¿A quién vino a ver el Barça a Anoeta?
Jon Trueba
Martes, 4 de octubre 2016, 04:29
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Jon Trueba
Martes, 4 de octubre 2016, 04:29
Rumbo recuperado. Dirección correcta. Buen triunfo. Corto para los merecimientos de la Real. Rostros placenteros. De nuevo ha salido el sol. De nuevo se han ido los nubarrones (de Eibar). La Real necesitaba enjugar el mal sabor de boca de Ipurua y lo hizo en ... el mejor momento, antes del parón, lo que nos hace ver la vida (la Liga) de otra manera.
Y es que seis días después de haberse quedado en el banquillo en Ipurua, en una decisión que nadie entendió porque es el delantero que mejor defiende, Oyarzabal se metió (otra vez) a Anoeta en el bolsillo. Illarramendi fue el mejor de los veintidós, sí, pero Oyarzabal se llevó la ovación del partido.
Como sucede en casi todos los campos, Anoeta anima al equipo cuando se merece, protesta al árbitro cuando se equivoca, grita los goles..., pero el otro día hubo una expresión de admiración, un ¡oooohhh! sostenido y un gran aplauso para una acción que no tuvo nada que ver con un gol. Fue para Oyarzabal. Mikel venía de romperse el lomo en el último minuto del primer tiempo, en una caída que le tuvo retorcido de dolor en el suelo (necesitó de ayuda médica)..., pero es de goma.
Lo digo porque en el segundo tiempo nos obsequió con una acción defensiva espectacular, una carrera hacia su campo para robar el balón a un atacante bético (cosa que consiguió) que hizo que Anoeta rompiera las manos de aplaudir. Luego vino otro esprint, ahora en ataque, y otro..., y aquel saque de falta que fue medio gol (lo culminó Vela).
Oyarzabal no es un futbolista de diseño, no. Es un futbolista producto del talento y la voluntad. Le sobra inteligencia. Le sobra carácter y le sobra ambición. Y uno de los motivos de la visita que giró el viernes a Anoeta un técnico del Barça fue precisamente esa, seguir sus pasos (le tiene en su lista).
A propósito de Oyarzabal, les voy a contar una anécdota de hace unas semanas, tras el partido frente a Las Palmas. Verán. Un técnico guipuzcoano que le conoce muy bien y ahora entrena a un equipo de Segunda B, me envió el siguiente mensaje de whatsapp: «Te leí que has apostado que Willian José va a meter más de diez goles esta temporada. Pues bien, me aventuro a apostar que Oyarzabal acabará jugando en el Barcelona. Súmate a mi apuesta a título personal. No te equivocarás».
Seis días después de no pocas dudas en Ipurua, Rulli fue protagonista de dos paradas de-ci-si-vas. Seis días después de un mediodía que le trajo a mal traer, Iñigo Martínez regresa a la selección. Seis días después de haber chupado banquillo en Ipurua, Xabi Prieto volvió al once y podrá proclamar alto y claro que los tres partidos que ha salido como titular la Real ha ganado. Seis días después de que Eusebio dejara en el vestuario en el descanso a Zurutuza, el pelirrojo se marcó otra actuación de las suyas, engrandeciendo a Illarramendi.
Y seis días después de haber vivido su momento más bajo de popularidad desde que llegó a la Real, el fútbol le hizo un guiño de complicidad a Eusebio y me alegro. Más de uno y más dos de ustedes me han dicho que fui duro con él. Y es cierto que fui crítico, pero creo que honesto. Para mí tuvo un ataque de entrenador en Ipurua y falló en el once, falló en los cambios, falló en todo, eso sí, lastrado por la expulsión de Aritz. Frente al Betis el bueno de Eusebio se dejó de experimentos, puso al once tipo y la Real ganó. Rumbo recuperado.
P.D. ¿Sabían que Gordillo, ahora en la UCI por un infarto, estuvo la víspera en el palco de Anoeta representando al Betis? Stop. La nueva cláusula de Oyarzabal son 50 millones de euros; 60 para casos 'especiales'. Stop.
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