Las diez noticias clave de la jornada

La Real necesitaba un gancho. Ya lo tiene. Se llama Willian José y ha calado a las primeras de cambio en la afición realista. Sus 186 centímetros no le impiden jugar con pulcritud con los pies. Ofreció siempre una buena solución, descargó de cara, cayó ... a las bandas, desplazó el balón en largo y supo aguantarlo a la espera de que llegara alguno de sus compañeros... Y en el gol, lo asombroso no fue el cabezazo en sí, que también, sino la manera de ejecutarlo, la colocación, el salto..., una belleza de tanto.

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Del partido está todo analizado. Y la coincidencia ha sido unánime: tres remates entre los tres palos, falta acelerar las acciones, tener más profundidad, hay muchos futbolistas para jugar por dentro y pocos para cambiar el guión (Vela a su mejor nivel podría hacerlo); hay desmarques de apoyo pero pocos de ruptura, por primera vez hubo críticas a Oyarzabal que jugó atropellado y fuera de sitio... y coincidencia en el gran segundo tiempo de Zaldua y en la mejoría (por fin) de Illarramendi, aunque permítanme que incida en Willian José...

Porque verán, en la vida hay momentos que determinan una carrera y el viernes se dieron las condiciones para que Willian José pueda convertirse en la referencia realista, siempre que confirme las buenas cosas que apuntó: el estreno ante su público, un marcador adverso, la mochila de los fracasos de arietes anteriores: Seferovic, Finnbogason, Jonathas... y la necesidad de encontrar a un delantero (tras la fatalidad de Agirretxe) que conecte con la gente. Todo eso se manifestó en Willian José que, además del gol, demostró que tiene presencia escénica, algo que diferencia a un jugador carismático de un buen jugador.

De todos modos, y a propósito del estreno de Willian José, quiero contarles la anécdota que relataba Toni Nadal cuando su sobrino Rafa Nadal ganó por primera vez Roland Garros en 2005. Para el tenista, para todo el equipo técnico y para toda la familia supuso una alegría inmensa, ya que ganar un título del Grand Slam era un sueño, una meta perseguida desde siempre..., pero Toni Nadal creyó necesario hacer un ejercicio de contención en la celebración. Y lo contaba así.

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«Después de la ceremonia y de recibir numerosas muestras de admiración nos fuimos a cenar a un restaurante de París. Estábamos el equipo al completo. Tras la cena, la celebración prosiguió en una sala de fiestas pero decidí no ir. A la mañana siguiente Rafa tenía que tomar un tren a Alemania para disputar el torneo de Halle, previo a Wimbledon, y en una de las libretas del hotel apunté todos los aspectos que había que mejorar por lo que había observado en la final y durante el torneo. A la mañana siguiente le di a Rafa para que se lo leyera en el tren. No quise que se fuera a Alemania con el contento del que había culminado una labor. Porque la carrera de Rafa no había hecho más que comenzar».

Con este mensaje pretendo que la carrera de Willian José en la Real no se quede en un gol. Que consiga tantos como 'roland garros' Rafa Nadal (he apostado con un técnico de la Real a que mete doce goles...).

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P.D. Josu Urrutia miente y sabe que miente. Stop. Lo de Oyarzabal no fue un «rumor» como manifestó el fin de semana. Stop. Le reto a que desmienta que dos altos directivos del Athletic, Aldazabal y Berasategi, se entrevistaron al menos en dos ocasiones, la última en Jaca, con el padre del jugador. Stop. Y que le hicieron una megaoferta económica. Stop. Le va a crecer la nariz como a Pinocho. Stop. El domingo le vi al Sanse. Fui a 'espiar' a Igor Zubeldia y estuvo de inicio en el banquillo. Lo que vi fue un paradón de Sisniega. Stop.

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