destino Madrid ya sobrevuela Hondarribia. El aeropuerto, en absoluta calma. Tan solo quedan dos Guardia Civiles, dos miembros de seguridad del aeropuerto que custodian el cordón de seguridad para acceder ... a la pista y un aficionado de la Real Sociedad dispuesto a «agradecerle a Mikel Merino todo lo que nos ha dado». No tuvo el placer de fotografiarse con su ídolo, puesto que al centrocampista le dieron cobijo en una pequeña sala en la que pudo comer junto a su familia, dispuesta como él a iniciar una nueva aventura. Tras más de dos horas esperando al vuelo privado que contrató el Arsenal, el hincha, con la camiseta de la Real y el '8' a la espalda, decidió marcharse a comer. Mala suerte puesto que diez minutos después su ídolo cruzó el cordón de seguridad para abandonar definitivamente San Sebastián.

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Mikel Merino voló este viernes desde Hondarribia rumbo al aeropuerto de Luton, donde aterrizó dos horas más tarde acompañado de su padre y exfutbolista Miguel, su Madre, Maite, su mujer, Lola, uno de sus agentes y un representante del Arsenal que le acompañó durante toda la jornada. El día terminó con el pertinente reconocimiento médico en las instalaciones del Arsenal. Una vez superada la prueba, firmó como nuevo jugador 'gunner' hasta junio de 2028 con opción de una temporada más. «Gracias por todo», se despidió amablemente Merino en conversación con este periódico, extendiendo el saludo a toda una afición que se queda tocada tras su salida. El navarro no quiso hacer más declaraciones puesto que tiene previsto publicar una emotiva despedida en sus redes sociales una vez se haga público el fichaje por parte de ambos clubes. La amplia expedición se marchaba de Donostia con una sonrisa de oreja a oreja.

Viaje

Merino cogió un avión a las 15.30 horas rumbo a Luton acompañado de sus padres y su mujer

Merino es feliz, ha cumplido seis exitosas campañas como realista antes de comenzar un nuevo reto que dejó a medias cuando disputó una temporada defendiendo los colores del Newcastle. Ese joven centrocampista de proyección pero sin hacer que recaló en San Sebastián con solo 21 años es ahora uno de los mejores interiores de la Liga. El mejor jugador de la competición para el ya su exentrenador, que le da vueltas a la cabeza para tratar de cambiar su forma y estilo de juego. No hay nadie capaz de suplir a Merino. No al menos con las mismas características.

Poco antes del pequeño avión, para no más de diez pasajeros, partió otro aeroplano de dimensiones incluso más reducidas. Éste aterrizó en Northolt, un diminuto aeropuerto en el noreste de Londres. El Arsenal contrató otro avión para que la mudanza de Merino fuese aún más fácil.

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Despedida en Zubieta

El día fue largo para un Merino que se desplazó por última vez a Zubieta a primera hora de la mañana para decir agur a sus compañeros. El ya jugador del Arsenal, al igual que Le Normand semanas atrás, se despidió de la plantilla en una de las salas de Zubieta. Como en los dos últimos días, no se vistió de corto para entrenar a las órdenes de Imanol, que le dedicó unas bonitas palabras en rueda de prensa. «Le he dicho que gracias. Estoy contento porque como entrenador de la Real, quiero despedidas así. Un chico que vino con 22 años, todavía sin hacerse, y nos ha dado seis años impresionantes. Un ejemplo para todos los jugadores de la Real, que deja dinero y siente el club. Queremos fichajes así. Además me siento orgulloso de que Merino dé este paso importante de ir al Arsenal».

Roberto Olabe charla con Merino. Lobo Altuna

Eso sí, el oriotarra fue tajante y tras responder a la pregunta pidió que no se le cuestionara más por un Merino que ya es historia. El pamplonés fichó por la Real a cambio de 12 millones de euros y seis años después deja en caja 33,5 millones de euros más cinco en factibles variables. Una cifra más que interesante teniendo en cuenta que el jugador terminaba contrato el próximo 30 de junio y no estaba dispuesto a renovar su contrato como realista. Merino ya es pasado. «Sabía que no lo iba a tener, por eso me centro en los que están».

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