La Real ya sabe lo que es plantarle cara al United

Muchos recuerdos han asaltado a los aficionados realistas al ver el nombre del cuadro inglés en la papeleta. Todos del cruce en la fase de grupos de la Champions League de la campaña 2013/2014, a la que la Real accedió tras superar de forma brillante al Olympique de Lyon en la previa. Los 'Red Devils', en ese momento dirigidos por David Moyes, quien un año después sería entrenador de la Real, quedaron como primeros de grupo, demostrando que su plantilla era la más fuerte de aquella fase en la que los blanquiazules también se midieron a Shakhtar Donetsk y Bayer Leverkusen. La Real, entrenada esa temporada por Jagoba Arrasate, acabó última con un punto de 18 posibles.

La imagen de casi 7.000 hinchas del equipo txuri-urdin invadiendo la ciudad de Manchester jamás será olvidada en el seno de la familia realista. Un 23 de octubre de 2013 el conjunto realista se plantó en Old Trafford dispuesto a hacer historia ante miles de sus aficionados poblando las gradas del mítico estadio inglés. Lamentablemente, todo se torció cuando algunos ni siquiera se habían sentado. Un gol en propia puerta de Iñigo Martínez en el minuto 2 y adiós al sueño. Antes del final del encuentro, la Real Sociedad mandó dos balones a la madera, tras dos disparos de De la Bella y Antoine Griezmann. Pero no hubo manera.

De aquella plantilla blanquiazul no queda ni un solo representante entre los jugadores, pero sí en el cuerpo técnico, Ion Ansotegi. Zaldua también jugó con la Real aquel año, pero lo hizo con ficha del filial y sin participar en ningún encuentro europeo, solo jugó en Liga y Copa.

En Anoeta, en un encuentro en el que el estadio donostiarra presentó en sus gradas un ambiente espectacular y de auténtico lujo, la Real pudo contener el tremendo potencial de una plantilla diseñada para reinar en la Premier League y ser protagonista en la Copa de Europa. La diferencia física y de calidad entre ambos conjuntos se hacía palpable por momentos, pero los jugadores realistas se vaciaron en el verde para amarrar un punto que resultó, al final de la fase de grupos, intrascendente. Van Persie falló un penalti que pudo haber cambiado el signo del encuentro.