La 'kalejira' de los ultras del Anderlecht finaliza sin incidentes destacables

Tras una mañana de tensa calma en los alrededores del Boulevard, los hinchas del Anderlecht han partido custodiados por efectivos de la Ertzaintza camino del estadio de Anoeta desde los jardines de Alderdi Eder por las calles del Centro de San Sebastián. En este trayecto han encendido bengalas, la tensión ha ido creciendo en las calles Loiola, Getaria y plaza Bilbao, pero sin llegar a producirse altercados. La kalejira ha obligado al cierre de comercios en esa zona.

Estos incidentes han llegado después de una mañana en la que los aficionados del Anderlecht, la mayoría con vestimenta de color negro, se han hecho notar en las calles aledañas a la plaza de Gipuzkoa, Boulevard y Kursaal. Estos hinchas han ido ocupando las terrazas de algunos de los establecimientos del Boulevard donde han consumido bebidas alcohólicas desde primera hora de la mañana.

Siempre han estado vigilados de cerca por agentes de la Ertzaintza y Guardia Municipal. Estos les han ido informando de en qué zona y a qué hora iba a partir la 'kalejira' para que se unieran a la misma. Esta presencia policial ha ido a más según han avanzado las horas. En este tiempo de espera hasta la salida de la 'kalejira' han entonado cánticos haciéndose notar.

Ha sido en el momento que ha arrancado la 'kalejira' cuando se han producido los primeros momentos de tensión y se han encendido las primeras bengalas, de color morado. El grupo de aficionados belgas ha avanzado a paso ligero custodiado por un fuerte despliegue policial, dentro de una tensión controlada. La comitiva de aficionados custodiada y vigilada por la Ertzaintza ha estado formada por varios centenares de personas, pero no todos son ultras. Los primeros de la marcha, vestidos de negro, son los más radicales.

Cuando el grupo ha girado a la izquierda desde Sancho el Sabio para atravesar el puente de Mundaiz el ambiente se ha tranquilizado. Muchos comercios que habían cerrado hasta que pasara la 'kalejira' han vuelto a abrir las persianas y comentaban que, dentro de lo malo, el horario no les afectaba demasiado. Antes de las 17.00 horas, los ultras ya habían cruzado el puente de Mundaiz, dejando el centro atrás.

Pocos minutos después llegaba el autobús de la Real al estadio, con el barrio de Amara ya cerrado al tráfico desde las 16.30. Ha sido una entrada más fría que otras veces, con menos aficionados de lo que suele ser habitual en un partido europeo. El horario y el fuerte dispositivo policial desplegado han motivado la ausencia de público en ese momento. El autocar realista no ha tenido ningún problema para llegar a las inmediaciones del estadio y entrar por el garaje, recibiendo tímidos aplausos de los contados realzales que han acudido al lugar.

Para las 17.15 horas, el grupo de aficionados del Anderlecht ya se encontrba a la altura de Arco entre sonidos de petardos y bengalas, mientras agentes de la Ertzaintza esperaban en la explanada del estadio para los registros pertinentes antes de acceder a las gradas de Anoeta.

En ese momento, ante la cercanía de los ultras belgas, la Ertzaintza ha prohibido el paso a los seguidores de la Real que bajan desde hospitales. Algunos aficionados de la Real se han encarado con seguidores del Anderlecht, pero la Ertzaintza ha actuado para que los enfrentamientos verbales no derivaran en incidentes.

Finalmente, sobre las 17.30 horas, los hinchas del conjunto belga han empezado a acceder a sus localidades dentro del estadio. Han sido registrados a la entrada y se ha impuesto un perímetro de seguridad que impedía que nadie llegara hasta ellos. Han hecho el recorrido en hora y media sin incidencias reseñables, salvo esporádicos lanzamientos de petardos, bengalas y botes de humo.