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Oyarzabal pide explicaciones al colegiado Bastien en el transcurso del partido jugado en Old Trafford. REUTERS
La Real, entre el dolor y la indignación

La Real, entre el dolor y la indignación

El club se siente perjudicado por el arbitraje de Bastien aunque «confía» en volver a jugar en Europa la próxima temporada

Beñat Barreto

San Sebastián

Sábado, 15 de marzo 2025, 01:00

El sueño europeo de la Real se acabó en Mánchester y es imposible realizar un análisis de la eliminación sin hacer mención a lo sucedido con el árbitro. En los diez años de carrera deportiva que le puedan quedar a Imanol, Oyarzabal y Aritz –a este menos por la edad– nunca dejarán semejantes declaraciones públicas valorando una actuación arbitral. La Real se siente perjudicada y culpa directamente al trencilla de lo sucedido, o al menos de no dejarle competir en las mismas condiciones que al United. De puertas para adentro se habla de intereses de todo tipo. El Manchester no podía caer eliminado por todos los millones que hay en juego, pero seguramente elmás grande del fútbol inglés no necesitaba tal ayuda en el Teatro de los Sueños, convertido en pesadilla después de que con el penalti de Aritz se diese cuenta de que hasta ahí llegaba la aventura europea.

Las declaraciones de los tres protagonistas son fuertes. Condenan sin paliativos lo sucedido y si en un primer momento el sentimiento es de rabia en la zona mixta de Old Trafford, después incluso se hablaba con cierta guasa. «Te sale la risa, cuando pita el tercer penalti a favor de ellos, el propio jugador dice que no... Parece un chiste. Espero que no vuelvan más días así», resumió como pudo un Oyarzabal que si habitualmente es más frío y sereno en sus declaraciones se soltó a más no poder liberando toda la tensión acumulada. El dolor iba por dentro. Era el único que podía hablar con Benoit Bastien, que mostró en todo momento una actitud chulesca. «Antes del partido nos ha dicho que si había decisiones polémicas, condicionantes o que fuesen importantes, nos las iba a transmitir, para explicarnos, ver qué pensábamos, quedarnos todo claro y ya está. Luego lo que hacía era darnos su opinión, lo que para él había pasado y cuando nosotros hablábamos, decía que no, que ya estaba y que la conversación había terminado».

La indignación realista tuvo dos momentos clave: una durante el juego y otra después del pitido inicial. Corría el minuto cinco de la segunda parte y Dorgu se lanza sobre Aritz, que se queda parado, con los brazos hacia atrás. Pasa un segundo hasta que el fabuloso futbolista danés choca contra el beasaindarra, que definitivamente estalla. «Después del penalti le digo a Mikel que nos vamos del campo, o por lo menos que nos quedamos sentados porque era imposible creer lo que estaba sucediendo», relata Aritz.

Pitar hacia un lado o hacia otro

El vestuario realista, más allá de los tres graves errores del trencilla, se muestra extrañado por la claridad que tenía Bastien para pitar hacia un lado o hacia otro. Increíblemente, y es algo que ya le ha sucedido a la Real esta temporada con el mismo protagonista, una falta cometida por Oyarzabal a un rival terminó siendo penalti. Esta vez, el francés se vio obligado a señalar una pena máxima que no estaba dispuesto a pitar hasta que entendió que no le quedaba más remedio que claudicar. «Es un poco la facilidad o las ganas que había para pitar hacia un lado y lo poco convencido que pitaba hacia el otro. Tendría que hacer memoria, pero no tengo un día con esta sensación», lanzó Oyarzabal.

«Después del penalti le digo a Mikel que nos vamos del campo, o por lo menos que nos quedamos sentados», denunció Aritz

La prensa inglesa presente en Old Trafford fue cambiando su actitud con el paso de los minutos. En la zona habilitada para los plumillas apenas había espacio para teclear por lo que un servidor le pegó dos codazos al compañero de la BBC que escribía su crónica. Tras el primer penalti del Zubeldia sobre Hojlund, dudoso para el periodista inglés, vino el atropello reconocido por el mismo plumilla que no entendía las quejas de la prensa guipuzcoana desplazada a Mánchester. «Lo siento por lo ocurrido, sabía que teníais el sueño de llegar a la semifinal contra el 'Bilbao' pero el árbitro no os ha dejado competir. Esto es el United, esto es Old Trafford y el peso de la historia ha podido con todo», admitió después de reconocer que le gustaba el titular de la crónica de quien esto escribe. 'Un sueño vilmente arrebatado' era el título de la crónica del partido.

El United, inmerso en una crisis institucional de la que es incapaz de salir, tuvo el mejor día de la temporada y pese a ello los de Imanol aguantaron con uno menos 2-1 hasta el minuto 86. La Real tiene este año mala suerte hasta para hacer resurgir a un Manchester que necesita los millones de la Champions para sobrevivir. Debe ganar en Bilbao para ello.

La Real pide explicaciones

La Real ha movido ficha pidiendo explicaciones, aunque no desvela a qué estamentos ha tocado la puerta. Diferentes informaciones apuntaban ayer que Benoit Bastien pasará a la nevera y no arbitrará ni un solo partido europeo más esta temporada después de los tres graves errores cometidos. En el club no desmienten la información aunque apostillan que es un hecho que no importa demasiado. «El daño ya está hecho, ¿qué más da lo que suceda a partir de ahora después de lo ocurrido?», cuentan. En el avión de vuelta a Donostia, con Brais cojo por tener roto el quinto metatarsiano de su pie derecho, también estuvo Remiro al tener que volar a casa por un asunto familiar. «El primer penalti también es de risa. ¡Pero si Álex celebra la acción defensiva de Zubeldia y no se dan cuenta hasta mucho más tarde que ha pitado penalti», añaden voces del club realista, que solo consideran debatible la roja de Aramburu.

La afición, con el equipo

Incluso en una nueva tremenda decepción se pueden extraer aspectos positivos a destacar. Old Traffod ha vivido el momento más doloroso de la temporada, pero también el más bonito cuando todos los futbolistas, el staff e incluso el presidente Jokin Aperribay recibieron el calor de los suyos en el córner donde compartían la pena la afición de la Real. Varios jugadores, con lágrimas en los ojos, fueron abrazados por una hinchada que volvió a demostrar que la Real es un club gigante. «Queda mucha temporada y estamos con vosotros», era el mensaje unánime. Varios pesos pesados de la plantilla reconocen que esos ánimos les llegan.

Diferentes informaciones apuntaban ayer que Bastien pasará a la nevera y no arbitrará ni un solo partido más este año

Old Trafford también vio una nueva demostración hacia Imanol, que sigue sin deshojar la margarita. Renovará o no a finales de abril, pero los 1.500 realzales le pidieron que siga siendo el jefe eclipsando a los detractores que tiene el oriotarra. En el club siguen sin novedades aunque para la afición, en cambio, es un tema de estado. La Real se muestra tranquila y preparada para cualquier escenario.

Con micrófonos o sin ellos delante, los jugadores están convencidos de que van a jugar competición continental la temporada que viene después de que LaLiga tenga ya la plaza extra asegurada. El octavo jugará la Conference League y si bien el golpe ha sido tremendo no queda más remedio que mirar hacia adelante.

La siguiente estación es Vallecas para terminar una maratón tan dura como cruel. «El objetivo es ganar al Rayo y dar un saltito arriba, enchufarnos con los de ahí arriba. Estamos un pelín lejos, pero estamos a cuatro puntos del sexto o séptimo. Está ahí, cosa de uno o dos partidos, que acertemos y consigamos los resultados que queremos. Vamos a pelear hasta el último momento. En los últimos cinco años hemos entrado en la última jornada o incluso en el último minuto como en Pamplona o el Metropolitano. Ojalá podamos ganar e irnos al parón con otra cosa en la cabeza que no sea esta», palabra de capitán. Bastien. La Real nunca le olvidará a la altura de aquel línea de la semifinal de la Copa de Europa en Hamburgo en 1983.

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