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Alexander Isak se lamenta de la ocasión marrada de cabeza y que hubiera supuesto el empate a dos. IÑIGO ARIZMENDI
Pena máxima
Real Sociedad-RB Leipzig

Pena máxima

Por toda la escuadra ·

Tristeza general y alguna que otra lágrima en una eliminatoria que se decide por el físico germano y el punto de penalti

Viernes, 25 de febrero 2022, 06:54

La Real ha sido testigo directo del nuevo fútbol. En toda la amplitud de la palabra. No tuvo suerte en el bombo con el emparejamiento ante el Leipzig, un nuevo rico no solo en la Bundesliga sino en el continente europeo, un equipo de vanguardia con jugadores de un nivel técnico altísimo y un físico superlativo. A su vez, el cuadro de Imanol ha vivido en primera persona lo que viene siendo el fútbol con la aplicación del VAR. 3-5 ha sido el global de la eliminatoria y cuatro goles, la mitad, han llegado de penalti. El único claro, el de Ryan de ayer. Dos chequeados por el VAR, el 1-2 de la Real en la ida y el 1-3 de los alemanes en Anoeta. El único que decretó el árbitro sin revisar, el que señaló Çakir en la ida y que supuso el empate a dos. El único que no era. Porque hay que decirlo honestamente, en el resto acertaron los jueces con la ayuda del vídeo. Este es el nuevo fútbol, en el que hay que celebrar un gol con reservas y donde se conceden los tantos tres minutos después. Eliminados de Copa y Europa League, quedan por delante catorce encuentros, incluido el aplazado contra el Mallorca, donde la pelea por obtener un billete europeo va a ser carísima. Todos los que le preceden en la tabla son conjuntos de mayor potencial económico y no será sencillo echarles el guante.

Un segundo más rápido

Imanol calcó el planteamiento del encuentro en el Red Bull Arena, con cinco defensas –tres centrales y dos carrileros– cuatro centrocampistas e Isak en punta. Realmente lo tuvo complicado para siquiera dar dos pases seguidos o generar ventajas en campo contrario. Trató de anestesiar el encuentro y fío todo a los chispazos en punta pero no llegaron. Supongo que la explicación a eso es la excelente condición física (y técnica) del conjunto alemán. Porque cuando la Real atacaba daba la impresión de que había el doble de jugadores con camiseta negra. Así, era difícil encontrar vías de ataque y apenas hubo oportunidades. Sin embargo cuando era el Leipzig quien atacaba, daba la impresión de que había las mismas camisetas negras y blanquiazules.

Visto lo visto, es posible que haya que copiar las técnicas de preparación física de este tipo de equipos. No tengo duda de la capacidad técnica de los jugadores de la Real, pero si el rival hace lo mismo –y a veces mejor– un segundo más rápido que tú, hay poco que hacer.

Las claves

  • Lo mejor: con la salida de Januzaj y Silva, la Real fue más reconocible porque volvió al esquema habitual

  • Lo peor: la superioridad física de los alemanes fue brutal y en una hora de juego la Real apenas inquietó

  • A destacar: de los cinco tantos que ha logrado el Leipzig en la eliminatoria, tres han llegado de penalti

Y es que es algo que se repite hasta la saciedad. Cualquier equipo de LaLiga cuando juega en Europa siempre se repite lo mismo sobre el rival: «Ojo, que físicamente son superiores». A la propia Real le ha pasado en los enfrentamientos de esta temporada ante el PSV o Mónaco por ejemplo. Parece claro que en todo el entramado de mejoras y crecimiento que está llevando la escuadra blanquiazul, el siguiente puede ser el físico. Copiar y adaptar las técnicas –Alemania es vanguardia en ello– de cómo esos jugadores lo hacen todo un poco más rápido.

Dos cabezazos...

Volviendo al planteamiento, se notó cuando el equipo cambió a su esquema más reconocible. Ya estaba 0-2 y el oriotarra introdujo a Silva y Januzaj. Quizá porque fue a la desesperada, quizá por el empuje de la grada –sensacional en todo momento– o por el gol de Zubimendi, por un momento la Real fue esa Real reconocible que nos hizo soñar con el gol del empate que rozó en dos cabezazos de Isak y Sorloth.

Imanol ha repetido en sus últimas comparecencias que no es fácil lo que está haciendo este equipo que cada vez juega más partidos como los de ayer. Sin lugar a dudas es una gran señal, fruto del crecimiento del club a todos los niveles. Sin embargo es una lástima que de cinco goles que ha encajado la Real en la eliminatoria con los teutones, tres hayan sido de pena máxima. Y sobre todo uno, el que pitó Çakir. Que nos hizo mucho daño.

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