Una pétrea Roma

No es fácil encontrar equipos de este nivel tan equilibrados, tanto tiempo y tan cerca de su área. Parece fácil, pero no lo es. Quizá, algún Atlético de la era Simeone, pero no es lo habitual. La Roma sabe elegir muy bien cuándo salir en largo o cuándo ir a apretar al portero contrario (fueron dos veces y complicaron muchísmo a Remiro). Es un equipo muy trabajado, mérito de su entrenador.

Se jugó a lo que quiso la Roma y lo malo es que la semana que viene nos espera más de lo mismo en Anoeta. Con dos goles de ventaja, el equipo romano estará cómodo. Para quienes estamos acostumbrados a ver a la Real semana tras semana, nos sorprende mucho que un equipo no tenga ningún rubor en meterse atrás esperando ni en jugar con nueve futbolistas cerca de su área. La diferencia es que la Roma marcó en su primer aviso, que es lo que se valora en los equipos grandes. No necesitan ocasiones para golpear. La Real, en cambio, tuvo la ocasión de Kubo al palo. Es la diferencia entre los muy buenos jugadores y los grandes jugadores. El japonés tiene mucho talento pero le cuesta marcar gol. Con los cambios, Imanol buscó más movilidad en el juego e incomodar a los tres centrales de la Roma, pero el juego de la Real no creció demasiado. En el segundo tiempo Merino tuvo la mejor oportunidad en una jugada muy bien madurada, made in Zubieta, pero dudó si rematar de cabeza o con el pie y se le fue fuera. Hace mes y medio, cuando estábamos de vacas gordas, habría sido gol. El segundo de la Roma en el 87 rompe la eliminatoria.

Pero estos son los equipos que te hacen crecer. Medirte a los grandes de Europa te permite ver tu potencial y seguir creciendo, y está claro que la Real tiene margen para crecer. Clarísimo. Siempre soy optimista y creo que este partido va a permitir a la Real seguir mejorando. Nos queda una semana para rearmarnos y volver a creer. Repito: lo veo muy difícil, pero no negro.