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Admito que a mí también me dio un bajón cuando vi al vikingo vestido de amarillo. Sorloth no tuvo un aterrizaje fácil en la ... Liga y la Real le ayudó a convertirse en uno de los referentes ofensivos del campeonato hasta el punto de sentirlo como uno de los suyos. Dos temporadas le costó y ahora que a sus 27 años entra en la mejor edad para un futbolista lo vemos en el Villarreal, un rival directo en la pelea por Europa. Lo que más extraña de todo es el precio por el que dicen haberlo comprado: una parte fija de ocho millones más dos en variables. Una ganga cuando solo su precio de mercado para Transfermarkt es de 12 millones.
Hay que decir que el primer equipo de la Liga que se interesó por Sorloth, incluso antes que la Real, fue el Villarreal en verano de 2021. Me enteré en la visita a La Cerámica de hace dos temporadas cuando una persona bien relacionada con la entidad castellonense me explicó que era su primera opción. Pero se precipitaron. Quisieron cerrar el fichaje a principio del mercado y el Leipzig lo rechazó.
Domenico Tedesco acababa de llegar al banquillo y quería ver a todos los jugadores antes de tomar una decisión. Empezó la temporada y los Nkunku, André Silva, Dani Olmo, Szoboszlai y Forsberg tomaron la delantera al noruego, que entendió que no iba a jugar. Cuando la Real perdió a Carlos Fernández por lesión no tuvo problemas en cerrar su cesión los últimos días del mercado. El fichaje era imposible porque el conjunto alemán lo había comprado un año antes por 20 millones del Crystal Palace y no lo iba a regalar. Y en Anoeta solo querían cubrir el vacío del sevillano ese año. Por cierto, el Villarreal acabó pagando 24 millones por Danjuma, con el que hace tiempo que no cuenta. Lo cedió en enero al Tottenham y ahora lo ha vuelto a prestar, en este caso al Everton. Un negocio ruinoso.
Aperribay acompañó el lunes a Hamari Traoré en su presentación en Anoeta y recordó que no es un verano para tener prisas. Acababa de perder a Silva y no transmitía preocupación. Cuando se le preguntó por Sorloth no quiso hablar «de nombres concretos». Quizás entonces ya tenía la mosca detrás de la oreja con el noruego. Porque si bien es verdad que la Real estaba hablando con el Leipzig para ficharlo, también es cierto que tenía abiertas otras vías en las que ahora profundizará. Y no necesariamente con un perfil similar al del delantero de Trondheim.
El club ha demostrado que no le tiembla el pulso a la hora de apostar fuerte en el mercado aunque no sea su principal forma de manejarse. Lo hizo en 2020 cuando Florentino le quitó a Odegaard un año antes de lo pactado y respondió trayendo a Silva. El verano pasado tampoco fue sencillo cubrir la salida de Isak al Newcastle y llegó Sadiq por 20 millones. Pero ahora el contexto es diferente.
Olabe entiende los ciclos por tres años. La temporada anterior decidió no prolongar la continuidad de Rafinha y abrió la puerta a Portu y Januzaj, lo que fue una sorpresa para muchos. En su lugar llegaron Brais, Cho y Kubo. La plantilla se rejuveneció y dio un paso más al entrar en Champions.
Ahora se han marchado Illarramendi y Guevara, ha caído Silva y Sorloth ha elegido otro destino. Una oportunidad para ahondar en esa renovación emprendida entonces y que hasta ahora solo tiene a Traoré como nuevo rostro.
Sin embargo, y a tenor de las palabras de Aperribay el lunes, hay que meditar muy bien los pasos a dar porque no se trata de cambiar un cromo por otro. Sobre todo en el caso de Silva. ¿Dónde encuentras alguien como él si ese tipo de jugadores ya no existen?
Así que antes de fichar hay que valorar las posibilidades de lo que ya tienes, aunque esta reflexión seguramente ya esté hecha. En ataque, que es lo que nos ocupa, hay jugadores que este curso tienen que dar un paso adelante como Barrenetxea y Cho, que acabaron la temporada pasada como un tiro. También Oyarzabal y Carlos Fernández deben ir a más después de sus lesiones de rodilla, lo mismo que Sadiq, aunque en su caso parte después de un año en blanco y hay que tener paciencia. No conozco a nadie que se haya salido después de una lesión de cruzado, así que hay que ir despacio con el nigeriano.
En el fútbol pasan tantas cosas en tan poco tiempo que a veces las olvidamos. Cuando la Real fichó a Kubo hace un año lo hizo para desempeñar una doble función: cubrir el vacío dejado por Januzaj y Portu en la derecha y complementar a Silva en la mediapunta cuando éste faltase. Al final, con las lesiones que asolaron al equipo acabó jugando de segundo delantero junto a Sorloth en un dibujo con cuatro centrocampistas en rombo. Pero quizás sea alguien de perfil parecido al canario –salvando las distancias– por su facilidad para manejarse en espacios reducidos, su control de balón pegado al pie y habilidad en el pase. Eso dejaría espacio para que Cho y Barrenetxea tuviesen más protagonismo por fuera, sin olvidar que Robert Navarro hace tiempo que viene llamando a la puerta y se merece una oportunidad.
Pese a ello, es evidente que la Real necesita dos refuerzos de centro del campo hacia arriba. Uno en la zona ancha. Sin Guevara, Illarramendi y Silva hay un vacío grande por cubrir sin que ello signifique cercenar las opciones de promocionar a Turrientes y Olasagasti. Y otro arriba, más que por lo numérico por lo cualitativo después de que graves lesiones hayan alejado de su mejor nivel en los últimos tiempos a Carlos, Oyarzabal y Sadiq.
Con Aperribay y Olabe al frente me siento tranquilo, porque han demostrado de sobra su capacidad de gestión. Seguro que hay alguna razón para que Sorloth haya acabado en el Villarreal aunque aún no seamos capaces de verla.
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