Secciones
Servicios
Destacamos
Debo ser de los pocos que muestro más inquietud por el medio plazo que por el corto. Es verdad que no ha sido el arranque soñado de temporada, pero la Real tiene argumentos para remontar posiciones en la Liga a mínimo que empiece a ensamblar ... sus piezas y crezca en confianza. Eso sí, los puntos que se van no vuelven y repetir presencia en Europa se hará más complicado en la medida en que siga sin sumar de tres en tres.
Se ha hablado mucho de las causas de este mal inicio de Liga: las bajas de Le Normand y Merino, una mala pretemporada, jugadores en bajo estado de forma, necesidad de tiempo para acoplar a los que han llegado... Seguramente habrá un poco de todo para que la Real esté en los puestos de abajo después de jugar ante seis aspirantes a la permanencia. Pero hay una circunstancia a la que apenas se alude y para mí es importante: la escasa aportación de los jugadores de casa en estos siete partidos. Algo que va más allá de lo numérico.
La Real de las grandes épocas se ha construido siempre a partir de un núcleo fuerte de casa y cuando no ha sido así, el edificio se ha tambaleado. Hablamos, lógicamente, desde 1989 en adelante, cuando se abrió al mercado exterior con la contratación de Aldridge. Ahora esa presencia local se ha visto reducida por distintos motivos, algunos ajenos a la voluntad del club como las salidas de Le Normand y Merino.
En Valladolid la Real empezó con Zubeldia, Zubimendi y Turrientes en el once, a los que sumaría a Aramburu con un historia muy particular detrás. Venezolano de abuelos donostiarras, jugó varios torneos en edad cadete con los Turrientes, Karrikaburu, Dadie y compañía, no se pudo quedar porque la normativa FIFA lo impedía y ha dado el salto desde el Sanse. Tampoco considero que Remiro sea de fuera –otra cosa es que sea formado en Zubieta–, porque lleva seis años aquí y se ha criado en una cantera con bastantes similitudes con la txuri-urdin. Respecto a su origen, ¿qué distingue a uno de Etxauri como Aihen de alguien de Cascante? Nada.
Coincido con Aperribay en que una vez que están aquí todos son iguales. Algo que siempre repetía Xabi Prieto. Y así debe ser. No se trata de hacer alineaciones en función del pasaporte. Otra cosa es que para un club que quiere mantener una identidad y un carácter sea una cuestión casi existencial que haya un núcleo fuerte local que transmita al resto qué es la Real, qué ha sido y qué quiere ser sobre el que integrar a los demás. Si no, corremos el riesgo de perder algo más que partidos.
Eso sí, esto es fútbol de alto nivel y aquí hay que ganarse el puesto. Y en este principio de Liga los de casa no han sido protagonistas. Especialmente Oyarzabal, nuestro mayor referente, que no tenido pretemporada y trata de recuperar sensaciones contra el reloj. Zubeldia también tuvo que parar por una lesión muscular en el amistoso de Rennes. Remiro y Zubimendi, como Mikel, llegaron a dos semanas del inicio de Liga después de vivir el segundo un verano ajetreado por la oferta del Liverpool, mientras que Turrientes y Pacheco aterrizaron directamente de los Juegos una semana antes de empezar. Barrenetxea también ha tenido molestias físicas y se le nota, Aihen viene de romperse el cruzado mientras que Aritz no es tan titular como en otros tiempos.
Por la idiosincrasia de un club como la Real la recuperación colectiva tendrá mucho que ver con que los de casa sean importantes y ofrezcan su verdadero nivel. Pero eso se lo deben ganar. En el once que brilló el año pasado en Champions tuvieron peso Remiro, Zubeldia, Le Normand, Aihen, Zubimendi, Oyarzabal y Barrenetxea, igual que en 2013 quedamos cuartos con nueve canteranos más Bravo y Vela y futbolistas como Griezmann, Prieto, Zurutuza, Agirretxe o Iñigo marcando diferencias. Más atrás en el tiempo, en 2003, los goles que casi nos dieron la Liga los marcaban Nihat y Kovacevic, pero la aportación de los Xabi Alonso, Aranburu, De Pedro, Aranzabal, Rekarte, Jauregi y compañía era alta. Siempre fue así y siempre será así. No hay una Real grande sin jugadores relevantes de casa.
Europa nos cambiará el chip
Al estreno en la Europa League le veo más ventajas que inconvenientes, por mucho que el Niza venga de marcar ocho goles y nosotros no hagamos uno ni de casualidad. Creo que a los jugadores les vendrá bien cambiar de registro y encarar una competición tan estimulante que les ayude a olvidar la dinámica liguera. Recuerdo que el año en que perdimos a Bakero, Begiristain y Luis Mari López Rekarte la Real protagonizó su segunda mejor aventura europea por detrás de aquella que acabó en Hamburgo en 1983. Fue la temporada 88/89 y apeó en la Copa de la UEFA al Dukla de Praga, Sporting Portugal y a un Colonia que tenía en sus filas a jugadores que ganaron el Mundial en 1990 como Illgner, Steiner, Kholer, Littbarski y Hässler. Los fatídicos penaltis se cruzaron en el camino ante el Stuttgart después de desperdiciar grandes ocasiones. En semifinales habría esperado el Dinamo de Dresde y en la final el Nápoles de Maradona.
Ahora no se trata de soñar en grande sino de aprovechar la ventaja que supone estar en Europa, algo por lo que muchos pagarían. Que se lo digan si no al Villarreal, Sevilla o Valencia, por ejemplo. La Real está donde está por méritos propios y ahora es cuestión de que recupere la inspiración. Empezando por los de casa, que siempre han sido el alma del equipo y deben volver a serlo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.