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La Real Sociedad y Euskal Fauna siguen trabajando de la mano para que una decena de rapaces custodien Anoeta. El objetivo es claro: minimizar la presencia en las inmediaciones del estadio de gaviotas y palomas, cuyas heces y picotazos han sido, desde la remodelación, un ... problema continuo para el EFTE, el plástico de color azul que recubre el templo txuri-urdin. Con una plantilla formada por halcones y águilas perfectamente entrenados, el procedimiento consiste en crear «una zona de riesgo» que ahuyente a este tipo de aves, asegura Juan Mari Sánchez, administrador de la empresa cetrera encargada del trabajo.
«Al principio era una locura la cantidad de gaviotas que había. De hecho, he llegado a ver cómo alguna que otra le robaba un bocata a un niño que estaba sentado en las escaleras a plena tarde», añade. «Pero ahora todo está más controlado», reconoce Juan Mari. Él mismo es quien les entrena «casi a diario» en sesiones de mañana y tarde. Según él, las rapaces pueden actuar de forma individual, en pareja e incluso en tríos. «Como buenos profesionales, también tienen que ejercitarse de forma continua», explica Sánchez.
Sobrevolando el cielo de Anoeta, lo que se consigue con sus ejercicios es proteger tanto la cúpula como el interior. Esta última es la zona que más atrae a gaviotas y palomas, quienes durante los encuentros merodean por el lugar tanteando el terreno antes de hacerse con los restos de comida que dejan los aficionados después del pitido final. Al posarse sobre el envoltorio y romperlo a picotazos, la Real se vio obligada a reducir «de cinco a dos días el tiempo para limpiar el campo», señalaba por aquel entonces Jokin Aperribay.
Tras estudiar diferentes alternativas que pudieran poner fin al problema, el club txuri-urdin consideró que la cetrería era la mejor opción para proteger su feudo. Por eso, no es casualidad que Euskal Fauna lleve realizando sus labores en Anoeta desde noviembre de 2019, fecha en la que se llevó a cabo la prueba piloto. Las sesiones tienen lugar, sobre todo, a primera y última hora del día, momentos en los que la cercha del estadio ha llegado a estar plagada de este tipo de aves.
Entre las rapaces podemos encontrar águilas reales, harris, halcones peregrinos y gerifaltes sacres. «En el caso de sentir que las las gaviotas o palomas están invadiendo su espacio, atacarían», concluye Sánchez.
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