Real-Barça. Una fiesta para el fútbol cada vez que estos dos equipos se enfrentan en los últimos años. El cuadro txuri-urdin, como viene siendo habitual cuando juega contra los culés, planteó dos planes de inicio: presión alta en la salida de balón del ... rival o cinco defensores cuando el bloque de atrás estaba cerca de nuestra área.
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De todas formas, al ver estos arranques, la Real demuestra que no es un equipo que se sienta cómoda al estar tanto tiempo sin el dominio del balón. Por eso se dedica más a defender y contragolpear. Avisó primero Messi en el minuto diez. Una combinación para un tiro con la derecha y la sensación de que al Barça se le veía demasiado cómodo.
En el veintitrés llegó una muy clara ocasión de Isak. El sueco le robó la cartera a De Jong y se presentó delante de Ter Stegen, que paró el disparo. Después fue el turno de Griezmann. Doble ocasión de los azulgrana en una jugada repetida una y mil veces con centro de Alba hacia atrás, remate de Dembelé que paraba Remiro a bocajarro y el rechace lo materializaría el '7'. Había un gran cúmulo de defensores en el área, muchos más que atacantes, pero la Real no fue capaz de sacar el esférico de ahí.
Dos minutos después, Ter Stegen, que estaba dando un clínic de salida del balón con los pies, falla, recupera Isak y éste pone de nuevo a prueba al alemán. Una maravilla de portero que yerra una cada tres meses. Es una maravilla. Minuto 42, 0-2. Se coloca en la mediapunta Messi por detrás de los pivotes, nadie sale a encimarle, gran aceleración del argentino y enorme pase a Dest para aprovechar el regalo.
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Sin decir que la Real estuvo mal -que creo que no-, parecía que el Barça estuviera jugando en el Camp Nou en vez de en Anoeta. Ya tras el descanso el inicio fue de vértigo. Los donostiarras intentaron aumentar el ritmo por la necesidad de acercarse en el marcador. Sin embargo, el partido se volvió mucho menos táctico. Más de ida y vuelta con espacios. Eso ayudó al Barça a ponerse 0-6.
Por momentos parecía que cada posesión del Barça se convertiría en gol. La Real estuvo muy blanda defensivamente, incluso abandonada por momentos. Al menos el gol de Barrenetxea, para ser el del honor, fue precioso. Un día que a ningún futbolista le gusta vivir pero hay que pasar página, olvidarlo y pensar ya en el siguiente. El partido más importante en años.
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