Una mesa y una silla

A mi aire ·
Garitano dice que le 'refanflinfa' no tener el balón, pero sí le debe preocupar que la Real no sepa qué hacer cuando lo tiene

Miércoles, 24 de octubre 2018, 09:27

Las olas rompen el castillo de arena (Manolo Tena). Hacia tiempo que no había leído una reflexión futbolística con tanto mensaje como la de Valdano en 'El País'. Un artículo titulado «Parálisis por análisis» en el que contaba cómo aumenta (yo diría que en progresión ... geométrica) el número de integrantes de los cuerpos técnicos. Se refería a que «si sumamos entrenadores, preparadores físicos, psicólogos, fisioterapeutas, analistas y nutricionistas del equipo propio y del rival el número ya supera al de jugadores». Añadía en tono jocoso que Jurgen Klopp había contratado a un entrenador de saques de banda, un joven danés que atiende por Gronnemark y señalaba que «si hablamos con él seguro que terminamos creyendo que al fútbol se juega con las manos porque cada colaborador, en su parcela, se siente importantísimo». Y concluía: «Creo que estamos cometiendo el error de sobreanalizar el fútbol. El riesgo consiste en aumentar la importancia de los detalles convirtiendo lo esencial en secundario».

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Lo digo porque Olabe también ha incorporado un montón de nuevas caras al organigrama técnico de la Real. Rubén de la Barrera es el segundo entrenador; Jon Ansotegi el técnico encargado los trabajos individuales; Luis Llopis es el entrenador de porteros y Miguel Pérez el preparador fisico principal. David Casamichana el preparador físico de carga e Iñigo Almandoz el preparador individual. El staff cuenta además con Iñáki Ulloa, responsable de la unidad de porteros.., y una estructura emocional que dirige el coaching Imanol Ibarrondo..., y anoche en Anoeta me preguntaba (los periodistas somos ventajistas) si para este viaje (el juego que estábamos viendo ante el Girona) hacían falta tantas alforjas (en 90 minutos dos disparos al palo de Sandro y dos remates más que salvó Bono no es un bagaje como para estar contentos).

Lo digo porque cuando Garitano llegó al Leganés en julio de 2013 se encontró en el club madrileño con una mesa, una silla y poco más. Y con un fisio y cuatro jugadores. El club era un solar, pero miren: en tres años logró ascender al equipo de Segunda B a Primera y su gran trayectoria le llevó a fichar por la Real. Asier llegó a Zubieta con una idea fija en la cabeza: pelear con los ocho primeros de la Liga. Y para ello tendrá que mejorar sus registros en Anoeta. Es cierto que la posesión está sobrevalorada y en concreto Garitano dijo que le «refanflinfa» tener el balón. Pero una cosa es cierta, cuando la Real tiene el balón no sabe qué hacer y eso sí que le debe preocupar.

Porque fue una noche de deseos incumplidos. Nos las prometíamos felices y pensábamos que esta vez sí, que ante el Girona, sí, pero tampoco. No hay manera de ganar en Anoeta. Nada hacía sospechar que la valiente Real de San Mamés se transformaría en un equipo al que le cuesta dios y ayuda traspasar las líneas rivales, al que le falta transmitir alegría, al que e falta gol. Y hay que espabilar.

P.D. Lo mejor de la Real fue su defensa. Stop. ¡Ah! Moreno, de nuevo en el banco. No descarto que salga en enero. Stop. Moyá dio sensación de inseguridad en un par de salidas. En el Wanda se penaliza todo. Stop. A Oyarzabal no le salen las cosas en la Real (sí en la sub-21, ¿por qué?). Stop. Tampoco Illarra está para tirar cohetes. Algunos piensan que 'choca' con Zubeldia. Y Zuru ni un minuto. Termina contrato en 2019 pero la Real valora ofrecerle otro año. Stop. En el palco destacaron a Sangalli y echan en falta el desborde de Januzaj, sobre todo en Anoeta. Stop. Y yo a Merino para romper líneas.